IV centenario
«‘El Greco: arte y oficio’ merece el mismo éxito que la que se va»
Entrevista con Leticia Ruiz, comisaria de la nueva exposición del cretense tras la clausura de «El griego de Toledo»
MARÍA JOSÉ MUÑOZ
Contactamos telefónicamente con Leticia Ruiz, jefa del Departamento de Pintura Española del Renacimiento del Museo Nacional del Prado, doctora en Historia del Arte y graduada en Restauración por la Escuela Superior de Restauración y Conservación de Madrid. La comisaria de la exposición que tomará el ... relevo de «El griego de Toledo» , se encuentra redactando las cartelas para la nueva muestra, los textos explicativos para el público.
«Precisamente estoy haciendo las de los Apostolados de Almadrones y de Oviedo, el Santo Tomás de Oviedo y el Santo Tomás del Prado, para que la gente se fije y vea la diferencia. Me divierte, pero es difícil condensar lo que quieres contar en pocas líneas», explica con pasión la experta del Museo del Prado, con la misma pasión que habla del Greco a lo largo de toda la entrevista en la que responde a preguntas como qué debe esperar el público de esta nueva exposición que cubrirá las paredes del Museo de Santa Cruz a partir del 8 de septiembre y que cerrará 2014, el Año Greco.
Una muestra que cuenta con prestadores públicos y privados para un total de 94 obras, «de las cuales cuatro son estampas, las 4 de Diego de Astor, que una viene del Metropolitan de Nueva York, y las otras tres de la Biblioteca Nacional. También vienen los únicos 4 dibujos unánimemente reconocidos, dos provenientes de un prestador privado suizo, otro de la Biblioteca Nacional y otro de Munich».
—Coge el relevo de Fernando Marías como comisaria del Greco. El listón está muy alto¿Qué opina de la exposición que se va?, ¿qué le diría a los visitantes de la suya?
—Esta que concluye ha sido una gran antológica con un número extraordinario de obras maestras, obras muy importantes y que además se han visto por vez primera en Toledo junto con los espacios Greco, ese paseo maravilloso por los grecos de la ciudad. En cuanto a «El Greco: arte y oficio», yo creo que va a ser muy interesante para aprender a mirar el mundo Greco. Es decir, yo creo que el acierto de este año conmemorativo es que se han hecho muchos esfuerzos, y ninguno de ellos es reiterativo, no son una repetición. En el Prado ahora mismo está a punto de cerrarse «La biblioteca del Greco», pequeña pero muy interesante para conocer qué leía el pintor, quiénes eran sus amigos,muy sugerente. Y estamos a punto de inaugurar una espectacular, «El Greco y la pintura moderna», bellísima, que nos recuerda cómo hace más de un siglo al Greco se le rescata desde los orígenes de la modernidad...
La esencia de la creación
—Se le rescata del olvido.
—Por supuesto. El greco pasó desde la segunda mitad del XVII, todo el XVIII y la primera mitad del XIX por el olvido, y cuando no era el olvido era la crítica feroz. Y fueron precisamente los pintores que cambiaron la mirada y la forma de entender el arte, los que se fijaron en el Greco y nos avisaron a todos de que ahí había un artista extraordinario. Y a eso se rinde homenaje en el Prado y con una doble vertiente: que es mostrar también cómo el Greco se convirtió en referente en algún momento de la vida de grandísimos artistas de finales del XIX al siglo XX, desde Pollok a Picasso. El comisario, que es Javier Barón, ha hecho un esfuerzo extraordinario. Yo he podido colaborar también y le puedo asegurar que los 25 grecos que van a esa exposición son joyas absolutas.
—Pero sigamos con su exposición, con la que verán los toledanos en septiembre.
—La mía es como la última vuelta de tuerca, que lo que pretende es mostrar ese universo tan singular que es la creación de un artista tan fundamental como es el Greco. Y he jugado con una frase, que es uno de los primeros memorándum que se hacen dando noticia de la presencia del Greco en España en 1577, cuando a propósito de un encargo tan formidable como fueron los retablos de Santo Domingo el Antiguo, —un encargo soberbio, pero que a priori no podía justificarse por el currículum anterior del Greco, don Luis de Castilla, para justificar este encargo, dice una frase extraordinaria que a mí me causó mucho impacto y que dice más o menos: «tengo informe de que Dominico Greco es un artista de gran arte y oficio. Por esto elijo la industria de su persona para dar este encargo». Cuando dice que es un artista de gran arte y oficio está diciendo la esencia misma de la creación artística, arte como un proceso intelectual, una inventiva, una capacidad de imaginar y de dar soluciones a necesidades iconográficas y artísticas; y el oficio como los mecanismos en la manualidad, la forma de hacer trascender esa intelectualidad artística. A partir de esas dos ideas, arte y oficio, y pensando en los cuatro espacios, las cuatro crujías que tiene el Santa Cruz, he creado cuatro capítulos donde trato de contar, primero, la complejidad del arte del Greco partiendo del dibujo, que debió pintar bastantes en algunas épocas iniciales de su carrera en España. Y luego vamos a ver a través de un audiovisual estampas. Porque el Greco, aunque es un grandísimo creador por el tipo de pintura que hace, casi todas sus grandes creaciones llevan tras de sí la idea de otros artistas a los que pudo acceder viendo directamente esas obras, pero al mismo tiempo a través de estampas. El grabado era lo que conformó la escena cultural de todo el renacimiento occidental. Una obra tan importante como «El Expolio» está basada en creaciones del gran pintor anterior a la presencia del Greco en Toledo, que es Correa de Vivar. Pero lo que ocurre es que el Greco es tan extraordinario que convierte la idea de otro en algo muy personal y original.
—Si tuviera que elegir una obra que defina la próxima exposición, ¿cuál sería?
—Como va a haber un capítulo muy importante dedicado a los apóstoles y los Apostolados, por vez primera vamos a poner en una misma sala el Apostolado de Oviedo junto al llamado Apostolado de Almadrones, el que se descubre a propósito de la guerra civil española en la localidad de Almadrones en Guadalajara. Se dispersaron después de la guerra civil y vamos a reunir los ejemplares por vez primera después de aquella contienda. Y van a estar enfrente, en la misma sala, unos y otros. Estamos jugando a ver cuál es la imagen más potente para el cartel anunciador. Porque, por ejemplo, también va a venir «La Anunciación», maravillosa, que es una obra del Museo del Prado, y vamos a poner al lado las dos versiones reducidas del Museo Thyssen y del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Y esa es una imagen muy hermosa. Pero también estamos pensando que va a estar por vez primera en Toledo el famoso «Pentecostés» del Museo del Prado, que proviene del retablo de Doña María de Aragón, y realmente esas cabezas son fantásticas. Si además tenemos en cuenta que va n a estar los de la catedral y e l del Museo del Greco de Toledo, —que es el mejor, sin duda—, durante tres meses se van a poder ver en Toledo los cuatro Apostolados del Greco.
Un argumento distinto
—¿Cree que alcanzará el éxito de la anterior exposición?
—Sería quizá un poco presuntuoso por mi parte, pero yo creo que la exposición lo merece. Me gustaría que la gente no tenga la idea de que al haber estado en Toledo ha visto todo el Greco. No. Esto es más Greco pero con un argumento distinto. Hay que volver a Toledo, siempre, y esta es la exposición que cierra el Año Greco. Además creo que va a tener interés tanto para los grandes especialistas, porque van a poder ver una Magdalena completamente del Greco, otra que es la misma versión pero de Greco y de taller, y otra más que es solo de taller. Eso tiene muchísimo interés. Para los grandes especialistas y para el gran público.
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