Semáforos inteligentes y timadores

Las imágenes llegaban después a la policía que transformaba en multa la fotografía y consecuentemente en dinero para las arcas de los ayuntamientos. Pero Arrighetti quiso hacer tan inteligentes a sus semáforos, que se pasaron de listos. El empresario codificó el programa de los semáforos para que dejara un intervalo de menos de cuatro segundos entre el rojo y el verde, provocando que de forma involuntaria muchos conductores se saltaran el semáforo.

El aumento del número de multas y la denuncia de muchos conductores pusieron sobre la pista a la policía que desde hace un año investigaba a la empresa «T-Red» creadora de los artilugios y de la que Arrighetti es administrador único.

La primera sorpresa fue comprobar que los «semáforos inteligentes» no estaban homologados por el ministerio de Transporte italiano, por lo que los carabineros confiscaron todos los aparatos instalados en medio centenar de ciudades. Además, el sistema no enviaba las imágenes directamente a la policía, sino que pasaban primero por empresas privadas que se embolsaban hasta el 35 por ciento de la multa de 105 euros más IVA que establece la ley.

Al arresto de Arrighetti se suma ahora la investigación abierta a otras 108 personas entre las que están 63 comandantes de policía municipal, 39 administradores públicos, y siete de empresas privadas. La policía italiana sigue investigando estos «semáforos inteligentes» ya que se teme que sean más de los 64 ayuntamientos implicados del centro-norte de Italia los afectados por la «inteligencia» de los semáforos.

La investigación se abrió a finales de 2007 tras las denuncias de conductores y de los propios medios de comunicación. Por aquel entonces el inventor de este artilugio declaraba con orgullo que «estos semáforos son como la policía urbana, pero operativa siempre, porque no es necesario cambiar el carrete fotográfico ya que la cámara está computerizada y tiene una memoria 40 gigas». Los conductores en un principio no vieron mal el sistema, pero cuando empezaron a sufrir las consecuencias del fraude, iniciaron una campaña de protestas, mientras los ayuntamientos cuadriplicaban las entradas provenientes de las multas

El arresto de Arrighetti fue posible gracias a que el creador del artilugio no obtuvo la homologación de su invención, ya que sólo tenía la licencia para la cámara y no para el programa con el que se regulaba la duración entre los colores del semáforo.

A todos estos conductores el comandante de carabineros que guió la operación contra los semáforos inteligentes, Salvatore Gueli, aconsejó unirse para recibir el resarcimiento por las multas ya pagadas. «Es mejor evitar iniciativas individuales y unirse como parte civil en una comité de forma que el procedimiento de resarcimiento sea más rápido», señaló Gueli recordando a quien no ha pagado, que es suficiente presentar un recurso al Juez de Paz para obtener la anulación de la sanción. Los «semáforos inteligentes» fueron prohibidos por el Ministerio de Transportes en 2005 con una nota en la que ponían en evidencia que se consideraba a los ayuntamientos responsables penales y civiles en el que caso de que las aplicaciones de este sistema causaran accidentes de tráfico.

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