California en Toledo

Después quiso volar libre y montó una peluquería por su cuenta que se llama Tupelo (el nombre de la ciudad de Missisipi donde nació Elvis), que es una especie de templo adornado con referencias al rock, por donde pasea a sus anchas su gata Wanda.

Supe luego su historia personal: pasó una etapa tormentosa con los estudios y, después de algunos naufragios propios de la adolescencia, encontró su camino en el mundo de la peluquería. Levantó el vuelo, como el ave Fénix, una vez que eligió este trabajo que le gustaba y le hacía feliz. Su peluquería, además, es un lugar de encuentro donde se dan cita empresarios, escritores, poetas, músicos, editores, etc., que no sólo van a cortarse el pelo, sino que buscan la cháchara con Artur y con los que nos dejamos caer por allí (yo voy de vez en cuando como si fuera a mi particular Café Gijón toledano).

Artur es un chico joven con una estética rockera (aunque solo le gusta el rock de una época concreta, antes de que los gustos del mercado lo pervirtieran), seguidor empedernido del equipo de fútbol del Toledo y con una visión de la vida muy crítica. Allí se habla de política, de música, de poesía, de todo.

En ese ambiente me he encontrado con gente muy joven con una mentalidad rabiosamente crítica (a veces pienso que demasiado crítica), algo que echo de menos en mis alumnos de la Universidad. Con sus amigos publicó varios números de un fanzine subversivo o provocador que lleva por título «Galgo».

Ahora Artur es noticia. Con unos amigos fundó hace tiempo un grupo de rock que se llama « California 82» (formado por Daviti Culebras, Sissy Beatch, Nielsboy y Artur L. Monroe) que está a punto de sacar su tercer trabajo musical que se titula «No quieren caerte bien».

Yo ya lo tengo y lo escucho en el coche. Son canciones muy cañeras, críticas, parecen como aullidos de los lobos solitarios, pues se sienten en un mundo que no comprenden y que, lo peor, consideran injusto. Es la primera banda de rock de estética glam que ha existido y aún existe en Toledo . A mí me gusta su música y sobre todo ellos me caen muy bien. Lo mejor es que no son conformistas ante la crisis y el mundo en el que viven, sino que alzan su voz para expresar sus ideales, su peculiar visión de cómo debería ser el mundo.