bruce springsteen
Nacido en Nueva Jersey, hijo adoptivo de Peralejos
El pueblo guadalajareño de Peralejos de la Truchas aprobó en el pleno del pasado viernes su nombramiento tras una historia que comienza hace tres décadas
PATRICIA BIOSCA
Desde este viernes Bruce Springsteen, quien ya fuera apodado como «The Boss» (el jefe en inglés), puede presumir de otro título: hijo adoptivo de la localidad guadalajareña de Peralejos de las Truchas . El pleno del Ayuntamiento aprobaba por unanimidad la propuesta, que ya había ... corrido como la pólvora por las redes sociales y los medios de comunicación por lo insólito de la propuesta. Pero no es la primera vez que Peralejos de las Truchas y Springsteen se encuentran frente a frente y tampoco este nombramiento es una idea «loca» de algún fan peralejano. Esta es la historia de la conexión alcarreña de Bruce Springsteen y la ilusión de un pueblo.
Eran los 80 y Víctor, un peralejano al que le gustaba un músico incipiente llamado Bruce Springsteen, llevó al bar un vinilo titulado «The River» para que lo escucharan sus vecinos. Las notas empezaron a sonar y a calar dentro de aquellos que escuchaban entre cafés y cañas. «Sus canciones se convirtieron en algo así como un himno para el pueblo», explica Esther Martín, segundo teniente alcalde de Peralejos en la actualidad.
Y así, al igual que los seguidores de Springsteen crecían por todo el mundo de forma exponencial, los fans de esta pequeña localidad iban en aumento. Tanto es así que seformó un grupo de incondicionales que acuden a sus conciertos por toda España, incluso a veces fuera del país. Gente de todo tipo y condición, incluso con tres y cuatro décadas de diferencia entre sus edades, pero con dos premisas básicas: ser fans de «El Jefe» y peralejanos.
Y así llega la historia a 2012. Este grupo escucha que Springsteen tocará en Madrid el 17 de junio y, como no, sacan sus entradas. Aún no saben que serán testigos del concierto más largo del músico , uno de los mejores de su carrera y el que marcará de una forma más profunda aún a Peralejos. Esperan horas de cola para conseguir colarse en las primeras filas y, por aburrimiento, Susana y Azucena empiezan a dibujar en un cartel las letras de su pueblo.
Llega el momento y comienza la actuación. «Badlans» abre un encuentro al que le quedan casi cuatro horas por delante y una sorpresa. Se suceden «No surrender», «We take care of our own», «Wrecking ball», «Death to my hometown» y «My city of ruins». «Entonces todo se quedó en silencio y empezaron a sonar las notas de ‘Spirit in the night’», dice Esther que, aunque no estuvo allí, narra la escena con una emoción seguramente contagiada de todas las veces que ha escuchado la historia y que estaba a punto de dar otra vuelta de tuerca más.
En las pantallas gigantes
Y entonces los hechos se suceden con una velocidad pasmosa: Springsteen da un recital de energía con la canción, la gente a su alrededor corea y grita la letra y él decide bajar a ver a su público, dándose un baño de masas. Primero a la derecha, luego a la izquierda, donde están los peralejanos y donde se acaba la melodía. En ese momento Susana y Azucena levantan ese cartel que hace horas hicieron por aburrimiento y las cámaras recogen el instante, trasladándolo a la decena de pantallas gigantes que se encuentran por todo el estadio Santiago Bernabéu. Springsteen se tapa los ojos para poder ver a través de los focos cegadores tres palabras que inundan el concierto: «Peralejos de las Truchas».
El público comienza a corear también ese nombre, esas tres palabras. The Boss pide silencio entre el público y pregunta «¿Qué es Peralejos de las Truchas?». Acto seguido, retoma «Spirits in the night», y, sin querer, hace famoso este pequeño pueblo de 175 habitantes.
«Después, el momento salió en varias cadenas de televisión y en verano sí que se notó el aumento del turismo, porque la gente quería conocer ese pueblo por el que se interesó Springsteen», explica Timoteo Madrid, alcalde del municipio, que cuenta que la decisión de nombrar al músico «hijo adoptivo» de Peralejos se empezó a fraguar tras aquel concierto. Desde el Ayuntamiento contactaron con Sony Music, su discográfica, que tras varias conversaciones, les dio su beneplácito y la promesa de que enviarían a «El Jefe» unos obsequios del lugar (una placa, un paisaje de Peralejos pintado sobre piedra, unas camisetas y pegatinas, además de un CD con fotografías de estos peralejanos retratados con los discos de Springsteen).
«Es un honor que los reciba y, si se quisiera pasar por el pueblo, muchísimo mejor», dice el alcalde. Y los peralejanos siguen soñando que algún día esta historia se complete y Bruce Springsteen acabe tomando una caña en ese bar del pueblo, con «Spirits in the night» sonando de fondo.
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