«1-2-Switch», la fiesta más sosa

«1-2-Switch» demuestra las cualidades de los «joy-con», los mandos de Switch, por medio de sencillas pruebas . Baile, a partir del giroscopio capaz de reconocer la posición del mando; duelo, a partir del infrarrojo para medir la distancia; abrir una caja fuerte o contar canicas, gracias a la vibración de alta definición; juego de pimpón o detener una katana gracias al acelerómetro para medir la velocidad del desplazamiento del mando.

El problema está en las pruebas, 28 en total, un número respetable, pero, en realidad, reducido por la repetición efectiva de alguna de las mecánicas. Muchas de ellas demasiado simples como para volver a realizarlas, como comer deprisa, golpearse en el pecho como un gorila u ordeñar una vaca. La diversión dependerá más de la actitud de los jugadores, apto para todos los públicos, que por el juego en sí, con escaso interés por repetir las pruebas por la falta de variedad y de alicientes para la competición.