Los libreros se apuntan a lo digital
Renovar o morir. El gremio de los libreros busca su sitio en la era de la digitalización. No importa si de celulosa o de plástico, de tinta líquida o electrónica; el libro, dicen, debe estar en la librería. «Nos guste o no, debemos apostar por ... entrar en el circuito digital», afirma Javier Cámara, de la librería Cámara de Bilbao. Desde hace un año ambos formatos conviven en el escaparate de la calle Euskalduna. También venden, a través de códigos de descarga, 140 títutos de autores como Jane Austen o Conan Doyle. «Nuestro papel seguirá siendo aconsejar», opina el librero. Su último cliente, «un marinero a punto de embarcar que quería llevarse consigo decenas de libros a alta mar».
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