La «macrofiesta» de Adelson
El magnate ha revolucionado la industria del juego y el urbanismo en Macao
PABLO M. DÍEZ
Con un ojo puesto en el complejo EuroVegas que quiere construir en Madrid, el magnate de Las Vegas Sheldon Adelson amplió ayer su imperio de Macao, el paraíso del juego en el Lejano Oriente. En una espectacular ceremonia donde no faltaron los fuegos ... artificiales ni celebridades como la actriz china Zhang Ziyi (protagonista de «Memorias de una geisha» y «Tigre y dragón»), el dueño de los famosos casinos Sands y Venetian inauguró una nueva fase del complejo que ha levantado en la Franja de Cotai, una lengua de tierra de un kilómetro ganada al mar que une las islas de Taipa y Coloane.
En concreto, se trata de la primera torre del lujoso Hotel Sheraton, que será el mayor de Macao y el más grande de esta cadena al contar con 3.896 habitaciones y dos casinos, Himalaya y Pacífica , que en total suman más de 200 mesas de juego y 1.700 máquinas tragaperras. A principios del próximo año se inaugurará la segunda torre, dando lugar a una enorme galería comercial con un centenar de tiendas de marca y una veintena de restaurantes internacionales.
Bajo los gélidos chorros de aire acondicionado, que contrasta con el calor húmedo y sofocante del exterior, darse una vuelta por sus inmaculados pasillos de mármol es como sumergirse en un carrusel de anuncios de Navidad. A uno y otro lado, no hay más que tiendas de Gucci, Rolex, Omega, Adidas, Ralph Lauren y, cómo no, Zara, Massimo Dutti y Adolfo Domínguez .
El distrito del ocio
Con esta apertura, el Sheraton se suma a los hoteles Conrad y Holiday Inn que, dotados también de sus respectivos salones de juego, se alzan frente al gigantesco casino Venetian, el buque insignia de Adelson en Macao. Desde que, en 2007, abrió sus canales con góndolas, sus 800 mesas de juego y sus 6.000 máquinas tragaperras, a su alrededor ha proliferado un auténtico distrito del ocio que ha atraído a otros casinos y hoteles rivales como City of Dreams, Crown, Galaxy y Hard Rock.
Hace ocho años, cuando Adelson abrió el primer casino estilo Las Vegas en otra parte más céntrica de la ciudad, la Franja de Taipa no era más que un lodazal donde los pescadores rebuscaban entre sus charcas . Entonces fue cuando, según ha comentado, tuvo «un sueño», una visión de lo que sería el mayor y más rápido cambio urbanístico vivido por la antigua colonia portuguesa.
En menos de una década, la Franja de Cotai se ha plagado de rascacielos de cristal con fachadas de colores y mastodónticas construcciones «kitsch» como el Venetian. En él, singulares gondoleros de ojos rasgados hacen las delicias de los turistas imitando a Pavarotti mientras surcan sus canales, rodeados de tiendas de renombre.
Construido a imagen y semejanza de su hermano mayor en Las Vegas, el Venetian de Macao comenzó «la diversificación y transformación» de la principal industria de la ciudad, según explicó Edward M. Tracy , máximo representante en China de Sands, la empresa de Adelson.
Monopolio roto
En 2005, Macao tenía 17 casinos que generaban cerca de 5.000 millones de euros anuales. Basado en el sórdido concepto de juego puro y duro, la mayoría pertenecían a Stanley Ho , el anciano magnate que controló el monopolio de esta industria durante cuatro décadas.
Tras la devolución a China en 1999, el régimen de Pekín no sólo no prohibió las apuestas, como hace en el resto del país, sino que liberalizó el sector e invitó a los operadores de Las Vegas a importar un estilo de ocio más sano y familiar , basado en las compras y las convenciones empresariales.
Demostrando su carácter pionero, Adelson fue el primero en aterrizar; 24 horas al día, hoy funcionan 35 casinos que reportaron 25.084 millones de euros y recibieron 16 millones de turistas chinos el año pasado. De ellos, doce se ubican ya en la isla de Taipa urbanizada por Adelson, que ha impulsado la economía y creado empleo en esta pequeña ciudad de medio millón de habitantes.
Gracias a sus inversiones en Macao, el magnate americano ha disparado su fortuna hasta convertirse en la decimosexta persona más rica del mundo con 16.000 millones de euros, según Forbes . Pero también está siendo investigado por supuestos sobornos a las autoridades chinas y por presuntas conexiones con las «tríadas» mafiosas que controlan el negocio del juego y la prostitución.
«No podemos romper ninguna ley porque estamos sujetos a una supervisión muy estricta por el Consejo del Juego de Nevada y Wall Street », rechaza las acusaciones de corrupción un alto cargo de la compañía, quien insiste en la seguridad que proporcionan «las millones de cámaras y la legión de vigilantes jurados».
Controversias al margen, el interés empresarial de Adelson por las boyantes economías de Asia no se ha centrado únicamente en Macao, ya que en 2010 abrió en Singapur el casino Marina Bay Sands en un edificio de 55 plantas con tres torres unidas por una enorme cornisa con piscina y palmeras. Construido junto al mar con una inversión de más de 4.000 millones de euros, fue el segundo casino autorizado en la próspera ciudad-Estado tras levantar la prohibición que pesaba sobre el juego para impulsar el turismo.
Milagro económico
Precisamente, ese es el modelo, y no el de Macao, que Adelson quiere implantar en «Eurovegas». Según la documentación que aporta la compañía Sands, el proyecto prevé una inversión de 30.000 millones de dólares (17.000 millones de euros) y se ha marcado como objetivo para 2025 facturar 30.000 millones de euros y generar 260.000 empleos directos e indirectos.
Sus expectativas consisten en atraer a 11 millones de turistas y aumentar los ingresos de este sector en 15.500 millones de euros, incrementando un 17% las pernoctaciones en Madrid y el negocio de las convenciones y congresos. Hundida por la crisis, España aguarda el «milagro económico» Adelson ha traído a Macao.
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