Artur Mas se olvida de la inmersión
El mismo día en que Martin Schulz avalaba el catalán, Mas obviaba este idioma en un foro europeo
Cuando José Montilla gobernaba Cataluña, los sectores más clasistas de CiU abundaron en la incapacidad idiomática del socialista. Que el ex líder del PSC no dominara el catalán y mucho menos otras lenguas extranjeras había sido objeto de burla por parte de los nacionalistas más recalcitrantes.
Llegó Artur Mas a la presidencia de la Generalitat y, con él, el control natural del catalán y un cierto desparpajo del inglés y el francés. Una habilidad que los asesores del «president» han intentado explotar, aunque la estrategia a jugado malas pasadas. Porque, el mismo día en que el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, visitaba Barcelona y defendía el uso del catalán en esta cámara —incluso llegó a hacer un tuit en esta lengua—, e l propio Mas se olvidaba de ese idioma en una cena que el miércoles por la noche ofreció a los asistentes a la cumbre del Banco Central Europeo celebrada en Barcelona.
Horas antes, el gobierno autonómico se veía obligado a desactivar la versión en inglés de una página oficial porque la traducción automática había convertido las palabras «president Mas» en «The president More».
Obviamente, sorprende que un defensor tan acérrimo de la inmersión lingüística en las escuelas —el ejecutivo autonómico se niega a cumplir las sentencias del Tribunal Supremo que defienden el bilingüismo—, pronunciara en inglés su discurso en la recepción de los banqueros que tuvo lugar en el Palau de la Generalitat.
¿Ganas de exhibir músculo internacional? ¿De marcar distancias con su predecesor y compararse con otros presidentes trilingües como la madrileña Esperanza Aguirre? Puede, aunque ello no era incompatible con una breve intervención en el idioma supuestamente propio de Cataluña —lamentablemente, en castellano ya se presuponía que no iba hablar—.
Hay otros ejemplos de los resbalones lingüísticos del dirigente nacionalista. Su burla sobre el acento de los niños andaluces fue bastante desafortunada, lo que le valió duras críticas a sus «aires de superioridad». Curiosamente, Mas tiene algo en común con Montilla, de origen andaluz: sus hijos acuden a una escuela privada donde aprenden inglés, castellano y catalán. Para ellos sí hay trilingüismo.
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