El 75% de los implicados en los disturbios de Inglaterra tenía antecedentes penales

En un debate celebrado hoy en el parlamento británico, el alcalde de Londres, Boris Johnson , ha explicado que el 75% de los acusados de participar en los disturbios tenía antecedentes penales, y que el 83% había tenido contactos anteriores con la policía. En una acusación sin precedentes en el discurso oficial del gobierno, el ministro de Justicia, Ken Clarke , ha culpado de los disturbios a un «sistema penal roto» incapaz de evitar la reincidencia en el delito de «las clases criminales».

«Aún no se reconoce del todo, pero el núcleo de los agitadores eran, de hecho, conocidos criminales. Casi tres cuartos de los mayores de 18 años culpados por los incidentes tenían acusaciones previas. Es el legado de un sistema penal roto, cuyo historial en impedir la reincidencia delictiva es espantoso. En mi opinión, los disturbios pueden verse en parte como una explosión de comportamiento escandaloso de las clases criminales , individuos y familias familiarizadas con el sistema de justicia pero que no han cambiado tras sus penas anteriores», explica Clarke en un artículo publicado hoy por el diario «The Guardian» .

Un análisis compartido por el alcalde de Londres durante su comparecencia parlamentaria de hoy. Jonson ha cifrado en 40 millones de euros el coste de los disturbios para la Policía Metropolitana (también conocida como Scotland Yard), aunque el montante se eleva a 84 millones si se incluye “el coste de oportunidad” de destinar a los disturbios agentes que deberían estar atendiendo otras situaciones. Hugo Orde , líder de la asociación de jefes de policía y uno de los aspirantes a dirigir la policía metropolitana, ha cifrado el coste total para las fuerzas de seguridad en 56 millones de euros.

Varios mandos policiales han aceptado hoy, por su parte, que se cometieron errores y que deberían haber tenido «más agentes en la calle», como ha reconocido a los diputados Tim Godwin , jefe en funciones de Scotland Yard. Godwin se ha referido en concreto a los «fallos» de comunicación de los mandos policiales de Tottenham en la tarde del sábado 6 de agosto. Varios comentaristas han apuntado en las últimas semanas que la policía no atendió debidamente la petición de los familiares de Duggan de dirigirse a altos mandos del cuerpo para recibir información sobre el tiroteo con una unidad especial de Scotland Yard en el que murió el joven del barrio, conocido por su participación en bandas criminales.

La marcha de allegados hacia la comisaría forma parte del ritual que suele seguir en este tipo de barrios a los habituales incidentes con la policía.

«Tienes que encontrar al oficial de más alto rango que encuentres y le sacas a la calle a hablar con ellos. Les dices, “venid a mi despacho y hablamos”. Solo eso suele rebajar muchísimo la tensión», explicaba al diario londinense David Gilbertson , un ex alto mando policial en el barrio en los 90. Una escena que no se produjo hace hoy un mes, y que podría haber sido la mecha que hizo prender la ira en varios barrios de la capital y, tres días después, en las principales ciudades de Inglaterra.