El Papa urge a atajar la «precaria situación» de los jóvenes

Como es tradicional, el Papa despidió el año con un «Te Deum» de acción de gracias por todos los bienes recibidos y con una llamada al optimismo, pues «es el momento de confiar infinitamente en Dios». Benedicto XVI invitó a «cruzar el umbral del 2012 con el alma llena de gratitud, recordando que el Señor vela sobre nosotros y nos cuida».

La primera ceremonia del Nuevo Año fue la misa de Santa María Madre de Dios en la Jornada Mundial de la Paz, cuya cuadragésima quinta edición lleva como lema «Educar a los jóvenes en la justicia y la paz». El Papa considera necesario romper la cadena del odio que generan el terrorismo, el nacionalismo y el fundamentalismo; en definitiva, la colección de fanatismos que ensangrientan todavía el planeta.

En su homilía, Benedicto XVI aplaudió «la consolidación entre los jóvenes, en los últimos decenios, de muchas formas de compromiso social en el campo de la paz y la justicia», pues «el Evangelio de Cristo es también el Evangelio de la justicia y la paz». Actuar así es el antídoto «frente a las sombras que hoy oscurecen el horizonte del mundo» y permite «mirar al futuro con esperanza».

El Santo Padre comentó que «los muchachos y muchachas actuales crecen en un mundo que se ha hecho, por decirlo así, más pequeño», por eso les resulta «más indispensable que nunca aprender el valor y el método de la convivencia pacífica, del respeto recíproco, del diálogo y la comprensión».

Es también muy importante que los adultos no destruyan el futuro de los jóvenes como sucede con la crisis de la deuda cuando una generación gasta el dinero de la siguiente y deja una herencia de desempleo.

Durante el rezo del Ángelus, en la Plaza de San Pedro, el Papa recordó los párrafos de su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz en que denunciaba «la dificultad de formar una familia y de encontrar un puesto de trabajo estable». Ante el grave aumento del desempleo juvenil en todos los países endeudados, el Papa insiste en la necesidad de darles «la capacidad de contribuir al mundo de la política, de la cultura y de la economía para la construcción de una sociedad de rostro más humano y más solidario».

En cierto modo, Benedicto XVI continuaba el diagnóstico formulado en el «Te Deum» del 31 de diciembre, cuando advirtió que «las jóvenes generaciones acusan más la desorientación causada por la crisis actual, no sólo económica sino también de valores». El Papa ha repetido que la crisis financiera es, en realidad, una crisis de ética, y que las soluciones pasan por una restauración de la ética en la vida económica, financiera y política, pues los meros parches no llevan más que a nuevas desilusiones.

A pesar de los problemas, la jornada de ayer tuvo un carácter alegre y optimista, con momentos muy divertidos, como el saludo al Papa de tres niños vestidos de Reyes Magos durante la misa en la basílica de San Pedro. El año 2011 ha sido, quizá, el mejor del Pontificado de Benedicto XVI, con pasos de gran alcance como la publicación del segundo volumen de «Jesús de Nazaret», la beatificación de Juan Pablo II, la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, el viaje a Alemania, etc. El año 2012 llega muy prometedor, con los viajes del Papa a México y Cuba el próximo mes de marzo. De hecho, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) confirmó ayer que el Santo Padre será recibido oficialmente a su llegada a La Habana por el presidente Raúl Castro, con quien está previsto que mantenga además un encuentro privado. El 2012 se completará con la celebración del Año de la Fe, el sínodo mundial de obispos sobre la Nueva Evangelización y un posible viaje al Líbano.

Primer ordinariato en EE.UU. Ayer entró en funcionamiento en Estados Unidos el Ordinariato de la Cátedra de San Pedro, creado para acoger en la Iglesia católica a obispos, sacerdotes y fieles episcopalianos y anglicanos de modo similar a como se hizo en el Reino Unido.

El Papa ha puesto al frente del Ordinariato americano al ex obispo episcopaliano Jeffrey Steenson, de 59 años, casado y con tres hijos, quien se incorporó a la Iglesia católica en el 2007 y recibió la ordenación como sacerdote en el 2009. La nueva estructura incorporará en pocos meses un centenar de sacerdotes y unos dos mil fieles. Aunque sea sólo sacerdote, el ordinario tiene la jurisdicción sobre los sacerdotes y fieles del Ordinariato, de modo similar a un obispo.