El cine español, en paro

Se espera que, una vez despejado el horizonte político, los números vayan aumentando, pero la foto fija da escalofríos: cinco rodajes en enero, cuatro en febrero, ninguno previsto de momento en marzo, uno en abril y otro en mayo. En verano se añadirá lo nuevo de Almodóvar, «Los amantes pasajeros» , como confirmó su hermano y productor esta semana.

Pero, si entre enero y mayo del pasado año rodaron Álex de la Iglesia, Rodrigo Cortés, Benito Zambrano, Gerardo Herrero, José Luis García Sánchez, Paco Plaza o Icíar Bollaín, entre los «valientes» de principios de este año solo destacan nombres como los de Eduard Cortés, Gracia Querejeta (con un corto), Emilio Ruiz Barrachina y la actriz María de Medeiros, que se ha embarcado en un documental.

No obstante, ya lo advertía en estas páginas hace unos días el presidente de la Academia, Enrique González Macho : « El cine está parado , nadie quiere poner ningún proyecto en marcha por miedo a lo que vaya a pasar». Esa inquietud hace referencia a la falta de concreción en la estrategia cinematográfica del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

El nombramiento de Susana de la Sierra , experta en fiscalidad del cine , al frente del ICAA descolocó al sector y, aunque el ministro José Ignacio Wert intentó apaciguar los ánimos en su primera comparecencia en el Congreso afirmando que «seguirá habiendo ayudas al cine que se irán combinando con un modelo mixto de financiación», son muy pocos los que se atreven a iniciar producciones sin la seguridad jurídica de la que gozaban hasta ahora. Este parón ha dejado sin trabajo a miles de personas , tantas como aglutina la industria del cine.

Isona Passola, de Massa d’Or , tiene claro que «absolutamente nadie pone nada en marcha ahora, hay un freno muy claro, un parón y hasta que el Gobierno no se decida no va a ocurrir nada». Passola espera seguir haciendo cine «con la ayuda del Estado» porque solo así se podrá mantener «la diversidad del cine español, que es su aspecto más interesante».

A la productora de «Pa negre» le «molesta mucho la palabra subvención, porque es una ayuda industrial que revierte y se recupera» y defiende que «el sistema ha funcionado muy bien porque antes las películas eran una porquería y ahora venden y han prestigiado al país». En el caso de que se opte por un nuevo sistema de desgravación, Passola advierte de la necesidad de «un tiempo de transición para empezar a mentalizar a la gente, aunque yo haría un sistema mixto».

Un modelo que también defiende Gonzalo Salazar Simpson, de La Zona Films . El productor de «No habrá paz para los malvados », que opta a catorce Premios Goya, afirma que «hay un parón absoluto» y sostiene la necesidad de un sistema «mixto que permita la convivencia entre incentivo fiscal y ayuda directa, aunque el modelo de desgravación actual no es perfecto, no atraemos a inversores».

Según él, «ninguno nos atrevemos a rodar y si cambia el modelo drásticamente puede provocar un bloqueo grave». Otra clave, a su juicio, es el papel de las televisiones en abierto , porque «estamos en un momento de caída de la publicidad y Telecinco, por ejemplo, ha parado de rodar».

José Antonio Félez, responsable de Atípica Films , prefiere, en cambio, quitarle dramatismo al asunto. «El cine no está al margen de la sociedad y, como tal, vive momentos difíciles», explica el productor de «Primos» . «Mientras no haya una situación de acceso al crédito no se van a poder hacer películas, pero, si la hipótesis es que solo haya ayudas fiscales, se acabó el cine en España porque sin ayudas públicas no se puede recuperar la inversión», sentencia el productortor.

Y es que, a juicio de Félez, «el cine necesita unas condiciones muy claras para sobrevivir y si ese medio no es propicio va a desaparecer». La pelota está, ahora, en el tejado del Gobierno. La petición de los productores es unánime: que se despeje cuanto antes la incógnita de las subvenciones , «porque son muchas las incertidumbres a la hora de hacer cine y no se puede añadir otra más».