Un historiador toledano, en un proyecto internacional de relatos sobre la crisis

Julio Moreno Cirujano es uno de los 18 autores de Internacional Short Story Proyect que publicará una editorial alemana

Un historiador toledano, en un proyecto internacional de relatos sobre la crisis marisol gonzález

Mercedes Vega

10/11/2014
Actualizado a las 21:04h.

Julio Moreno Cirujano es uno de los 18 autores jóvenes que participa en un proyecto internacional de relatos cortos cuyo lema es «The Crisis Inside» (la crisis interna). Una idea que la editorial alemana KladdeBuchverlag está realizando conjuntamente con escritores y colaboradores de todo el ... mundo.

Mediante el International Short Story Project la editorial de Friburgo presenta una antología de cuentos y relatos breves uniendo así a escritores de 18 países tan diversos como Siria, México, España, Kenia, Japón, Turquía, Egipto, Holanda o Ucrania.

Los autores escriben paralelamente sobre el mismo tema, la crisis, sin tener contacto entre ellos. Cada uno lo relata desde su perspectiva, desde el punto de vista de su sociedad, país y cultura. Los autores plasman en el papel sus reflexiones y deduccciones acerca de la crisis que tan directamente les toca.

Julio Moreno no ha publicado ninguna obra, salvo reflexiones en su blog de crítica cultural ( juliomorenocirujano.wordpress.com) y en otro de fotografía y escritura creativa ( http://stepsplaguesandsetups.blogspot.com.es/ ). El editor jefe de la editorial, Julian Tangermann, amigo y antiguo compañero de facultad, le ofreció participar en esta publicación «y me pareció una idea fantástica», dice Moreno.

La crisis no es tan sólo ecónómica, sino identitaria

«En este relato reflexiono sobre la crisis de humanidad en la que nos vemos sumidos, hundidos bajo el continuo consumo y la cosificación de la realidad. La crisis que intento exponer no es tan sólo económica, aunque ocupe un lugar central, sino identitaria. Llegó un momento en el que nos empezamos a definir por lo que poseíamos, sin darnos cuenta que eramos nosotros quienes eran poseídos. Es sobre esta relación casi sexual sobre la que intento escribir», añade el historiador que actualmente reside en Amman (Jornania), donde trabaja en un centro independiente de investigación sobre temas de justicia social, ciudadanía e identidad.

Aunque tiene vínculos muy emotivos con Las Palmas y Leiden (Paises Bajos), por encima de todo está «profundamente enamorado» de Toledo. «Regularmente necesito volver a pasear por el callejón de Buzones, Plegadero, callejón del Infierno...»

Preguntado sobre si este proyecto es una forma nueva de hacer literatura, Julio Moreno, destaca que la crisis también puede unir a una generación. «Las antologías literarias y las colecciones de relatos por varios autores existen desde hace muchísimo tiempo, sin embargo, este proyecto está en linea con la tendencia de la autogestión y la globalización. Por una parte los autores ya necesitan mucho menos a los profesionales de la edición y la publicación; por otra, es nuestra generación la primera que ha nacido y crecido en un mundo donde las fronteras tienen muy poco sentido a nivel cultural. Si nos comunicamos de punta a punta del planeta en un fracción de tiempo, ¿por qué no no vamos a escribir un libro juntos? Lo verdaderamente interesante es que todos escribimos sobre la misma temática sin saber qué está tratando el resto del grupo... A penas puedo contener mi propia curiosidad sobre el resto de textos», concluye

Quizá no toda la culpa fue del mundo

«Quizá no toda la culpa fue del mundo. Yo le dejé escapar por mis grietas, por las grietas de mis manos, de mis mentirosas manos que hablaban de amor cuando abusaba de mí. Siempre me inundó la certeza de que me pedía más con la lascivia que exudaba su mirada, el olor de sus abrazos y el calor de nuestro roce, mientras le acomodaba con la suavidad de mi complacencia. Su rostro fue al principio como el hálito fresco del millón de posibilidades. Nunca le negué sus deseos sin importar cuan descabellados fueran. Pero apenas terminábamos de saborearnos las yemas de los dedos, que las yemas de todos los cuerpos iban entrando en mis círculos del deseo hasta que querencia y necesidad eran inidentificables. Y toda mi piel no fue mía sino suya. Saturación. Nos veíamos todos los días y todos los días sin darme cuenta moría. Es ahora, desde la estrechez oscura de mi celda, cuando encuentro más vida después de su muerte»