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ENTREVISTA

Linda Lantieri: «Es necesario enseñar a los niños matemáticas y ciencias tanto como a manejar su ansiedad»

La profesora neoyorquina, autora de libros como «Inteligencia emocional infantil y juvenil», destaca que «lo más importante es que los padres pasen tiempo con sus hijos»

IGNACIO GIL

ALFONSO ARMADA

Autora de libros como «Inteligencia emocional infantil y juvenil», Linda Lantieri ha vuelto a España Invitada por la Fundación Balia para la infancia. Esta profesora neoyorquina enseña a los niños a «concentrarse y calmar sus cuerpos». Trata, a fin de cuentas, de insistir en una de las grandes canciones de Crosby, Stills, Nash y Young: «Enseñad a vuestros hijos bien», es decir, «es tan necesario enseñarles matemáticas y ciencias como a manejar su ansiedad».

-¿Por qué se hizo maestra?

-Era un tiempo en Estados Unidos, en medio del movimiento en favor de los derechos humanos (llevo enseñando cerca de cuarenta años), en el que sentí que cada uno de nosotros debía tomar una postura acerca de cómo íbamos a contribuir a que las cosas cambiaran. Y mi elección fue convertirme en maestra para influir en los niños, y comencé en el Spanish Harlem, en El Barrio, y trabajé como profesora, jefa de estudios y directora.

-¿Qué es lo que aprendió en Harlem?

«Atravesamos etapas de violencia en las que llegamos a perder una clase entera cada tres días»

-Lo primero que aprendí aquellos años es que aunque muchos niños venían de familias pobres tenían detrás toda una comunidad que cuidaba de ellos. Cuando caminaba desde la boca del metro hasta la escuela un montón de gente me saludaba en español, las iglesias estaban abiertas para que los niños recibieran ayuda, había espacios como este de la Fundación Balia para la Infancia, donde podían ir, y aunque provenían de entornos pobres yo tenía la sensación de que no estaba trabajando sola, de que lo hacía con la comunidad.

-¿La violencia con la que tenía que convivir le hizo repensar lo que estaba haciendo y lo que podía hacer a través de la educación?

-Atravesamos etapas de violencia en las que llegamos a perder una clase entera cada tres días. Cuesta creerlo, pero era así, a causa de la violencia en todo Estados Unidos, sobre todo en las grandes ciudades, y en la zona donde yo enseñaba, también. Por supuesto hubo ocasiones en que me sentía muy preocupada, pero tenía claro que era el sitio donde debía estar.

-¿Qué son los ejercicios contemplativos?

-Todavía no tenemos el término adecuado para lo que estamos descubriendo del campo de la neurociencia, sobre todo en lo que respecta a la forma de enseñar a los jóvenes de la mejor manera de entrenar su propio cerebro. Son las habilidades que los niños y los jóvenes tienen, con nuestra ayuda, de enfocar su atención y calmar sus cuerpos. Mucha gente denomina a estas actividades como ejercicios contemplativos. Sin embargo, quizás no sea la palabra que acabemos utilizando.

-En España podría inducir a la confusión.

-Exacto, por eso no la utilizo en mis conferencias aquí [como la que ayer pronunció en la mesa redonda que celebró, junto a José Antonio Marina y otros ponentes en el simposio "Horizontes de la educación", organizado por la Fundación Balia por la Infancia en CaixaForum], sino expresiones como fijar la atención y relajar el cuerpo. Cuando entrenamos la mente para estar tranquila y relajada, entonces somos capaces de manejar mejor el estrés.

-¿Comparte la visión de Nicholas Carr sobre los aspectos negativos de intenet y las redes sociales, que propician la distracción y la superficialidad, y que eso está incluso afectando a nuestro cerebro?

«La nueva era tecnológica ha llegado para quedarse»

-Creo que no hay la menor duda de que la nueva era tecnológica ha llegado para quedarse. Sin embargo, como adultos, debemos adoptar un papel decisivo en la forma en que los jóvenes utilizan la tecnología. Personalmente he tenido que lidiar con el problema del ciberacoso, pero no sabemos en qué medida el cerebro de los niños resulta afectado por la utilización constante de internet, a qué edad. Pero no creo que niños muy pequeños deban estar frente a un ordenador, frente a muchos padres piensan lo contrario, que es una buena cosa. Hay muchas cosas que no sabemos y que debemos prever. Tenemos que investigar más al respecto. Lo que sí sabemos es que no es bueno para el cerebro de los niños más pequeños esa exposición a las pantallas.

-No está en contra de la introducción de los ordenadores en las aulas, pero siempre que se utilicen de manera inteligente.

-Soy partidaria de que se usen con moderación. Los niños aprenden a servirse de la inteligencia emocional, del aprendizaje emocional y social, es decir, a relacionarse con los otros y descubren cómo son ellos mismos, de la misma forma que estamos haciendo nosotros ahora: hablando cara a cara. Cuando mandas un mensaje electrónico no tienes la menor idea del nivel de emoción que arrastra o que va a suscitar. No puedes verlo en la cara del otro.

-Pero ¿cree que es posible prestar atención en este mundo digital abierto y plagado de distracciones 24 horas al día 7 días a la semana?

-Estoy muy preocupada, los niños tienen menos y menos habilidad para enfocar la atención en el momento presente, en una sola tarea.

-¿Van nuestros hijos a tener una vida peor que nosotros?

-Eso es algo de lo que también hablamos en Estados Unidos, tanto en salud como estrés como por lo que respecta a la situación económica. Creo que sí, y ese es nuestro trabajo, dirigir a neustros hijos bien. Tenemos que trabajar duro.

-¿Tendríamos quizás que hablar más acerca de lo inmaterial (lo espiritual, si lo prefiere) que de lo material (lo productivo)?

-Eso es. Los jóvenes están enfrentándose a un mundo donde abunda la violencia, el abuso, el predominio de las cosas materiales, que nos endurecen, y habría que potenciar el amor por las cosas inmateriales, como pasar tiempo con ellos, que es lo más importante que los niños pueden hacer por ellos. Los niños no ven a la gente resolviendo problemas de forma pacífica. Por eso lo que ocurrió en Egipto es tan importante: fue un ejemplo de cómo resolver un problema sin recurrir a la violencia. Los niños necesitan esos modelos. Pero no los están consiguiendo.

-¿Está nuestro sistema educativo enseñando a manejar la frustración de los estudiantes (y de los profesores) o haciendo justo lo contrario?

-Creo que les ayudaría si ven que la escuela es una oportunidad no solo para enseñarles saberes académicos (matemáticas, lengua, historia...) como habilidades vitales, sino también cómo saber relacionarse con los otros o controlar sus emociones. Eso es lo que ayuda a manejar la frustración. Pero muchas escuelas en todo el mundo no ven esa necesidad, tienen una visión mucho más estrecha de lo que es la educación.

-¿Qué es la enseñanza emocional?

«Enseñamos a líderes del mundo de los negocios a llegar a acuerdos ecuánimes con otros países»

-Enseñanza social y emocional es un proceso mediante el cual niños y adultos son más conscientes a la hora de manejar sus emociones para mantener mejores relaciones con los demás y ser capaces de adoptar buenas decisiones. Es una batería de habilidades que, según señaló Daniel Goleman en su libro «La inteligencia emocional», son tan importantes para la vida y el trabajo como las asignaturas habituales. Un alumno puede tener excelentes notas y sin embargo fracasar en la vida, no ser capaz de hacer amigos, de relacionarse con personas distintas, de manejar su rabia, y ser incapaz de manejar su stress.

-¿Y estas nuevas ideas están siendo aceptadas por el Congreso, las instituciones académicas, la sociedad americana en general?

-Es algo nuevo, pero la buena nueva es que como parte de CASEL (Colaboración para la Enseñanza Académica, Social y Emocional) estamos dando un gran paso adelante, porque hemos recibido una donación de la Fundación Nova, vinculada al financiero Warren Buffett, que respaldan estos esfuerzos.

-¿Cree que el nuevo inquilino en la Casa Blanca comparte esta visión?

-Yo diría que está empezando a verlo, pero todavía tiene una visión estrecha.

-¿Es la inteligencia emocional un arma para enmascarar la cara sucia del capitalismo?

-(Se ríe a carcajadas) ¡Espero que no! Sin embargo, toda buena idea, como esta, puede ser utilizada maliciosamente. No la consideraríamos entonces como inteligencia emocional, porque la inteligencia emocional nos enseña a ser compasivos hacia los demás, y la inteligencia emocional incluye la justicia social. Por eso también enseñamos a líderes del mundo de los negocios a llegar a acuerdos ecuánimes con otros países. Existe ese peligro, pero por eso incluiría siempre en la inteligencia emocional aspectos como compasión, altruismo y justicia social.

-¿Qué es resiliencia y por qué es importante?

-Es algo que todos poseemos y consiste en la capacidad de encontrar dentro de ti los recursos para recuperarte de la desgracia y volver a ser como eras. Es no solo ayudar a los 8.000 niños de Nueva York que tuvieron que correr el 11-S para salvar sus vidas como ir más allá de donde estabas, aprender de experiencias dramáticas. Como decía Ernest Hemingway, puedes ser aniquilado por una desgracia o hacerte más fuerte. Puedes enseñar a los niños la manera de incrementar su resiliencia. Hay gente que queda aplastada por las malas experiencias y gente que es capaz de aprender de la adversidad. Eso es lo que tratamos de enseñar.

-¿Cómo cultivar la resiliencia interior?

-Creando el etorno afectivo que los niños necesitan, pero también propiciando el silencio para enfocar la mente. Se trata de crear en el interior de cada niño un núcleo interno fuerte. Cuando creo un espacio para la introspección es como si estuviera haciendo un depósito en el banco, para poder utilizarlo en tiempo de necesidad, cuando llegue la adversidad.

-¿Están nuestras escuelas trabajando para la sociedad o hay un tremendo abismo entre lo que estudian y la vida real?

«Muchas escuelas parecen fábricas, con timbres y ritmos de una cadena de producción»

-Es un abismo terrible. No siento que estemos realmente preparando a los niños para el mundo real. De ahí que diga que muchas escuelas todavía parezcan fábricas, con los timbres y los ritmos de una cadena de producción. Necesitamos líderes que nos insten a convertirnos en ciudadanos del mundo, que enseñen a la gente a entenderse con la gente, con el otro. No estamos preparando a los niños para el mundo al que van a tener que enfrentarse.

-¿Qué es la neuroplasticidad?

-Hace una década los investigadores de la mente empezaron a descubrir que el cerebro se forma a sí mismo a través de las experiencias que tenemos. Antes creíamos [lo creía Ramón y Cajal, como recuerda Nicholas Carr en su libro "Superficiales. ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes?"] que el cerebro no evolucionaba. Ahora descubrimos, para bien y para mal, que muchos soldados que regresan de Afganistán y de Irak vienen con traumas que han malformado sus cerebros. También vemos que quienes recurrimos regularmente a la meditación esa parte de la mente, la parte que controla las decisiones, está más clara, es más capaz de concentrarse.

-Las experiencias modelan nuestra mente.

-Esa es la noticia. Si un niño empieza a experimentar esa calma, esa tranquiilidad, aumenta su depósito en el banco del cerebro. Y cuando les ocurre algo desagradable o estresante, no reaccionan de manera automática.

-¿Quién es Linda Lantieri?

-(Se vuelve a reír). Me gusta la pregunta. Linda Lantieri es una persona compasiva que espera que lo que hace cada día puede marcar la diferencia. Linda Lantieri es la persona que elije estar en el luagr adecuado en el momento oportuno con la gente necesaria y hace lo que debe hacer para mejorar el mundo.Si cada uno hiciera lo que debe hacer lograríaos crear un mundo más amable para todos.

-Eso es el principio de una revolución.

-Creo que estamos en medio de una revolución.

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