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El helicóptero controlado desde el iPhone, a prueba
El sofisticado juguete tecnológico de Parrot vuela de forma estable, pero hace falta pericia para dirigirlo
jon oleaga
Hace apenas dos meses, la compañía francesa de dispositivos inalámbricos para móviles Parrot presentaba en Madrid este helicóptero de cuatro rotores destinado a videojuegos de realidad aumentada y pilotado mediante la conexión WiFi del iPhone y el iPad. Hemos tenido la oportunidad de volar ... con él y os contamos nuestras impresiones.
Antes de comenzar, os recordamos que AR.Drone está fabricado en fibra de carbono y plástico de alta resistencia y tiene un 'cerebro' compuesto por seis microprocesadores, un acelerómetro, dos girómetros y un sensor de ultrasonidos que le permiten volar "como una mariposa", al mismo tiempo que otorgan al jugador control para pilotar este dispositivo.
Según hemos podido comprobar, el vuelo del AR.Drone es muy estable por lo que, a diferencia del resto de los helicópteros eléctricos, no hace falta tener una especial pericia para manejarlo, debido a que el ordenador de navegación del cuadricóptero se encarga de mantener la altitud y estabilizarlo por nosotros, incluso con vientos de hasta 15 km/h. Sin embargo, esto no significa que volarlo sea del todo sencillo, ya que hacen falta horas de vuelo para controlarlo totalmente, que se incrementan si sólo miramos a la cámara de nuestro iPhone mientras pilotamos.
Este juguete tecnológico está diseñado para volar tanto en interiores como en exteriores. De puertas adentro, el AR.Drone incluye una carcasa especial que protege las hélices de los golpes, mientras que su 'traje de paseo' se desprende de esta armadura y deja al descubierto unos colores brillantes en tonos naranjas y verdes.
Resistente a los golpes
El control de vuelo de este juguete tecnológico es total. Tenemos la información de la cámara frontal, de la inferior y de los ultrasonidos , que avisan si estamos cerca de alguna superficie, además de la posibilidad de ajustar la sensibilidad de los controles para aumentar o disminuir la velocidad en todos los sentidos de movimiento.
La construcción del AR.Drone es sólida y los materiales de calidad. Ha sido inevitable pegarle varios golpes y tras ellos, este helicóptero no ha mostrado ni el más mínimo rasguño, algo muy importante para un gadget que cuesta 299 euros y tiene un buen número de posibilidades de darse múltiples golpes.
Volar el AR.Drone es divertido pero, como todo, al final termina cansando. Por ello, lo que realmente estamos esperando son los juegos de realidad aumentada de uno contra uno. Esta aplicación todavía no está disponible en la Appstore y además necesitaríamos tener alguna persona que también la tuviera. Nuestro consejo sería comprar este cuadricóptero junto con algún amigo, porque si no conocemos a nadie que lo tenga para poder usar los juegos de realidad virtual, tendremos una "cámara voladora" muy cara.
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