El Teatro Real se sumerge en el drama de «Katia Kabanova», de Janácek
El Teatro Real prosigue con la presentación de las óperas de Janácek, que comenzó prácticamente con su reapertura, hace ya más de once años, y su «Zorrita astuta» (programada por Stephane Lissner). A ella se han sumado en las siguientes temporadas «Osud», «Desde la casa ... de los muertos», «El caso Makropulos» y ahora «Katia Kabanova». Culminará el próximo curso 2009-10 con «Jenufa».
«Katia Kabanova» es, sin lugar a dudas, el título más esperado de esta temporada. Por una parte por la partitura de Janácek, «uno de los compositors más interesantes del siglo XX», según el director artístico del Real, Antonio Moral, que a pesar de ser ya conocido cuando concibió esta obra, que se estrenó en 1921,«no dejó de investigar las posibilidades de la orquesta, desarrollando un lenguaje propio diferente a otros compositores», como explicó, en la presentación, Jiri Belonhlavek, encargado de la dirección musical de este título y uno de los mayores expertos en la obra del compositor checo, después de Sir Charles Mackerras, responsable de la edición crítica que sonará en el Real a lo largo de diez funciones (hasta el 23 de diciembre).
Otro de los atractivos es la participación de la soprano finlandesa Karita Mattila, que es la primera vez que canta en el Real desde su reapertura como sala de ópera -lo hizo cuando era sala de conciertos-, una de las voces con mayor proyección internacional en este momento que además de sus cualidades canoras ha demostrado su compromiso con la parte dramática. «Tiene un gran conocimiento del idioma, que es un ejemplo de su trabajo a la hora de acercarse a una obra. Su actuación es única», elogió Belohlavek, que ha colaborado en alguna ocasión con la soprano.
Otro de los grandes alicientes de esta «Katia Kabanova» es la producción, creada por Robert Carsen para la Ópera de Flandes y que ya se ha presentado con éxito en la Scala de Milán y en Colonia, y que ahora llega a Madrid. Carsen vuelve por segunda vez al Real, tras su aclamado montaje de «Diálogo de carmelitas», con otra propuesta que economiza en medios visuales, mostrando una escena despojada pero sumamente impactante para narrar, «sin distracciones», el drama de Katia.
Emocional e intelectual
Inspirada en el texto «La tormenta» de Ostrovski, relata la destrucción y posterior suicido de una mujer de carácter débil, sometida a su suegra, que busca la liberación del amor desembocando finalmente en el remordimiento de la infidelidad. Tan intenso drama, que dura apenas una hora y cuarenta minutos, Carsen lo sitúa en un escenario transformado en un inmenso río, el Volga, en el que se mueven los personajes sobre pequeñas plataformas que transmiten la sensación y «claustrofobia».
«El teatro de Janácek es completamente único, en él reúnen diferentes artes creando algo donde conviven lo emocional con lo intelectual». El director canadiense se mostró muy satisfecho de que esta puesta en escena se vea en el Teatro Real, «un espacio que me gusta mucho por la relación especial que existe entre el patio de butacas y el escenario».
A lo que añadió que las condiciones técnicas para esta producción eran muy buenas. El reparto lo completan, entre otros, Oleg Bryjak, Miroslav Dvorsky, Julia Juon, Guy De Mey, Marco Moncloa, Itxaro Mentxaca y María José Suárez.
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