La división del PSOE lastra una estrategia de Rubalcaba plagada de contradicciones

Muchos en el PSOE han cuestionando y cuestionan la efectividad de semejantes bandazos . Por eso, ahora Rubalcaba se tienta la ropa antes de hablar de moción de censura. De momento, se ha limitado a sacar pecho por vaticinar que el «caso Bárcenas» acabaría con la carrera de su adversario, pero sigue sin decidirse a presentarla si, como parece, Rajoy no dimite. A lo más que llega es a recordar que el Grupo Socialista usará «todos los instrumentos» a su alcance para obligarle a explicarse y acabar con el «bloqueo político» que vive España.

La pregunta permanente

Y es que, en la memoria de la Dirección Federal, pesa mucho que durante los meses posteriores al 3 de febrero no había rueda de prensa en la que no se cuestionara a Rubalcaba cómo era posible pasar, sin solución de continuidad, de pedir la dimisión del presidente del Gobierno a hacerse la «foto» con él en la Moncloa. El líder del PSOE salía del apuro recordando que, pese a pedir la dimisión, no iba a reeditar el «váyase señor González», de José María Aznar , pero ni siquiera eso le evitó, meses después, críticas en el Grupo Socialista de dirigentes como José María Barreda y Odón Elorza, con Carme Chacón en la «sombra», por lo mal que estaba explicando el pacto.

Ayer, Alfredo Pérez Rubalcaba empezó una ronda con el resto de la oposición para buscar un «lugar de encuentro» que obligue a explicar las nuevas revelaciones de Barcenas... a Rajoy, no a él. Porque, el problema es que una moción de censura no lo garantiza, ya que quien se «examina» es el aspirante a presidir el Gobierno, no el titular. La Dirección Federal del PSOE prefiere hablar de contactos para lograr un «punto de encuentro» de toda la oposición que fuerce a Rajoy a comparecer en el Congreso a explicar el «caso Bárcenas» o que presione al PP para que un nuevo dirigente sea investido presidente del Gobierno.

Fuentes de Ferraz hablaban anoche a ABC de contactos «preliminares» de Rubalcaba con CiU, IU, PNV y UPyD, y de la portavoz del Grupo Socialista, Soraya Rodríguez , con el Grupo Mixto, en los que no se puso la moción de censura sobre la mesa. Entre otras razones porque CiU, hasta la fecha, no es en absoluto partidaria de desestabilizar al Ejecutivo del PP. Y el PNV parece que tampoco quiere. ERC y BNG ya han avanzado que sus formaciones son más proclives a que el Gobierno presente su dimisión «en bloque» y que se adelanten las elecciones generales, aunque no descartan apoyar una moción de censura en caso de que finalmente Rubalcaba se decida a presentarla.

«En las próximas horas concretaremos las medidas que vamos a tomar», reveló anoche el secretario de Política Institucional de los socialistas, Antonio Hernando, porque «España tiene un presidente del Gobierno chantajeable».