Nóos no justificó 355.000 euros en gastos del segundo convenio

El instituto recibió el importe del acuerdo tras presentar seis facturas desde octubre hasta abril de 2006 por diferentes cuantías. En esta ocasión, Nóos presenta justificantes por un importe de casi 730.000 euros , por lo que quedarían unos 355.000 sin estar refrendados por un soporte documental. Pero también, como sucede con el convenio de 2005, hay facturas por 176.000 euros que no son achacables a este segundo acuerdo.

Así, hay once recibos emitidos por una sociedad contra el instituto por un importe de más de 69.000 euros y concepto «Colaboración el Illes Balears Forum y otros proyectos», que no responden en su totalidad a los trabajos realizados para ese evento, según se está investigando. Nóos también presentó otra factura de un premio a una persona por el «mejor caso de estudio... Valencia Summit 2005»; es decir, imposible que sea un gasto atribuible a un convenio que se firmó el año siguiente.

Existe asimismo un documento por el que Nóos paga más de 3.500 euros por la asistencia de Diego Torres y el Duque de Palma , entre otros, a un congreso sobre patrocinios que se habría celebrado en Gran Bretaña. Un gasto que muy difícilmente podría achacarse al Convenio firmado con el Gobierno de Jaume Matas.

La lista continúa —hay trabajos realizados en Valencia cuyos gastos se atribuyen luego al acuerdo de Baleares—, pero quizá sea aún más sorprendente que no se cumplieran el resto de los servicios comprometidos. Así, el Plan Estratégico valorado en 340.000 euros no ha sido localizado en registro alguno de la administración autonómica, si bien Diego Torres presentó en el juzgado un documento con ese nombre. Un simple análisis del mismo revela que se trata de una mera recopilación de datos estadísticos de instituciones públicas a los que cualquiera tiene acceso a través de internet, y la presentación de los datos de dos encuestas.

Respecto al Observatorio Permanente —unos 120.000 euros habría costado—, su trayectoria se limitó a unos estudios realizados por una empresa, que confirmó estos extremos. Ni siquiera se creó el comité de evaluación que se recogía en el acuerdo, por alguna razón que en su momento tendrá que ser explicada por los responsables de la administración balear en esa época. Como señala el juez Torres en el auto en el que autorizó las entradas y registros en el Instituto Nóos y las sociedades vinculadas a sus máximos dirigentes, «nadie se preocupó del control» de los servicios y precios pactados con Nóos, y «tampoco se rindieron cuentas de la aplicación de los fondos recibidos, ni nadie se tomó la molestia de recabarlas».