José María Moreno: «El videojuego es una mezcla de muchas artes que sirve para emocionar»

¿Cómo valora estos siete años con PlayStation 4 y Xbox One?

De una forma muy positiva. Esta generación ha servido para conseguir que el videojuego se convierta en la forma de entretenimiento más implementada a nivel mundial. Se ha conseguido llegar a mucha más gente y, sobre todo, a usuarios de distintos perfiles; desde jóvenes hasta adultos.

En 2013, cuando comenzó la generación, el videojuego consiguió en España unos ingresos anuales de 769 millones de euros. El pasado 2019 esa cifra se duplicó prácticamente, alcanzando los 1.479 millones. Un crecimiento enorme.

Yo creo que durante los últimos siete años ha habido mucha gente que ha descubierto el videojuego como forma de ocio válida. Y que, además, después de descubrirla ha continuado jugando. También se han sumado nuevas generaciones y ha ayudado mucho el que, a día de hoy, sea posible jugar en todo tipo de dispositivos; desde los más tradicionales, como la consola o el ordenador, hasta el móvil o la tableta.

También hemos visto cómo ha crecido el número de mujeres que se han aficionado

Efectivamente. Las mujeres se han acercado mucho a través del móvil especialmente. En estos momentos, la oferta y la calidad del videojuego, así como la diversión que ofrece, es muy grande. Por eso se ha convertido en la primera opción de ocio para cada vez más gente.

De un tiempo a esta parte se ha hecho recurrente esa frase de que el videojuego en España mueve el doble de dinero anualmente que la música grabada y el cine. Algo que hace unos años podía llegar a parecer impensable. Igual a día de hoy todavía hay a quien le sorprende.

La música y el cine son maravillosas artes, pero la interactividad hace que el videojuego sea muy diferente. Permite que quien sujeta el mando se sienta parte de la historia y, en muchos casos, que también escoja cómo se desarrollan los acontecimientos.

¿Cómo está afectándole la pandemia?

Vivimos un momento un poco raro. Somos una industria cultural que, aunque mucho menos que otras, se ha visto afectada por la situación. Como las tiendas de videojuegos, que han tenido que cerrar y a la vuelta se han encontrado con que muchos clientes han dejado de acudir por razones de seguridad. Sin embargo, el que está teniendo más dificultades es el desarrollador español, que para nosotros es una prioridad.

Aunque España es una potencia en consumo a nivel mundial, en desarrollo todavía nos encontramos algo por detrás; aunque existe un gran talento. Lo que pasa es que ahora todos los esudios se han visto forzados, como tantos otros, a trabajar desde casa y eso ha supuesto una inversión en material completamente inesperada. La suspensión de los eventos internacionales que se realizan anualmente también ha impedido que los creadores pudieran enseñar sus propuestas fuera de España. Tienen un músculo financiero muy limitado y están sufriendo bastante.

El pasado mes de abril, en conversación con este diario, afirmó que el sector del videojuego preveía unas pérdidas importantes a causa del confinamiento.

Ha habido una bajada muy importante del videojuego físico, pero también ha habido un crecimiento importante del digital. Una cosa ha compensado bastante a la otra. Nosotros estimamos que a final de año el sector incluso puede experimentar un ligero crecimiento en ventas respecto a 2019. En ese sentido nos sentimos muy afortunados.

¿Puede ser 2020 el primer año en que el videojuego en formato digital supere al físico?

Puede ser. Hasta ahora el producto físico ha sido el rey del consumo. Pero las circunstancias especiales a las que nos ha llevado el Covid-19 están cambiando la coyuntura. Si esto sigue así, entendemos que es muy posible que el consumidor utilice la vía de la descarga digital cada vez más; pero también estamos seguros de que el formato físico seguirá siendo muy relevante. En España especialmente, que es un país en donde, por las razones que sea, al usuario le gusta tener ese producto en formato físico.

¿No se contempla su desaparición en el futuro?

Bueno, creemos que el digital continuará creciendo, pero también seguirá habiendo un hueco importante para el físico. Pasa lo mismo que con el periodismo. Durante los últimos años se ha escuchado en infinidad de ocasiones que el papel iba a desaparecer; pero ahí sigue. Al final los periódicos han conseguido encontrar un equilibrio entre internet y el formato tradicional. Con los videojuegos nosotros esperamos que pase lo mismo, aunque el formato digital siga creciendo el físico continuará teniendo hueco.

A nivel de consolas, Microsoft, con sus nuevas Xbox Series X y S, va a redoblar su apuesta por el videojuego en «streaming» y en la nube. Muchos ven en esta tecnología el futuro del sector.

El futuro se está escribiendo sobre la marcha. Cada vez más empresas están apostando por el juego en la nube; como Amazon y Google, que han lanzado ya sus propias plataformas. Pero ninguno de los más tradicionales, como Microsoft y Sony, se han olvidado del formato físico. En el caso de Xbox, se está apostando con fuerza por la multiplataforma, en parte porque empresa también está metida en el negocio del ordenador; pero que se apueste por una cosa no implica que se tenga que descuidar el resto.

Me comentaba antes que los estudios españoles son de mucha calidad. En los últimos años hemos visto, además, cómo varios títulos nacionales conseguían un gran reconocimiento en el extranjero, como es el caso de «Gris», que en 2019 consiguió un título en los Game Awards. ¿Qué espera que ocurra con ellos en la nueva generación de consolas?

Las nuevas consolas abrirán oportunidades para el desarrollador español. Estamos en un momento en el que hace falta producto para los sistemas que van a salir al mercado; lo mismo ocurre con tecnologías como la realidad virtual o la realidad aumentada. Además, el videojuego español está siendo cada vez más reconocido a nivel mundial. Hemos madurado y algunos estudios han dado ya un paso adelante para conventirse en compañías realmente profesionales; e, incluso, están ayudando a otros más pequeños para que alcancen el mismo grado. Cuando hablo con inversores internacionales siempre me dicen que en este país hay mucha calidad; especialmente en la parte de diseño y de arte, donde nuestros estudios se encuentran entre los mejores a nivel mundial. Solo nos hace falta un pequeño empujón.

¿Más ayuda por parte de las administraciones públicas?

Exacto. Tenemos que competir con un universo mundial de desarrolladores de nuestro entorno, y que además son muy potentes, como es el caso de los nórdicos, los franceses, los canadienses o los británicos. Lo que ocurre es que en muchos de esos países hay ayudas al desarrollo que en España, por el momento, no existen. Cuando ves que en Canadá te devuelven más del 45% de la inversión que realizas en el sector del videojuego, que en Francia te devuelven el 30%, que en Reino Unido es entre el 20 y el 25%, y te das cuenta de que en España esas ayudas no existen, el inversor internacional muchas veces llega a la conclusión de que es más fácil realizar sus proyectos en otro sitio.

Por eso estamos pidiendo a la administración que se implique y que España tenga las mismas ayudas fiscales para el sector que existen en otros países y podamos competir en igualdad de condiciones. Son ayudas que, además, ya tienen otras industrias culturales, como el cine o las artes escénicas. Pedimos lo mismo. Estamos hablando de que el videojuego es el futuro y es un sector que está generando empleo entre profesionales que vienen de otras ramas culturales, como la música o el diseño.

¿Con ese apoyo un estudio español sería capaz de hacer un AAA (videojuego especialmente ambicioso)?

La profesionalización ha hecho que los estudios españoles sean cada vez más ambiciosos y estén más abiertos a colaborar. Ahora mismo en España hay varios estudios capaces de hacer títulos AAA. Lo que queremos es que esas ayudas fiscales ayuden a que haya más estudios con un tamaño lo suficientemente grande para poder atraer ese tipo de proyectos internacionales. También hace falta que algunos estudios se den cuenta de que uniendo fuerzas acceder a estos proyectos resulta más sencillo.

Cuando pasen siete u ocho años, y estemos hablando de las futuras PlayStation y Xbox, ¿en qué situación espera que se encuentre el sector en España?

Como sector, creo que el videojuego se va a consolidar definitivamente como la principal opción de entretenimiento para gente de todas las edades y de toda condición. También creo que se desarrollarán sus capacidades en otros ámbitos, ya sean culturales, educativos o de turismo, entre otros tantos. Por ahí vamos a crecer muchísimo. Además, espero que se eliminen ciertos prejuicios y alcanzar algo más de reconocimiento.

Todavía cuesta que al videojuego se le considere cultura.

Sí que cuesta. Es verdad que hay videojuegos de todo tipo. Los hay que tienen detrás un mayor esfuerzo creativo y una mayor expresión cultural que otros, que son meros pasatiempos. Pero hay que entender que el videojuego, como otras ramas de la cultura, sirve para transmitir emociones y, sobre todo, funciona como un mecanismo a través del que trasladar ideas y sensaciones.

Además, hay muchos profesionales de sectores más tradicionales de la cultura que han encontrado trabajo en el videojuego

Sí. En un videojuego cada vez hay más gente implicada que viene del mundo del cine; como directores, guionistas y productores. Los mejores interpretes de música clásica del mundo también han encontrado trabajo en el sector. El otro día, por ejemplo, estaba con una amiga que es actriz de teatro y me comentaba que en estos momentos está trabajando mucho como dobladora, y también de videojuegos. Cada vez son más las personas de diferentes ámbitos culturales que se están implicando. A mí me gusta mucho escuchar a determinados escritores cuando dicen que juegan a videojuegos y que les inspiran. Gente muy reconocida.

Juan Gómez Jurado, por ejemplo, ha dicho a ABC en varias ocasiones que le encantan

Efectivamente. Cada vez hay un mayor vínculo. Se está entendiendo que el videojuego es una mezcla de artes que sirve para emocionar y trasladar ideas. Además, aportan algo que el resto no tiene, la interactividad. La posibilidad de sumergirte por completo en una historia.