Bajas temperaturas: consecuencias y tipos de heladas que producirá la ola de frío

¿Sabes qué es la cencellada?

El término no es muy conocido, pero todos conocemos sus efectos de formación de pequeñas plumas y agujas de hielo blanco en la superficie del coche, sobre todo, cuando éste duerme en la calle. La cencellada o cenceñada es el rocío que se hiela y pasa a ser escarcha. Entonces, en el seno de la niebla y las nubes se quedan suspendidas gotitas en estado de sobrefusión, cuando deberían haberse ya congelado. Estas gotitas mudan en esas formaciones blanquecinas cuando entran en contacto con cualquier superficie sólida, sobre las que se congelan.

En términos meteorológicos, es la precipitación al suelo de la niebla como consecuencia de las bajas temperaturas. Este fenómeno se da, en España, en las provincias que donde es habitual que se compaginen la niebla persistente y el termómetro bajo cero y de manera prolongada. De esta forma, por ejemplo, en Valladolid es muy usual detectar esta cencellada sobre el capó y cristales de los vehículos porque la niebla densa impide que pasen los rayos de sol y se convierte en un aislante de las bajas temperaturas que se registran estos días. Con la niebla, la temperatura se mantiene estable, no logra ascender y se perpetúa esa cencellada.

El efecto más visible, como el del rocío (con capas de aire un poco más caliente) o la escarcha en otras zonas con menos niebla en España, es esa apariencia blanquecina en los jardines, mobiliario urbano y tierras labradas, que se asemeja a una leve capa de nieve, cuando solo son partículas de agua.

¿Cómo se puede combatir?

Para el fenómeno de la cencellada y el de las heladas sobre los cristales del turismo, se pueden adoptar ciertas precauciones, aunque no todas son igual de útiles. Se puede recurrir al método más convencional para limpiar los parabrisas que se despiertan cubiertos por el rocío o la escarcha y que han pasado mucho frío por la noche: una caja de un CD, un cartón o una tarjeta de plástico. La solución, se deduce, no es la más idónea, así que otros optan por un raspador de hielo o productos exclusivos para plantar lucha a los cristalitos de hielo. Hay quienes colocan una capa de plástico de cocina en el cristal antes de dejarlo estacionado durante toda lnoche y lo quitan por la mañana, pero con el efecto contraproducente de que el plástico se pega al cristal con la humedad. No obstante, otros se decantan por métodos mucho más rudimentarios, como arrojar vinagre, alcohol o incluso rebañar con media patata el cristal para impedir que el hielo se adhiera al cristal. Si lo haces por la noche, al dejar el coche, y por la mañana pasas el limpiaparabrisas, logras que no haya hielo, aunque los residuos del tubérculo tampoco son muy agradables.

El hielo en la carretera es peor todavía. Los expertos de Tráfico recomiendan evitar las rutas poco concurridas, las vías menos transitadas, las zonas sombrías y si se observa desde el volante el asfalto muy brillante, hay que esquivar pasar por encima en la medida de lo posible. El uso de cadenas no impide que el coche se desplace sobre una placa de hielo , así que ésa tampoco es una medida fiable.

¿Conoces la helada negra?

Además de las personas y nuestros vehículos, los que más sufren con el paso de estas olas de frío invernal son las plantas, máxime si hablamos de «heladas negras», el verdadero terror de los agricultores. Los trabajadores del campo sienten pavor ante estas llamadas heladas de advección, un fenómeno que se produce al unir condiciones de humedad y temperatura ambientales bajísimas, y que ataca no solo la superficie del vegetal, sino que profundiza hasta las estructuras internas. De esta forma, el resultado puede ser la necrosis de los tejidos dañados, que se pudren y ennegrecen (de ahí el nombre). La planta puede morir si el hielo se acopla a partes vitales, como el tronco.