Los tránsfugas de Facebook que se han hecho millonarios con su propia startup

Y, a pesar de haberse encontrado en una empresa con un crecimiento exponencial y con un buen puesto dentro de ella, se fueron. Y lo hicieron más bien pronto. ¿Para qué? Para fundar su propia empresa. El movimiento les ha traído el éxito, poder sobre su propia empresa y millones de dólares. Haber formado parte de Facebook, ayuda: obtienen de primeras el interés de los inversores sobre ellos. Pero también tienen que demostrar que, en efecto, son la vanguardia.

Fue el famoso amigo que, durante un chat con Zuckerberg, le sugirió que creara una red de contactos. Cofundador de la red social y director de tecnología de la empresa, el que fuera uno de los amigos de Zuckerberg, decidió dejarlo en 2008 tras no sentirse demasiado cómodo en la empresa.

Así, junto a otro de los ex integrantes de la famosa red social, Charlie Cheever, crearon Quora —una red de conocimiento en la red basado en el modelo pregunta-respuesta— en 2009 y la hicieron pública un año después. En 2012, Quora recaudó 50 millones de dólares en fondos, alcanzando una valoración total de la compañía en más de 400 millones de dólares, según recogía «The Wall Street Journal».

No obstante, poco después el propio Charlie Cheever era quien repetía la operación de salir de la empresa y de su día a día por motivos que no llegaron a quedar claros. De hecho, Cheever está considerado como uno de los diseñadores de producto más brillantes del momento, con algunas contribuciones que han marcado la evolución del sector, como el sistema de notificaciones que diseñó en Facebook.

En 2012 se convirtió en la persona más joven en integrar la lista de los más ricos del mundo que elabora Forbes cada año. El antiguo compañero de habitación de Mark Zuckerberg y tercer empleado de la empresa, posee una fortuna estimada de 6,5 mil millones de dólares que no hace más que crecer pese a que en 2008, como muchos otros, abandonaba Facebook para crear su propia empresa: Asana . «Era un adicto al trabajo y una máquina», dijo de él Zuckerberg.

La empresa en la que está centrado ahora es una plataforma de gestión de proyectos en tiempo real que ya cuenta con una financiación de más de 38 millones de dólares y que tiene contratados a una decena de ex empleados de Facebook. Espera que, en algún momento, pueda sustituir al correo electrónico o herramientas como Yammer. Eso sí, por ahora, el cinco por ciento en acciones de Facebook que tiene Moskovitz supone la mayor parte de su fortuna.

Junto a su mujer —antigua periodista de «The Wall Street Journal»— ha creado «Good Ventures», fundación a través de la cual han destinado más de 4,5 millones de dólares a luchar contra la malaria y a favor de la igualdad en el matrimonio. La organización también encabezó una ronda de inversión de 15 millones de dólares para la empresa de inteligencia artificial Vicarious.

Quizá por su nombre no le suene mucho, pero si averigua que es el cofundador de Pinterest , quizá ya le ubique mejor. Evan Sharp, diseñador gráfico que trabajó en Facebook, lo dejó en 2009 para dedicarse por completo a su propia startup. Mientras estudiaba arquitectura, comenzó a crear por diversión, junto a otros dos compañeros, la red social de imágenes y «pins» que hoy ya tiene más de 70 millones de usuarios en todo el mundo y que a finales de 2013 fue valorada en casi cuatro mil millones de dólares. A finales de este año, comenzará a tener publicidad.

Comenzó a trabajar en Facebook en 2007, después de pasar por Google. En 2011 consiguió entrar a formar parte del grupo de socios de Facebook y, cinco meses después, lo dejó para dedicarse a un proyecto que él mismo ha declarado que le puede llevar años, pero que suena fuerte: Artillery . Ya ha recaudado 2,5 millones de dólares.

Enfocado al mundo de los videojuegos, Pansari se ha unido a otros dos antiguos miembros de Google con un objetivo claro y «nada» ambicioso: revolucionar el mundo de los videojuegos. Al parecer, han puesto el foco en los juegos web, cuya calidad quieren poner a la altura de los juegos de consola simplemente con estándares HTML5 y JavaScript.

Lo cierto es que Pansari, de 31 años, siempre ha destacado allí por donde ha pasado. Además de los logros mencionados, consiguió el premio del Comité Operativo de Google, por sus contribuciones a la innovación —solo otorgado a los proyecto que superan con creces las expectativas—, y se graduó con honores en Ciencias Físicas por la Universidad de Rochester.

«Ryan es un apasionado marido, padre, empresario, inversor, mentor y un pensador creativo». Así es como le definen en CrunchBase , una especie de Wikipedia especializado en «startups» y empresas tecnológicas. Lo cierto es que Merket dejó Facebook en 2010, donde formaba parte del equipo de desarrolladores de ayuda a grandes marcas, para crear su propia aplicación: AppStores.com, una plataforma de marca blanca para que los editores pudiesen ejecutar sus propias tiendas de microaplicaciones.

Durante los primeros meses sólo estaban él y un socio metidos en una habitación, con unos pocos miles de dólares que consiguieron de una incubadora de proyectos. Muy probablemente, muchos pensaron que había dejado una de las empresas más exitosas por una locura. Pero muy poco después, conseguían más de medio millón de dólares en inversiones. Un año después, captaban la atención de Inmobi, la mayor red independiente de publicidad móvil y líder mundial en el área de tecnología móvil, que compraba la empresa.

En su página web, Merket destaca una frase que bien podría aplicarse a todos estos nuevos genios de la tecnología, y a otros que no han sido mencionados —Sean Parker con Airtime, Todd McKinnon con Okta, Karl Jacob con Coveroo o Dave Morin con Path—. «Creo en ayudar a las personas a alcanzar sus sueños mediante la construcción de herramientas revolucionarias».