El crimen de Alcácer: una historia de morbo y televisión

El triple asesinato en 1992 abrió la veda a la «telebasura», que pareció resucitar con la excarcelación de Miguel Ricart

El crimen de Alcácer: una historia de morbo y televisión efe

JUANMA FERNÁNDEZ

El 13 de noviembre de 1992, tres chicas de la localidad valenciana de Alcácer se dirigían a una discoteca que estaba a unos dos kilómetros de sus casas. Míriam, Toñi y Desirée acudían a una fiesta en una conocida discoteca de la zona, pero fueron ... engañadas y capturadas mientras hacían autoestop. El 27 de enero de 1993 encontraron sus cuerpos en un paraje de difícil acceso, en el término municipal de Llombay (Valencia). Las investigaciones apuntaron a dos culpables: Antonio Anglés y Miguel Ricart.

La brutalidad con la que fueron asesinadas creó tal revuelo mediático, que algunos apuntan a ese momento como el pistoletazo de salida de la «telebasura» en la televisión española. Las cadenas pelearon por hacerse con un hueco informativo y el seguimiento del caso se asemejaba al Gran Hermano del que George Orwell habla en su famosa novela «1984». Buen ejemplo de ello fue el programa de Antena 3 , «De tú a tú», que se emitió desde Alcácer el mismo día en el que los cadáveres habían sido hallados. Frente a la cámara estaba la periodista y abogada Nieves Herrero, que admite sin titubeos que aquel programa «no se tenía que haber hecho nunca». Herrero afirma que su intención siempre fue estar «al lado de las familias», una posición de la que no se ha movido “jamás”.

Arrepentida

La periodista señala que cuando apenas llevaba media hora de emisión, pidió «que se preparara un documental o se adelantara el programa siguiente» para acabar con aquel espectáculo. Veinte años después y con una carrera que nada ha tenido que ver con aquello, se reconoce arrepentida y admite que le enseñó una importante lección que ahora trasmite a sus alumnos universitarios: «La línea entre el sensacionalismo y la información es muy estrecha. Siempre les digo que, en televisión, mantengan distancia respecto a lo que están contando».

Manuel Campo Vidal, actual presidente de la Academia de Televisión y vinculado en aquel entonces a Antena 3 , afirma a ABC que prefiere no hacer declaraciones sobre lo que ocurrió en ese momento. Lo que sí celebra es la nueva postura de las cadenas, tras el episodio que ha puesto a Alcácer de nuevo en el mapa de la pequeña pantalla. La excarcelación de Miguel Ricart por la derogación de la doctrina Parot abrió el debate de si se debería entrevistar a un personaje así, y la rumorología puso sobre la mesa cierto interés de Antena 3 y Telecinco por hacerlo. De hecho, Telemadrid emitía hace unos días un reportaje de investigación que decía haber encontrado a Ricart en una pensión de la capital, que presuntamente estaría pagada por la productora de «El Programa de Ana Rosa», Cuarzo Producciones. Algo que fuentes de la citada empresa desmienten, al justificar la presencia de sus reporteras por estar elaborando un «reportaje de investigación». «Nunca hemos pagado ni hemos tenido intención de entrevistar a Miguel Ricart», señalan esas mismas fuentes a ABC.

Presión social

Antena 3, que logró arrancar a Ricart unas declaraciones en plena calle apenas unas horas después de haber salido de la cárcel, también sufrió la presión social. A través de las plataformas Twitter y Whatsapp, un mensaje viral (que la cadena ha pedido investigar al Ministerio del Interior) invitaba a que nadie viera el especial presentado por Nacho Abad, bajo sospecha de una supuesta entrevista con el asesino. Sin embargo, también niegan cualquier tipo de interés por este personaje: «Antena 3 nunca pagará a un delincuente en una entrevista», señalan desde la cadena.

Fuera de la batalla de las televisiones, el mundo académico coincide en que no se debe entrevistar a un individuo de estas características. Eva Aladro, profesora de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, especializada en Ética de la Información, explica que no se le debe entrevistar porque se le podría «tomar como modelo» e incluso «espectacularizar» su aparición en los medios. Aladro señala que la televisión se ha convertido «en un gran espectáculo» y quien aparece en ella «asciende a figura pública», lo que sería una especie de «premio». «Hay que tener mucho cuidado porque, sin querer, se podría llegar a hacer apología del crimen», añade. Afirma que este medio está «en una huida hacia adelante» ya que cuenta con «formatos en declive» que no saben «cómo resucitar».

Coincide en esta opinión Manuel Núñez Encabo, presidente de la Comisión de Quejas, Arbitraje y Deontología del Periodismo: «En estas circunstancias, el medio debería autorregularse y ver que no existen garantías de veracidad e interés público», comenta antes de recomendar que «no se emitan contenidos sobre este tema». Su idea es clara: «Daría lugar al periodismo del morbo, que desprestigia a la profesión». Nieves Herrero todavía ratifica más estas posturas: «El problema está en poner voz a una persona que ha sido condenada por un triple asesinato». Y añade, tajante: «Yo prefiero poner el micrófono a las víctimas».

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