Manuel Erice defiende en Navarra que «Internet no es el problema, sino la solución para el periodismo»

Ante un expectante auditorio, Erice ha explicado su tarea de «hacer converger» las posibilidades del papel con las posibilidades de Internet. De «compleja y apasionante» tildó la tarea de conducir a un medio clásico hacia el futuro. Para él, hay un debate en cierto modo falso: la dialéctica entre lo digital y el papel. La brecha que muchos ven imposible de salvar se puede solventar. «No sólo puede, sino que deben converger». «Internet –agregó- no es un problema para el papel, es la solución para el periodismo».

La formación es el punto de partida básico para acometer los retos de la citada convergencia. «Los periodistas clásicos se encuentran con una falta de formación porque desconocen la cultura nueva y es difícil su adaptación al medio». Pero esa transformación histórica hacia una nueva forma de escribir y de contar las cosas es posible y para llevarla cabo hay un período de 3 o 4 años. «Hay que transformarnos sin olvidar lo que somos. Creemos mucho en la fuerza de la marca. Hay que asumir el nuevo papel de la audiencia, que tiene mucho más poder».

Para todo ello es importante crear «una doble cara de la información»: 24 horas de información, por un lado, e insistir en la profundización y el análisis, en segundo lugar. Al decir de Erice, hay un gran ajuste que hacer: el modelo de negocio debe ser rentable, pero todavía hay que dibujarlo. Y es que en la transformación actual «todavía no hay un horizonte claro».

Erice también se refirió al «problema evidente» de la brecha entre las diferentes generaciones de periodistas. «El joven busca, además de las marcas, otras fuentes de información, como las redes sociales”. El reto es tratar de convencer al periodista clásico de que Internet «es el presente, no sólo el futuro». Para ello, en ABC se van a poner en marcha aulas de formación internas. Y siempre manteniendo «nuestros grandes valores de contenidos, con las secciones clásicas», pero al mismo tiempo apostando por lo local y por la cultura.

Le ha precedido en el turno de palabra Jean François Fogel, periodista y ensayista, quien ha manifestado que «internet ha cambiado más en los tres últimos años que en toda la historia anterior». Fogel se ha referido a un aspecto que «puede provocar una fuerte depresión de los periodistas». Y es que «el contenido no es tan importante como la comodidad». Por ello, ha asegurado que cuando uno necesita información, el tiempo es ahora, el soporte es el que se tiene en la mano y el lugar cobra relevancia.

Fogel ha señalado tres desafíos para los medios: un cambio de actitud con respecto al público, el uso del conocimiento de lo que hace la audiencia en la Red y la atención a las comunidades.

Por su parte, el también periodista y bloguero Francis Pisani , que ha comenzado su intervención mostrando un «kindle» o lector de libros electrónicos (e-books) ha afirmado que «podremos hablar de un cambio real el día en que el relato, la noticia, haya cambiado» y se ha preguntado si estamos asistiendo a algo parecido. El prestigioso bloguero, que ha publicado recientemente un libro titulado «La alquimia de las multitudes», ha opuesto la noción de flujo frente a la de estructura y ha considerado que «la historia construida de Aristóteles, con planteamiento, nudo y desenlace, se ha visto sustituida por un río de información fragmentada en el que encontramos lo que buscamos». Finalmente, ha cerrado las intervenciones el editor de Dixired Mario Tascón quien, tras lanzar a la audiencia varias preguntas, ha dejado claras algunas cuestiones que hoy están todavía encima de la mesa. En este sentido, ha asegurado que el periodista multimedia sólo existe en el cómic y en los medios muy pequeños, a la vez que se ha mostrado sorprendido por el hecho de que nos preocupemos tanto por el futuro de un soporte físico, calificando de «curioso» que se defienda el papel «porque huele bien y nos gusta el tacto».

Tascón ha explicado que hay una convergencia evidente de medios y formatos en el ordenador, y ha matizado que, «generalmente, las integraciones significan una absorción».