Alicia Alonso: «A los cubanos no nos gusta estar peleando»

Las biografías oficiales dicen que Alicia Alonso nació en diciembre de 1920 (algunas le quitan un año, y situán su nacimiento en 1921). Falta poco, pues, para que cumpla 95 años, pero aún así es capaz de meterse once horas de vuelo desde La Habana y, casi sin descanso, atender varias entrevistas. Y es que La Alonso –título ganado con muchas horas de barra y de escenario– sigue siendo el mascarón de proa del Ballet Nacional de Cuba , que estará en los teatros del Canal desde hoy y hasta el 4 de octubre con tres piezas: « El lago de los cisnes », « Carmen » y « Don Quijote ».

Acaba de recibir Alicia Alonso un gran honor: el Gran Teatro de La Habana (el antiguo Centro Gallego de la capital cubana) llevará a partir de ahora su nombre. «Cuando me lo dijeron pensé: “¡Ay, no, no. no!” Sentí que me caía todo encima . Después me senté a analizarlo; el honor es muy grande, pero ya estoy calmada. La mayor alegría es que me lo han concedido en vida ; estas cosas suelen reservarse para los muertos».

Recibe este honor, dice, «como buena cubana . Pensé, hablé y bailé bien, y desde que tuve nombre y tuve público, siempre presumí de ser cubana. Porque no se olvide que cuando yo empecé a bailar, en todas partes del mundo pensaban que lo único que bailaban los cubanos era la rumba . Pues no. Los cubanos también bailan ballet». Y se apoya en Pedro, su marido y su fiel escudero de tantos años, para responder cuando se le pregunta si ella descubrió el ballet clásico a los cubanos. «No lo sé, ¿qué tu crees, Pedro?» «Yo creo que sí», responde él. «Había algo de ballet, pero muy poco. Ella educó al público en el gusto del ballet».

Este arte ha sido un verdadero estandarte para la cultura cubana. «Hemos dado al mundo muy buenas bailarinas y bailarines». El país vive ahora una nueva etapa, con la reapertura de relaciones con Estados Unidos. «Nosotros tenemos una gira por Latinoamérica y sé que en Estados Unidos quieren que vayamos. Tenemos una oferta para bailar en Miami , y eso me parece muy bonito, muy bueno». Eso para la compañía. Pero ¿qué significará para el país? «Será bueno... A nosotros, los cubanos, no nos gusta estar peleando, El cubano quiere ser feliz , vivir en la isla y darle vida, no pelear».

Se muestra muy orgullosa de su ballet. «Es una gran compañía -dice convencida-. Bailan muy bien y el nivel es muy alto»Muda la voz y pone acento misterioso cuando revela: «Quizás haya alguna sorpresita y haga algún número con el ballet». Y es que, confiesa, « echo de menos el escenario , pero cuando veo a la compañía bailando vivo ese momento con ellos».