EE.UU. despide a su última estrella

Durante su carrera cinematográfica de siete décadas, iniciada como niña prodigio del Séptimo Arte, Elizabeth Taylor participó en más de medio centenar de películas. Nominada durante cuatro años consecutivos, fue reconocida con dos Oscar por sus interpretaciones en «Una mujer marcada» (1961) y «¿Quién teme a Virginia Woolf?» (1981). Además de recibir en 1993 un Oscar honorario. Aunque el diario «Los Ángeles Times» argumentase en su obituario principal que sus logros como actriz «fueron a menudo eclipsados por su belleza cautivadora y sus dramas de la vida real». El «New York Times» no ha dudado en describir a la fallecida actriz como una mujer «de belleza despampanante y cuyo nombre fue sinónimo del glamour de Hollywood». Además de recordar la reflexión de uno de los históricos críticos del diario, Vincent Canby, quien en 1986 calificó a Elizabeth Taylor como «representación del fenómeno del cine: que las películas son arte e industria, y todo lo que representan para aquellos que hemos crecido viéndolas en la oscuridad».

Uno de sus hijos, Michael Wilding, explicaba ayer el fenómeno de Elizabeth Taylor de esta manera: «Mi madre era una mujer extraordinaria que vivió su vida con plenitud, con gran pasión, humor y amor. Su extraordinaria carrera en el cine, su éxito continuado como mujer de negocios y su valiente e incansable activismo en la lucha contra el SIDA-VIH , todo ello nos hacen increíblemente orgullosos de lo que consiguió en su vida. Sabemos claramente que el mundo es mejor por la existencia de nuestra madre». La familia de la actriz —que incluye diez nietos y cuatro bisnietos— piensa celebrar un funeral privado esta semana en Los Ángeles y ha dejado saber que en lugar de flores se prefieren donativos a la Fundación Elizabeth Taylor para el SIDA. Con la posibilidad de escribir condolencias en la página oficial de la estrella en Facebook.