«No quería glorificar ni mostrar a Walt Disney como un monstruo»

Una década después decidió realizar una novela en la que pudiera combinar realidad y ficción, «tomando algunos elementos de la obra de teatro». En este libro, editado por Turner, se inspira el próximo estreno mundial del Teatro Real , en coproducción con la English National Opera , que tendrá lugar el próximo 22 de enero en Madrid , con música de Philip Glass.

Hijo de una cantante de opereta y del filósofo austriaco Robert Jungk , que se trasladó a vivir a Los Ángeles tras la segunda Guerra Mundial, el escritor recuerda la primera vez que supo de la existencia de Disney. «Cuando era niño no teníamos televisión en casa, pero en uno de los viajes de mis padres nos hospedamos en un hotel que sí tenía. Allí vi unas pequeñas historias que me fascinaron».

Más tarde, gracias a un íntimo amigo de su padre, Heinz Haber , un físico que trabajó como asesor para Disney, descubrió la imagen «de semidios» que tenían aquellos que le rodeaban. Décadas después, Jungk se ha adentrado en el fantasioso y también oscuro universo del dibujante. «Vi que era un personaje de ensueño que me permitía inventar historias, aunque –reconoce– no he inventado tanto. Me he limitado a colocar de una determinada manera todos los elementos de su biografía. Cuanto más investigaba me daba cuenta de que no tenía que inventar demasiado».

Pero sí lo hizo en el caso del personaje que vertebra la historia, Wilhelm Dantine, un dibujante de su compañía despedido que se obsesiona con vengarse de su antiguo jefe. «Es un personaje que vive situaciones muy parecidas a las que tuvieron muchos de aquellos que trabajaron para él, y cuyo nombre no se conoce».

Y sitúa en un 75% lo datos verídicos que aparecen en el libro, donde emergen aspectos poco amables de Disney, como su supuesto racismo, antisemitismo, misoginia y poco aprecio por la gente que trabajaba con él. A pesar de ello, Jungk cree que su texto es positivo. «En otros se han escrito cosas terribles con mucha maldad». Para «The Perfect American», el escritor nacido en Los Ángeles pero instalado en Europa desde la adolescencia ha contado con algunos testimonios de primera mano, como el de Ward Kimball , uno de los dibujantes que formaron el Nine old men , «que sentía una auténtica devoción por Disney». Jungk, sin embargo, reconoce que no siente «tanta admiración» por el productor.

En cuanto a la gestación de la ópera, recuerda que coincidió en París con Gerard Mortier , al que ya conocía de Salzburgo, «y me sugirió que tal vez algún día se podría hacer». Años después le llamaría para hablarle de su estreno en Nueva York, con partitura de Philip Glass , proyecto que finalmente se ha trasladado a Madrid. Asegura que le gusta la música del compositor estadounidense, que a sus 75 años p or primera vez aborda un tema americano , aunque todavía no ha escuchado nada de la ópera. «El viernes asistiré a un pequeño ensayo en el Real».

Asegura que su intención no ha sido «glorificarle ni mostrarle como un monstruo, sino una combinación de ambas cosas. Disney tenía un lado muy negativo a veces , pero también otro muy positivo. Ha hecho felices a muchas personas. Esta ópera es un gran retrato humano. Ray Bradbury , autor de ciencia ficcción, fue uno de sus amigos más cercanos y fue una excelente persona, por lo que creo que Disney no debió ser tan malo. Además, el mundo sería muy triste sin Walt Disney».