El zapatero que quiere salvar a Grecia con una campaña de «crowdfunding»

Porque Feeney vive en Londres, según podemos leer en un completo perfil publicado en ABC.net . Tiene 29 años y trabaja en una tienda de zapatos en la capital inglesa; aunque es originario de York, al norte del país. Lleva varios días contestando una y otra vez a la misma pregunta: ¿por qué? ¿Qué le llevó a tomar cartas en el asunto griego, sin tener ninguna vinculación con él? «Veía a los políticos dar vueltas en círculos, sin tomar una decisión firme sobre Grecia. Así que simplemente pensé que era necesario que alguien interviniese para solucionar el problema», explica.

El éxito de su idea ha impresionado incluso a su autor, que ha recibido miles de mensajes de apoyo desde todos los rincones del planeta. Indiegogo, la plataforma donde ha lanzado su campaña de crowdfunding, estuvo saturada durante horas este miércoles ante la avalancha de interés que ha suscitado. La procedencia de los donativos que ha recaudado hasta el momento también ha sorprendido a Thom Feeney : los países que más donan son Alemania, desde donde Merkel se enfrenta a Tsipras; y Reino Unido, que ni siquiera es parte de la eurozona.

El joven ha hecho sus cuentas y lo tiene claro: si cada europeo donase algo más de 3 euros, Grecia podría recibir la cantidad que necesita para salir adelante. «Creo que la gente puede hacerlo mucho más rápido que los políticos. Espero que podamos reunir el total, los 1.600 millones. Sería fantástico. Pero en cualquier caso, esto demuestra que las personas se preocupan de verdad por otros ciudadanos europeos», insiste, convencido de poder alcanzar la meta del maratón que ha iniciado.

Sin embargo, salvo giro espectacular en el curso de los acontecimientos, el entusiasmo de este zapatero británico no bastará para sacar a Grecia del aprieto. Ha consumido ya la mitad del tiempo propuesto para alcanzar la cifra y todavía le faltan más de 1.598 millones. Si, tal como parece, no reúne el total , las normas de Indiegogo le obligarán a devolver todos los donativos. Thom Feeney asumirá su fracaso si esto ocurre, aunque confiesa que le gustaría que la cantidad que logre reunir, sea cual sea, llegase a griegos que realmente la necesiten.