El juez acorraló con documentos a Teddy Bautista, que negó todo

Lo que se desprende del informe de la Guardia Civil incluido en el sumario de la operación «Saga», al que ha tenido acceso ABC, es que Bautista no pudo convencer al juez. Si bien no se apropió personalmente de dinero, «consintió, impulsó y autorizó» los hechos investigados: el presunto desvío de fondos a traves de una trama de empresas de la que el principal beneficiario era José Luis Rodríguez Neri y su círculo familiar y de colaboradores.

En el interrogatorio, Teddy Bautista admite que es el «máximo responsable de SGAE aunque su poder se encuentra muy limitado». Sobre los recursos y operaciones económicas, entiende que la responsabilidad es de Ricardo Azcoaga, director financiero que presenta las cuentas, «previo acuerdo del director de SDAE (Neri) y del director general de SGAE (Enrique Loras).

Bautista afirma no tener amistad con Neri, pero sí al menos reconoce que «es una persona de su total confianza». Recuerda que lo conoció «en su época de músico y que después se lo presentaron como responsable de una empresa de tecnología, sin poder concretar si era Microgénesis» la sociedad que Neri tenía en el centro de la trama a la que se suman otras como Res Cognita e Hipotálamo.

Pero cuando el juez le interroga sobre las sociedades, los pagos injustificados y los movimientos entre una y otra, el ex presidente del consejo de SGAE se cierra en banda. «No conocía la sociedad Hipotálamo y nunca había oído hablar de ella», declara. Entonces, Ruz le puso en jaque al mostrarle una carta «confidencial» que fue hallada entre sus papeles. Un sobre abierto remitido por Natalia Gómez de Enterría, exjefa de personal, que había recibido el encargo de investigar la retribución de Neri, ahora que el presunto «cerebro» de la trama quería reingresar en SGAE por el cierre de SDAE. La carta informa a Bautista, confidencialmente, de que faltan datos anteriores a 2008 que no conoce el director financiero («ni siquiera Ricardo sabe los datos») porque la contabilidad la hacía Microgénesis. Y detecta un pago sin autorizar en la facturación de Hipotálamo, que pasó de 135.000 a 181.000 euros.

A la carta le acompaña un email remitido desde SDAE con el desglose de sueldos de Neri de 2007 a 2009 y los pagos «por facturación a su empresa Hipotálamo». Entiende el informe que ese «su» significa que Bautista, García de Enterría y SDAE sabían «que era una empresa del sr. Neri». Ante la evidencia documental, Teddy Bautista no se inmuta y vuelve a negar todo al juez: «Sigue afirmando que no se acordaba de esta sociedad», «interpretó que esto era un incremento salarial».

Vendrán más documentos. Destaca una carta de Neri a Bautista escrita el 25 de junio de 2011, en la que le «solicita que se le respeten las retribuciones que hasta ese momento había venido percibiendo en la SDAE», ahora que la sociedad se disuelve y vuelve a SGAE. Además, le informa de que desde el 1 de julio prescindirá de la vincultación entre Hipotálamo y SDAE.

Ante la carta, Bautista dice que creía que Neri utilizaba empresas «para conseguir deducciones fiscales», y que los 203.000 euros que Neri le pide es «solo una petición» y señala que cuando le escribe «creo que nuestra relación, como hasta ahora, no necesita formalidades», es porque Neri «tiene esa percepción, pero que no la comparte». Y remacha que desconocía que cobrara de SDAE y también facturase desde Hipotálamo.

El juez Ruz mostró otros papeles a Bautista que demuestran que «recibía cumplica información de los trabajos que SDAE realizaba», incluso los informáticos.