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San Isidro: seis tristes toros sosos

Gonzalo Caballero da la única vuelta al ruedo con una deslucida corrida de Pereda

Gonzalo Caballero, en un buen natural Paloma Aguilar

ABC.ES , ABC.ES , ANDRÉS AMORÓS y ABC.ES

Crónica

Iniciamos una nueva semana, la cuarta, de la Feria. Llevamos ya casi veinte festejos seguidos; en todos , con carteles mejores o peores, la asistencia ha sido muy buena: por término medio, unas veinte mil persona. (Multiplicar por veinte es bien fácil). Ahora mismo, en Madrid, ¿qué otro espectáculo es capaz de reunir a tanta gente? En un partido de fútbol, puede haber ochenta mil personas, pero una vez o dos, por semana, no más. ¿Se llenaría el Bernabéu o el Vicente Calderón si el Madrid o el Atlético jugaran 31 días seguidos? Habría que verlo. En un campeonato de tenis, es un éxito que acudan cinco mil personas, cinco días seguidos… La Feria de San Isidro sigue teniendo un enorme peso económico y social.

Con un cartel sólo discreto, la Plaza sigue registrando una buena entrada. Los toros de Pereda , de encaste Núñez, ofrecen un mosaico de sosería y flojera que desluce todo.

Se guarda un minuto de silencio por Víctor Barrio , al que brindan los toros tercero y cuarto.

Morenito de Aranda cortó la primera oreja de la Feria; con el maestro Ortega Cano como apoderado, afronta una nueva etapa, en la que va a matar en solitario toros de Adolfo Martín, en Burgos. Sabe torear con finura y buen gusto. El primero sale con la cara alta, no se emplea, se cae en la primera serie. El trasteo es correcto; la emoción, imposible. Nada de nada. Se va a porta gayola en el cuarto, aguanta un parón espeluznante. El toro es bravito pero flojo, renquea de atrás. Dándole distancia, la faena va a más, logra ligar algunos muletazos con temple y estética pero lo estropea con la espada.

Intenta Fandiño volver al puesto que ocupó, por su valor y por la rotundidad de sus estocadas. No es fácil: al no ser un diestro de “pellizco”, necesita mantener absolutamente tenso el resorte de la voluntad, que, con los años, suele ir flojeando. El segundo va bien pero, por flojo, queda corto; repite más por la izquierda y la emoción sube algo, en los naturales. En el quinto, recurre también a la porta gayola para romper el hielo de la tarde. El toro se mueve pero algo rebrincado; a la vez, engancha la tela y se derrumba: ¡triste espectáculo! La tesonera labor se agradece, aunque no emocione, y la prolonga demasiado.

El madrileño Gonzalo Caballero ha mostrado repetidamente un valor fuera de lo común y lo ha pagado con varios percances. Merece todos los respetos; en el toreo, el valor es condición necesaria pero no suficiente. Debe demostrar también que domina las reses. El tercero se va, distraído; es justo de casta, de fuerza, de todo. Se escucha una triste frase: “¡Qué asco!” El diestro se justifica, quedándose quieto, pero, como el toro no repite, acaba aburriendo. Mata con decisión. El sexto, largo y alto, pesa más de cien kilos más que el quinto; embiste con cierta nobleza pero topa. Gonzalo se entrega y la gente agradece su actitud. En las bernadinas finales, roza el percance. Logra un buen espadazo y da la vuelta al ruedo.

La gente sosa no tiene la culpa de serlo pero un toro soso desgracia todo el espectáculo; si a eso se une la falta de fuerza, de viveza, de casta, el resultado es penoso. Recordando el título de Guillermo Cabrera Infante, no hemos visto “Tres tristes tigres” sino seis tristes toros sosos: lo que no debe ser una corrida.

Defendiendo los toros andaluces, el poeta José Luis Tejada remataba un soneto: con ellos, “las brasas son oscuras;/ la muerte, hermosa (…)/ los hombres, dioses , y los toros, toros”. No lo hubiera podido escribir si hubiera visto esta corrida.

POSTDATA . Hemos visto ya, en la Feria, bastantes toros: nobles, casi todos, bravos, muy pocos. (Así están hoy las ganaderías y la Fiesta). El maestro Antonio Burgos me recuerda el sexto de Alcurrucén, “Barberillo”, al que cuajó la gran faena Ginés Marín, y el segundo de Jandilla, “Hebreo”, al que cortó una oreja Castella. El de los Lozano hizo regular pelea en varas pero sacó casta y fue a más, como es propio de los Núñez. El de Borja Domecq fue de largo al caballo, repitió incansable y tuvo la hermosa muerte de un toro bravo: me pareció más completo. Un toro debe mostrar su bravura en todos los tercios, no sólo en la muleta; especialmente, en el caballo. Olvidar esto es una de las causas de la actual decadencia de la casta.

Directo

Sexto toro

Agrio, número 102, negro listón bragado meano axiblanco, de 610 kilos. Gonzalo Caballero se entrega en la faena, mata de una buena estocada y da la vuelta al ruedo.

Quinto toro

Fandiño se va a portagayola a recibir a Petanco, número 77, negro listón, de 506 kilos. Brinda al público y se muestra dispuesto de principio a fin, pero sin eco suficiente. Estocada. Silencio.

Cuarto toro

Morenito de Aranda se marcha a la puerta de chiqueros a recibir a Cilantro, número 100, castaño, de 525 kilos. Larga la espera ante la boca negra, y más cuando el toro pasa del torero, que opta por incorporarse y receta hondas verónicas, con su aquel. Cilantro parece lastimado y es candidato al pañuelo verde, pero el presidente lo mantiene. Morenito brinda al cielo, en recuerdo de Barrio, que hoy hubiese cumplido treinta años y con quien compartió cartel la fatídica tarde de Teruel. El burgalés compone una faena con gusto con un pereda con virtudes, empañadas por la flojera. Mediada ya la labor, una serie diestra adquiere importancia, con templee y un remate por bajo con torería. Otra más, con plácemes del respetable. Y una última con la mano del tenedor antes de cuadralo para matar con ayudados a media altura y una bonita firma. Casi media tendida.

Tercer toro

Sale Panadero, número 66, negro listón chorreado, de 550 kilos, con hechuras para embestir y la apuesta de muchos. Gonzalo Caballero se luce en el recibo ante la atenta mirada de Felipe Juan Froilán, que no pierde detalle le desde un burladero de la Comunidad de Madrid. Buen quite de Morenito. Caballero brinda al cielo en memoria de su padre, fallecido recientemente. El toro va y viene con calidad, con ese puntito de quererse ir que permite la colocación, bajo de raza. Caballero esboza algún muletazo notable, pero aquello no cala en el tendido. Buena estocada (corta). Saludos.

Segundo toro

Sale Arocheno, número 146, castaño, de 508 kilos, muy serio por delante y con menos remate por detrás. Pierde las manos y protesta parte del 7. Fandiño brinda al ganadero y comienza con el pase del péndulo. Momentos vibrantes. Sobre la derecha, trata de conducir la embestida, pero es en la siguiente al natural cuando trempa la emoción. Lástima que el toro tenga las fuerzas contadas, pues posee un buen pitón zurdo, por donde se le nota a gusto al torero. Regresa a la mano de la cuchara en una serie que genera cierta división. Busca el pitón contrario a izquierdas. Bernadinas de infarto en le broche, cenidísimas. Mata de media estocada trasera tendida y descabello. Saluda una ovación.

Primer toro

Sale Viajero, número 126, castaño albardado, de 543 kilos. Morenit de meso lo saluda con buenos lances a la verónica y Fandiño dibuja un buen quite por suaves chicuelinas. El toro anda con las fuerzas justas y sale rebrincado de cada muletazo. Morenito busca la templanza para sostenerlo, pero aquello no transmite nada en el público. Mata defectuoso. Silencio.

Paseíllo

Hacen el paseíllo Morenito de Aranda, de nazareno y oro; Iván Fandiño, de azul pavo y oro, y Gonzalo Caballero, de gris perla y oro. Se guarda un minuto de silencio en memoria de Víctor Barrio.

Ambiente

Tres cuartos de entrada hay en los tendidos de Las Ventas, en tarde de sol y nubes. En un burladero, Felipe Juan Froilán, amigo personal de Caballero.

Sorteo

Esta mañana se sorteó el conjunto de Pereda, aprobado al completo, aunque uno de los toros favoritos, que ya había pasado el reconocimiento, se estropeó un pitón y hubo que sustituirlo por otro. No hubo problema pues había toros suficientes aprobados. 1.0.2783889106

Cartel

¡Buenas tardes! Bienvenidos a la décima novena corrida de la Feria de San Isidro. Se anuncian toros de José Luis Pereda para Morenito de Aranda, Iván Fandiño y Gonzalo Caballero.

Previa

Ya están enchiquerados los toros de José Luis Pereda que se lidiarán esta tarde en la décima novena corrida de la Feria de San Isidro. Abrirá plaza «Viajero» y la cerrará «Agrio» en un encierro aprobado al completo, aunque a última hora hubo que cambiar uno de los ejemplares. Cuando el equipo de Trinidad ya había dado el visto bueno a todo el conjunto al completo , uno de los toros por los que la mayoría apostaba derrotó en un burladero y se estropeó un pitón, por lo que hubo que cambiarlo por otro de sus hermanos.

Darán cuenta de la corrida Morenito de Aranda, Iván Fandiño y Gonzalo Caballero. Este es el orden de lidia :

1. Viajero, número 126, castaño albardado, de 543 kilos.

2. Arocheno, número 146, castaño, de 508 kilos.

3. Panadero, número 66, negro listón chorreado, de 550 kilos.

4. Cilantro, número 100, castaño, de 525 kilos.

5. Petanco, número 77, negro listón, de 506 kilos.

6. Agrio, número 102, negro listón bragado meano axiblanco, de 610 kilos.

El primer sobrero pertenece a la ganadería de Carriquiri (Carabello) y el segundo es del hierro de Buenavista (Iluminado).

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