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Observan, por primera vez, cómo se forma un agujero negro

Científicos creen que el choque de dos estrellas de neutrones dejó tras de sí el pozo cósmico más pequeño jamás detectado

Representación de la fusión de dos estrellas de neutrones ESO
José Manuel Nieves

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En noviembre de 2017, los núcleos extremadamente densos de dos estrellas muertas se fusionaron en una colisión cósmica nunca antes observada por los científicos. El evento fue, de hecho, la primera observación directa del choque de dos estrellas de neutrones , auténticos "cadáveres estelares" que se forman cuando las grandes estrellas envejecidas explotan, dejando tras de sí un núcleo de material (en su mayoría neutrones) ultracompacto.

Durante la colisión, las dos estrellas muertas "fabricaron" y lanzaron al espacio enormes cantidades de oro, plata, platino y otros elementos pesados de la tabla periódica que no se forman, como los más ligeros, en los hornos nucleares de las estrellas. Hasta ese momento, nadie había visto antes uno de los lugares donde se fabrican todos los materiales preciosos del Universo. Los investigadores calcularon que, inmediatamente después de la colisión, se lanzó al espacio una cantidad de oro equivalente a diez veces la masa de la Tierra.

Y ahora, el físico David Pooley, al frente de un equipo de investigadores de la Trinity University en San Antonio, cree que como consecuencia de aquella colisión se formó un agujero negro. Uno, además, que sería el más pequeño de todos los detectados hasta ahora . El trabajo acaba de publicarse en Astrophysical Journal Letters .

Desde el momento de la colisión, los astrónomos se han estado preguntando qué fue de las dos estrellas de neutrones después de su fusión. Sabían que el cuerpo resultante era una especie de "amalgama estelar" con una masa de cerca 2,7 veces la del Sol, pero no sabían si lo que se había formado era, simplemente, una estrella de neutrones más grande, o el agujero negro más pequeño de cuantos han sido descubiertos hasta ahora. La masa del anterior poseedor del récord rondaba las cuatro masas solares.

Para salir de dudas, Pooley y sus colegas analizaron los datos recogidos por el telescopio espacial de rayos X Chandra, de la NASA, varios meses después de que el detector de ondas gravitacionales LIGO identificara la colisión. Si las dos estrellas de neutrones se habían unido para formar una estrella muerta más grande y masiva, los científicos esperaban que la nueva estrella de neutrones estuviera rodeada por una brillante capa de partículas de alta energía, algo similar a lo que se puede ver al observar la Nebulosa del Cangrejo, pero mucho más brillante.

Pero los rayos X procedentes del lugar de la fusión resultaron ser demasiado débiles para coincidir con esa explicación, lo que llevó al equipo a concluir que la colisión, efectivamente, había dado lugar a un agujero negro.

Nuevas observaciones del brillo de los rayos X del objeto formado tras la fusión ayudarán a confirmar o desmentir definitivamente la existencia de ese nuevo agujero negro, el primero a cuyo nacimiento ha podido asistir el hombre.

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