Sin incentivos fiscales y sin capacidad para absorber el talento: así es la situación del videojuego español

Según el reciente Libro Blanco del Videojuego 2020 publicado por DEV , la patronal española del videojuego, el sector productor de videojuegos nacional facturó en 2019 920 millones de euros , un 13% más que en 2018. Asimismo, se prevé que comience a crecer a un ritmo anual del 17%, lo que supondría 1.104 millones de euros durante el recien finiquitado 2020. Para 2023, se espera que el sector genere más de 1.700 millones .

«En cuanto a producto de consumo, el videojuego ha sido uno de los primeros canales de entretenimiento en tiempos de pandemia. Ha acompañado a las personas de toda edad y de todo género, porque hay que recordar que el videojuego no es solo de niños. Se juega a todas a las edades y hay usuarios de todos los sexos. En estos momentos la media de edad de los jugadores se encuentra entre los 20 y los 25 años», explica a ABC Emanuele Carisio, secretario técnico de DEV.

Los estudios, además, se han visto beneficiados por su capacidad de cumplir con su trabajo desde casa : «Somos un sector que por su forma de trabajar, completamente digital, en el que el teletrabajo ya estaba implementado. La mayoría de los estudios han podido seguir trabajando sin grandes problemas», completa Carisio.

Durante los primeros meses de la pandemia algunos pequeños estudios vieron como la carga de trabajo disminuía. Sin embargo, en 2021 se han encontrado con un repunte en el número de encargos de terceros . Cabe recordar que los desarrolladores españoles no solo se dedican a la creación de videojuegos destinados al gran público. Dependen mucho de los contratos de terceros y la elaboración de campañas publicitarias. Esta última es «una rama que perdió fuerza con el confinamiento por miedo a la inversión», explica a este diario Jon Cortázar, director del estudio español Relevo . «Ahora las cosas están volviendo a funcionar a ese respecto, incluso con más fuerza que antes», completa.

DEV piensa que «el videojuego debe ser parte de la recuperación de España» cuando la normalidad vuelva. En el anuario, se señala que nuestro país cuenta, actualmente, con 655 estudios en activo , de los que 415 están constituidos como empresas u otras formas jurídicas. Sin embargo, la mayoría de ellos son jóvenes, de entre 2 y 10 años de antigüedad. En total, conforman el 66% del tejido productivo español, mientras que solo un 22% cuenta con más de diez años de actividad .

A su vez, la mayoría de las compañías son pequeñas ; la mitad de ellas cuenta con menos de cinco empleados, mientras que solo el 5% tiene mas de 50. «Somos un sector muy joven. No tenemos un historial de reivindicaciones como el que tiene el cine», apunta Carisio; que destaca que para que el videojuego español, y sus estudios, sean realmente competitivos y crezcan hace falta un incentivo fiscal . Algo que existe en otros estados, como Francia, de donde es originaria Ubisoft (estudio detrás de sagas como Assassins Creed o Farcry). En el país galo está establecida una deducción del 30% del gasto de producción para estudios de desarrollo desde hace diez años.

«Nosotros no pedimos subvenciones. No nos parece una forma sana de crecer como industria. Generan mecanismos no sostenibles», apunta el secretario general de DEV. «Lo que queremos son medidas que atraigan la inversión privada, porque es ahí donde de verdad la industria va a pegar un salto», completa Carisio. Cabe recordar que el videojuego se quedó el año pasado fuera del decreto-ley de apoyo al sector cultural impulsado por el Gobierno, que ampliaba el porcentaje de deducción fiscal del 20% al 30% al cine y la música y demás industrias.

En estos momentos, el videojuego español no cuenta con ninguna ayuda de este tipo. Sin embargo, sí que ha sido incluido en el plan 'España, Hub audiovisual de Europa', que tendrá una financiación de más de 1.600 millones de euros de inversión pública. La meta es aumentar en un 30% la producción audiovisual en España para el año 2025.

La mayoría de los estudios españoles (57%) han conseguido mantener sus plantillas en tiempos de pandemia. Incluso un 36% ha logrado aumentarlas. Sin embargo, siguen teniendo problemas para encontrar perfiles con experiencia . También acusan falta de recursos mediante los que aumentar los equipos. «Si las empresas no crecen no son capaces de absorber a los profesionales que están saliendo de universidades e instituciones privadas. El videojuego es una industria en movimiento, y además de formación hace falta experiencia profesional», destaca Carisio.

«Hacen falta grandes empresas que puedan generar bolsas de prácticas para que los nuevos profesionales puedan ganar experiencia. Al no poder encontrar un hueco, en estos momentos muchos están creando sus propias empresas sin constituir», completa el secretario técnico de DEV.

El director ejecutivo de Relevo se mueve en la misma línea. A su vez remarca que el aumento en el número de jugadores y de ingresos puede llevar a la gente a confusión: «Se prepara mucho a la gente, pero luego llega el momento de entrar en la industria y esta no tiene músculo suficiente para hacerla hueco. Se vende que el mundo del videojuego es muy exitoso y es una buena salida profesional y, al final, se está generando una masa de trabajadores que es insasumible actualmente».