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La disolución de Segi solo es un punto y aparte

Los «cachorros de ETA» vuelven a mutar de piel para readaptarse a los nuevos tiempos

La disolución de Segi solo es un punto y aparte abc

m.arrizabalaga/ J. PAGOLA

Casi ocho meses después de anunciar el cese definitivo de su actividad armada, ETA ha decidido echar el cierre a Segi aunque sin abandonar a sus «cachorros» a los que ahora pretende canalizar de otra manera, dejando a un lado la «kale borroka» ahora inexistente y readaptándose a los nuevos tiempos.

Un documento interno de 33 páginas conocido en mayo anunciaba para este mes el paso que ahora ha dado esta parte del entramado etarra encargada de la «kale borroka» aunque avanzaba que tras ella surgiría una nueva, «Kimua» (Brote), que según fuentes consultadas por ABC ya estaría en marcha. Los portavoces de Segi ya han anunciado hoy que se comprometen a seguir trabajando con «herramientas nuevas o ya existentes», según recoge Gara en euskera. Su disolución, por tanto, puede ser solo una mutación de piel de esta serpiente que durante más de treinta años ha resurgido con distintos nombres.

33 años de violencia callejera

Los «cachorros» de ETA se bautizaron por primera vez en mayo de 1979 con el nombre de Jarrai («seguir») y convirtieron la «kale borroka» en las clases prácticas para acceder a la organización terrorista. Los denominados «Grupos Y» supusieron un poderoso instrumento de agitación social para ETA a finales de los años 90.

En abril de 2000, Jarrai formalizaba su unión con el grupo juvenil vasco francés Gazteriak tras un año de debates internos para crear Haika («levantarse»). Un comunicado de ETA saludaba entonces a los nuevos «retoños de la lucha por la independencia del País Vasco». Entre los promotores de esta unión se encontraban Igor Ortega y Olatz Dañobeitia, por parte de Jarrai, Xabi Larralde e Yves Machicote, por parte del grupo vasco francés.

Un año después, el juez Garzón dirigió una operación policial contra la cúpula dirigente de Haika en la que se detuvo a quince personas. La organización amenazó el mismo día con actos de violencia en protesta por los arrestos y se produjeron multitud de incendios, sabotajes y diversos actos vandálicos en diferentes puntos del País Vasco. Su portavoz, Asier Tapia, fue detenido poco después acusado de apología del terrorismo y de ser responsable de dichos actos.

El 10 de mayo de 2001 Haika fue ilegalizada, acusada de «formar parte de la estrategia de violencia y terror de ETA, y de animar a sus militantes a integrarse en los comandos armados de la organización terrorista».

La respuesta no se hizo esperar. El 16 de junio de 2001 se fundaba su heredera, Segi , que se definía como omo una organización independentista, socialista, revolucionaria y euskaldun, pero que en su mismo nombre hacía constar su intención: «continuar». Ocho meses después esta nueva marca juvenil de ETA era declarada ilegal al ser considerada un mero «sucedáneo» de la anterior y como tal parte ingrante de la ETA-KAS-EKIN.

El 8 de marzo de 2002 caían detenidos catorce dirigentes de Segi, mientras otros ocho se daban a la fuga. Era la primera operación contra Segi a la que seguirían hasta 120 detenciones de cuadros del grupo juvenil por su condición de tales, veintitrés de ellos en Francia, a donde habían huido los miembros del grupo ilegal. Casi todos ellos fueron extraditados posteriormente y puestos a disposición de la Audiencia Nacional.

El mayor golpe a Segi se produjo en 2009 con una macrooperación policial que supuso la detención de una treintena de dirigentes de la organización en el País Vasco y Navarra. En el auto por el que el juez envió a los arrestados a prisión, Fernando Grande Marlaska señalaba que Segi no era más que « un tentáculo de ETA» , una «auténtica academia terrorista» para la continuación de la lucha armada.

La Audiencia Nacional había ordenado su disolución en junio de 2005 y dos años después el Tribunal Supremo sentenciaba que eran organizaciones terroristas . Segi figuraba en la lista de grupos terroristas de la Unión Europea. Las últimas operaciones en territorio español se produjeron en el año 2010, cuando se detuvo a una veintena de militantes.

Ayer se conoció la última sentencia a miembros de Segi; cinco miembros de la organización ilegalizada fueron condenados a seis años de prisión por integración en banda armada.

El anuncio de la disolución de Segi se une a la desintegración el mes de octubre de 2011 de Ekin , considerada como los guardianes de la ortodoxia etarra dentro de todas las estructuras del entorno de la banda terrorista.

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