¿Puede arder Barcelona como Londres?

Las imágenes de Londres son alucinantes. Hasta ahora siempre nos habían dicho que eso solo ocurría en USA. Los antiamericanos, en nuestro país hay uno cada metro cuadrado, nos decían ufanos que la política social europea impedía imágenes tercermundistas propias del Bronx. Pues bien, tras lo visto en Londres su teoría se ha ido al garete.

Justo al contrario, parece que las políticas sociales europeo-paternalistas por las que millones de personas subsisten en el viejo continente, sin esfuerzo alguno y sin más objetivo que el sobrevivir día a día, a base de recibir dinero extraído del esfuerzo de los que trabajan no solo no ha dado ningún fruto sino que ha creado una clase social sin expectativa, sin futuro, sin valores, y que se cree con derecho a tomarlo todo como si estuviera en OK Corral, en pleno lejano oeste.

La pregunta es: ¿Puede suceder lo visto en Londres en Barcelona? La respuesta es: ¿Por qué no? Hace unos años lo vimos en Can Anglada en Terrassa. En Salt u otros municipios no hemos estado muy lejos. Las elecciones municipales, donde PxC irrumpió con fuerza en grandes Ayuntamientos como L'Hospitalet o Santa Coloma nos deben hacer ver que no estamos exentos de poder vivir situaciones como las de Londres.

¿Qué pasa si los Ninis se echan a la calle? ¿Qué hacen el 30% de jóvenes de menos de 25 años sin empleo? ¿A qué dedican su tiempo y que futuro imaginan para si mismos el 50% de parados que según el Conseller Mena jamás van a encontrar empleo? Hay más preguntas ¿Cómo actuarían nuestras autoridades? En el Reino Unido el Primer Ministro y la Policía se han puesto las pilas. ¡Incluso saqueadores de 9 años han pasado por delante de un juez!

En Barcelona hace dos meses dejamos que los representantes del pueblo, los diputados, fueran vejados y llenados de escupitajos cuando acudían al Parlamento.

Temo que aquí sí puede ocurrir un día lo que en Londres. Nuestra situación social y económica no es mejor, todo lo contrario, que la británica… solo que aquí, tal como estamos haciendo con los falsos indignados, lejos de perseguirles, a los saqueadores más de uno les justificaría y, quien sabe, si desde la administración las pagaríamos el catering.