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El pulso entre PNV y PSE deja Guipúzcoa a los pies de Bildu

Egibar admite que será muy difícil un pacto foral con la coalición, aunque no lo descarta

El pulso entre PNV y PSE deja Guipúzcoa a los pies de Bildu efe

ITZIAR REYERO

La encarnizada lucha política que PNV y PSE libran en el País Vasco desde que Patxi López reemplazó a Juan José Ibarretxe como lendakari, dificulta seriamente cualquier opción de llegar a un acuerdo bilateral en Guipúzcoa, que evitaría que Bildu se hiciera con el control de las principales instituciones en esta provincia. Socialistas y peneuvistas, que entre 1985 y 1990 llegaron a conformar un gobierno de coalición en Euskadi, se ven ahora incapaces de salvar sus pugnas por el poder y cerrar un pacto provechoso para ambos, que permitiría a los primeros conservar el Ayuntamiento de San Sebastián, y a los segundos la Diputación de Guipúzcoa.

Veto mutuo

La suma PSE-PNV neutralizaría la victoria de la coalición radical en ambas instituciones y aliviaría el temor expresado por sectores de la sociedad guipuzcaona, como las víctimas y los empresarios, ante el avance de Bildu. Este esquema es a priori el deseado por los socialistas vascos, así como por el PP. Los populares, sin opción al poder en Guipúzcoa, se han mostrado «conformes» con semejante reparto con tal de cerrar la puerta a Bildu, si ello además implica el respeto a su lista en Álava.

Pero lejos de facilitar este cambio de cromos que aporte estabilidad institucional en Guipúzcoa, ambas ejecutivas se han vetado mutuamente. Primero los de Iñigo Urkullu —temerosos ante la airada reacción de la «izquierda abertzale», que ya le pisa los talones en las urnas— descartaron un pacto a tres bandas con PSE y PP que significaba la «exclusión» de Bildu. Además enterraron todas las aspiraciones del hasta ahora alcalde socialista, Odón Elorza, al declararle candidato «non grato», lo que forzó su renuncia y posterior reemplazo. Pero ayer Egibar enredó un poco más la madeja institucional guipuzcoana al afirmar que el ciclo del PSE en San Sebastián «se ha agotado». «Solo hay una forma de que un candidato socialista sea alcalde, y es que le vote Bildu», ironizó.

La respuesta del PSE no se hizo esperar y su secretario general en la provincia, Iñaki Arriola, replicó al PNV que si no les apoya en el consistorio donostiarra, ellos tampoco lo harán en la Diputación. De cumplir sus amenazas, ambos dejarían el control de Guipúzcoa en manos de la coalición radical, que ayer inició con el PNV su ronda de contactos con los partidos. Tras la reunión, Egibar admitió que Bildu «arrastra un déficit estructural» que dificulta llegar a «acuerdos de programa», aunque no cerró la puerta a un pacto con los soberanistas y aventuró que el mes de junio será «muy largo». Bildu se reúne hoy con el PSE y mañana será el turno de Aralar, mientras que el PP es el único que ha declinado la entrevista.

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