España duplicará a través de Cataluña la interconexión eléctrica con Francia

Es la primera interconexión eléctrica con Francia en los últimos 30 años y duplicará la capacidad de intercambio, pasando de los exiguos 1.400 megavatios (MW) actuales a 2.800. Es decir, aumentará del 3 al 6% de la demanda, cuando el objetivo marcado por la UE para 2020 era del 10%.

La nueva interconexión permitirá dar salida a una gran parte de la electricidad que se genera en nuestro país, ya que en muchas ocasiones, y ante el exceso de potencia instalada y la caída de la demanda interna, obliga a parar numerosas centrales. Una de las grandes beneficiadas serán las energías renovables, especialmente la eólica. Además, el proyecto contribuirá a bajar los precios de la electricidad en España , según Carlos Collantes, director general de transporte de Red Eléctrica y presidente de Inelfe, la sociedad mixta constituida para llevar a cabo el mismo.

La línea ha sido construida conjuntamente por Red Eléctrica de España (propietario de las líneas de alta tensión en nuestro país y gestor del sistema) y la francesa Réseau de Transport d’Électricité (RTE). El presupuesto ha sido de 700 millones de euros, aunque ha contado con una subvención de 225 millones de la UE y con un préstamo de 350 millones del Banco Europeo de Inversiones.

La interconexión tiene 64,5 kilómetros de longitud, totalmente soterrada, de los que 8,5 kilómetros discurren en un túnel bajo los Pirineos. Su trazado va en paralelo a la línea ferroviaria del AVE a Francia inaugurada en diciembre de 2013. El proyecto ha sido calificado como «un reto y un hito tecnológico» por Carlos Collantes. De hecho, es el único caso que existe en el mundo en el que cuatro cables con 2.000 MW de potencia de corriente continua a 320 kilovoltios discurren por un túnel de 3,5 metros de diámetro y 4 metros de alto. Existe otro caso, el del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, en el que el túnel es más largo (12 kilómetros), pero la línea es de 400 kilovatios.

Una de las principales novedades técnicas del proyecto es que la energía que pasa por este túnel es continua, cuando todo el sistema eléctrico va en corriente alterna. Por ello, se han construido sendas subestaciones conversoras en los extremos de la línea. En Santa Llogaia se transforma la corriente alterna en continua y, en Baixás, vuelve de continua a alterna para conectarse con el sistema francés.

El túnel discurre en su mayor parte por Francia y para su construcción se utilizaron dos tuneladoras diseñadas y fabricadas especialmente para este proyecto que empezaron sus trabajos en febrero de 2012 en el lado español (Alberes) y en octubre de ese año en la parte francesa (Canigó). El consorcio que ha construido el túnel, liderado por la española Dragados y la francesa Eiffage, es el mismo que hizo los túneles del AVE a Francia.

No obstante, han sido la compañía alemana Siemens y la italiana Prysmian quienes resultaron adjudicatarias de la interconexión eléctrica a finales de 2010. Prysmian se encargó de fabricar los 250 kilómetros de cables instalados. Cada uno de ellos tiene unos 20 centímetros de diámetro y pesa 30 kilogramos por metro. Dada su complejidad, el cable se ha colocado por tramos de casi 2.000 metros cada uno, por lo que existen 36 empalmes en todo el recorrido. Estos puntos son de los más críticos del proyecto, el cual, ya ha sido probado con un sistema informático. Ahora, han empezado las pruebas sobre el mismo terreno.

Como curiosidad se puede añadir que cuando la interconexión esté funcionando, el túnel no será visitable y serán unos robots los que hagan los trabajos de revisión. Solo habrá media docena de trabajadores en cada uno de los controles a ambos lados de la línea.

Collantes subrayó el «gran consenso» que ha habido con todos los municipios afectados por su trazado en una región «difícil» para Red Eléctrica. Y recordó que si la línea hubiera sido aérea (el habitual tendido eléctrico con torretas), su presupuesto hubiera sido de tan solo 70 millones de euros.

También dijo que ya se está trabajando en el proyecto de otra interconexión con Francia, en este caso bajo el mar, entre el País Vasco y Burdeos.