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El plan para salvar Bankia que se quedó en el cajón de Rato

El ya expresidente de la entidad diseñó un agresivo proyecto de saneamiento que nunca pudo someter al consejo por su precipitada salida

El plan para salvar Bankia que se quedó en el cajón de Rato EFE

EFE

Rodrigo Rato trató de asegurar la pervivencia en solitario de Bankia con un plan agresivo de saneamiento que requería una ayuda estatal de más de 6.300 millones de euros , pero que nunca pudo someter al consejo por su salida precipitada de la presidencia de la entidad.

El plan, al que tuvo acceso EFE, debía haber sido aprobado en el consejo de administración convocado para el pasado viernes, que nunca se celebró por la dimisión inesperada de Rato y su sustitución por José Ignacio Goirigolzarri. Precisamente, el nuevo presidente reúne mañana miércoles al consejo, donde el plan de Rato podría estar sobre la mesa, dado que plantea una estrategia de futuro que podría ser aprovechada en parte por el nuevo equipo , especialmente en lo que respecta a las ayudas públicas.

Líneas básicas del plan

El eje del plan era adelantar los saneamientos previstos para los próximos cuatro ejercicios en un intento de disipar las dudas de los mercados, lo que le hubiera obligado a realizar dotaciones por 9.700 millones de euros. El impacto neto en los beneficios, de haberse llevado a cabo, hubiera sido superior a los 5.000 millones.

Para conseguir este saneamiento, Rato había iniciado conversaciones con el Ministerio de Economía para asegurarse una nueva línea de ayuda pública por importe de 6.350 millones de euros, cantidad que se sumaría al préstamo de 4.465 millones de euros que le concedió el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en 2010.

Rato pretendía así aprovechar el colchón de 4.700 millones de euros en participaciones preferentes y obligaciones subordinadas que tiene en circulación la entidad para someterlas a operaciones de canje, y poder amortizar así el primer préstamo del FROB. Así, una vez ejecutado el plan, Bankia sería capaz de comenzar a generar resultados sólidos y recurrentes que, según las primeras estimaciones del plan, podría llegar a los 2.000 millones de euros en 2015.

La frustrada fusión con Caixabank

Este plan para asegurar la supervivencia en solitario de Bankia llegó después del intento fallido de fusión con Caixabank a finales del año pasado, que no pudo ejecutarse por desacuerdos en materia de gobierno corporativo. Aunque durante la negociación se avanzó en detalles sobre la copresidencia del nuevo grupo, que sería compartida por Rato e Isidro Fainé, presidente de Caixabank, no se pudieron resolver detalles en apariencia menos importantes, como la ubicación de una sede fuera de Cataluña.

El entorno de Rato cree que el proyecto de fusión con Caixabank fue una oportunidad perdida

Fuentes del entorno de Rodrigo Rato piensan que aquel proyecto de fusión fue una oportunidad perdida, porque hubiera permitido a Caixabank realizar el ajuste de capacidad que tenía pendiente y a Bankia abordar los saneamientos necesarios para reducir el excesivo peso del "ladrillo".

Tras romperse la negociación, Rato tomó conciencia de que para asegurar la supervivencia de la entidad -fruto de la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas- no necesitaba ganar tamaño, sino acometer un fuerte saneamiento. Muchos ven en Bancaja el principal problema con el que ha tenido que lidiar Rato, al asumir una caja con un excesivo peso inmobiliario y una alta morosidad, realidad que no conoció hasta meses más tarde, cuando la fusión ya se había producido.

Las mismas fuentes consideran que fue el Banco de España el que planteó a Rato, entonces presidente de Caja Madrid, sumar a Bancaja al proyecto de fusión , sin advertirle de los problemas que acarreaba la entidad valenciana. Una vez cerrada la fusión, y ante las dudas que tenían los mercados, el grupo se vio obligado a aparcar en una sociedad matriz, el Banco Financiero y de Ahorro (BFA) , sus participaciones industriales y sus activos tóxicos, y a segregar su negocio financiero en Bankia, con el objeto final de sacarla a bolsa.

Expertos financieros opinan que la salida a bolsa de Bankia debía haber sido más meditada, pero se precipitó por la necesidad de dar una imagen de solvencia y credibilidad del sistema financiero español. Ahora, con la nacionalización de BFA y el hundimiento de Bankia en bolsa, que le incapacita para financiarse en los mercados, los expertos creen que el nuevo equipo gestor propondrá la fusión de las dos sociedades.

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