La mitad de los ciudadanos temen que España pueda ser intervenida por la UE

El estudio de DYM se realizó los días 2 y 3 de agosto, justo cuando la prima de riesgo española (el diferencial con el bono alemán a 10 años) superó los 400 puntos e hizo saltar todas las alarmas, hasta el punto de que, ese martes, el presidente del Gobierno suspendió el inicio de sus vacaciones en Doñana. Mientras desde el PP su portavoz económico, Cristóbal Montoro, advertía que el «punto de no retorno» no estaba lejos, desde Moncloa se enviaban mensajes de tranquilidad y se pedía a la oposición «responsabilidad», en diferentes conversaciones telefónicas entre Zapatero y los líderes políticos. En ese momento, los españoles veían con máxima preocupación la situación de la economía española.

«¿En qué medida cree probable que la economía española acabe siendo intervenida por la Unión Europea, como ha sucedido con las economías de Grecia, Irlanda o Portugal?», se pregunta en el sondeo. El 51 por ciento cree que el riesgo existe, con varios matices. El 7 por ciento afirma que «seguro» que la economía española será rescatada, mientras que el 22 por ciento opina que «probablemente lo será» y otro 22 por ciento prefiere ser más cauto y, sin dejar de advertir el peligro, señala que «quizás» se produzca ese escenario.

Sólo el 13 por ciento de los españoles contestan con rotundidad que «seguro» que la economía española no será intervenida, mientras que otro 26 por ciento indica que «probablemente» no lo será, pero ni siquiera se atreven a darlo por hecho.

La semana pasada, la vicepresidenta de Economía, Elena Salgado, críticó a Montoro por sus declaraciones en ABC, en las que alertaba de los peligros que acechaban a la economía, y se decantaba por unas elecciones generales en el mes de septiembre para acabar cuanto antes con la «interinidad» que abrió Zapatero al fijar la fecha electoral el 20 de noviembre. Desde el PSOE, Elena Valenciano se refirió a Mariano Rajoy como «el padrino», por comprometerse con el presidente del Gobierno, vía telefónica, a no hacer sangre, mientras permitía que sus subordinados criticaran duramente su gestión. «Tengo la responsabilidad moral de decir lo que pienso», replicó Montoro ante las críticas del Ejecutivo.

Pues bien, muchos votantes socialistas comparten la tesis de Montoro y del PP, como se desprende de la encuesta. Así, sólo el 19 por ciento de los simpatizantes del PSOE afirman con rotundidad que «seguro» que la economía española no será intervenida , mientras que un 33 por ciento se mantiene en una respuesta más prudente, pero sin tenerlas todas consigo: «Probablemente no lo será».

A partir de ahí, los socialistas que opinan que España puede ser rescatada llegan al 42 por ciento, con diferentes grados de pesimismo, o de realismo, según se mire. El 21 por ciento contesta que «quizás» se produzca el peor de los escenarios posibles, mientras que el 18 por ciento cree que «probablemente» ocurrirá y un 3 por ciento no tiene ninguna duda: «Seguro que será intervenida».

Los entrevistados que se declaran votantes del PP ven más negra la situación. Los que creen que España puede ser intervenida por la Unión Europea, por la presión de los mercados y la crisis de la deuda, llegan al 61 por ciento, diez puntos más que el dato del conjunto de los españoles (51 por ciento). En concreto, el 11 por ciento lo da por hecho y contesta que «seguro» que habrá una intervención . El 27 por ciento lo ve «probable», y el 23 por ciento cree que «quizás» se produzca la intervención, sin descartarlo en absoluto.

Los optimistas del PP suman el 31 por ciento. El 7 por ciento subraya que «seguro» que la economía no será intervenida, y el 24 por ciento cree que «probablemente no lo será».

En el sondeo de DYM, que refleja una mayoría absoluta del PP en las elecciones generales, con 12,6 puntos de ventaja sobre el PSOE, se destaca que los votantes del PP valoran menos el liderazgo dentro del partido que los del PSOE. El 45 por ciento de los populares admiten que la valoración del candidato influirá en su voto, porcentaje que sube hasta el 66 por ciento en el caso de los socialistas. En el PP, el voto se mueve más por la necesidad de «mejorar la economía».