Probamos el nuevo Fitbit Sense 2, el reloj que te dice si estás estresado
Más pequeño y ligero que el modelo anterior, el nuevo reloj de Fitbit incorpora nuevas funciones para controlar la salud

Llevo un par de semanas utilizando el nuevo reloj Fitbit Sense 2. Y han sido más que suficientes para comprobar... que estoy estresado. La primera vez que recibí una notificación de estrés del reloj, pensé que el nuevo sensor Body Response se había disparado en un momento puntual de actividad febril, uno de esos en los que estás agobiado porque tienes tantas cosas que hacer que no sabes por cuál empezar. Pero no. La cosa se repitió más veces (siete veces en dos semanas) y fue así como descubrí que en determinados momentos y en determinadas situaciones mi nivel de estrés, literalmente, se dispara.
Alguien podría pensar que esa función 'mejorada' de detección de estrés de la que hace gala el Sense 2 es más un recurso de marketing que un verdadero análisis basado en datos reales. Pero de marketing nada. Intrigado y preguntándome cómo demonios podía un reloj saber si estoy o no estresado, me lancé a la letra pequeña de las especificaciones técnicas del dispositivo y a los manuales médicos.
Ahí me enteré de que, por primera vez, Fitbit ha instalado en su reloj más caro (299,95 euros en Amazon) un nuevo sensor, el ya citado Body Response, que de forma ininterrumpida y durante todo el día, lleva a cabo un seguimiento de la llamada 'actividad electrodérmica' (cEDA), un mecanismo del cuerpo humano que consiste en una respuesta eléctrica de la piel ante diferentes estímulos externos, lo que 'pone en marcha' el sistema nervioso y que se utiliza, entre otras cosas, precisamente para medir el estrés.
Pero no solo eso. Al mismo tiempo que monitoriza el cEDA, el Sense 2 mide también en todo momento la frecuencia cardíaca y sus variaciones a lo largo del día, así como la temperatura de la piel, y combina todos esos datos en tiempo real para averiguar cuándo exactamente nuestro cuerpo está experimentando signos de estrés. El proceso culmina con una notificación, que llega tanto al reloj como a la app del móvil y que, para colmo, viene acompañada de varios tipos de recomendaciones, ejercicios y consejos para aliviar la tensión. Absolutamente alucinante.
Muchos sensores para la salud
Solo por esa característica ya podría valer la pena que algunos tengan siempre un Sense 2 en la muñeca. Pero no solo de estrés padece el hombre, y es por eso que el reloj viene equipado también con otros sensores creados por Fitbit (como el ya mencionado de frecuencia cardíaca, que ahora permite hacer electrocardiogramas, o el de temperatura cutánea, o el de frecuencia respiratoria, o el de nivel de oxígeno en sangre, o el de glucosa en sangre, o el de análisis del sueño) para tener una 'visión general' de nuestro estado de salud.
Sensores, por cierto, cuyos electrodos se integran directamente en el cristal de la pantalla gracias a una novedosa técnica que permite convertir el metal en vapor.
Otro sensor interesante es el detector automático de deportes. Porque el Sense 2, como en todos los productos de la marca, sigue teniendo en su ADN la monitorización de nuestra actividad física, y es capaz de distinguir entre decenas de deportes diferentes gracias a sus 40 modos de ejercicio, para que podamos entrenarnos y comprobar los progresos que hagamos en nuestros deportes favoritos.
Buena autonomía
Todos los datos, minuto a minuto, de nuestros movimientos de los últimos siete días se guardan en el reloj, así como los totales diarios de los últimos 30 días. Durante cualquier sesión de ejercicio, además, el reloj mide y almacena, a intervalos de un segundo, todos los datos de frecuencia cardíaca. Si estamos en reposo esa medición se llevará a cabo cada cinco segundos.
La batería del Sense 2 nos permite olvidarnos del cargador durante seis días completos, por lo que podremos incluso dormir con él puesto, algo muy útil si queremos que el reloj monitorice también la calidad de nuestro sueño y elabore un perfil para comprobar la cantidad y calidad de nuestro descanso. Pero si aún así necesitamos más batería, un sistema de carga rápida permite, en solo 12 minutos, extender la duración de la batería un día completo.
El Sense 2 incorpora también un chip GPS, que lo independiza del móvil, y un motor de vibración que resulta de lo más útil si silenciamos el timbre de llamada o los avisos sonoros de las notificaciones.
En cuanto al diseño, el Fitbit Sense 2 es un 15% más ligero y un 10% más delgado que el modelo anterior (sus dimensiones son 40,5 x 40,5 x 12,3 mm). Y también más ergonómico y cómodo de llevar, ya que el centro de gravedad del dispositivo se ha colocado más abajo. Por supuesto, es sumergible y puede resistir hasta 5 atmósferas de presión.
MÁS INFORMACIÓN
El reloj, además, es compatible con Alexa y podemos hacer y responder llamadas y notificaciones a través de Bluetooth. Por último, la reciente compra de Fitbit por parte de Google permitirá, muy pronto, poder instalar en el Sense 2 aplicaciones como el Google Wallet (para pagos con el reloj) y Google Maps.
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