Jugamos a 'The Last of Us 2 Remastered': la vuelta de la joya más oscura de PlayStation

El videojuego llega a las tiendas poco más de un año después de que la desarrolladora cogiese la primera entrega de la saga, que data de 2013, y la rehiciese para exprimir la consola actual de Sony. No parecía algo necesario, ya que el videojuego original seguía (y sigue) siendo plenamente jugable y disfrutable. Y se puede encontrar bastante barato en su remasterización para PS4. Por menos de 10 euros, si lo quieres, lo tienes y lo juegas. Y, más o menos, lo mismo ocurre con este 'The Last of US 2'.

La última versión de la propuesta, la que nos ocupa, no trae prácticamente nada nuevo. Los gráficos suben un peldaño y todo se ve un poco mejor. Pero vamos, un poco. El lavado de cara está lejos de ser drástico. Sí que suma un nuevo modo de juego, llamado 'Sin Retorno', en el que el usuario se enfrenta a hordas de enemigos zombis para acabar combatiendo con un jefe final. Algo que está bien y aumenta el tiempo jugable. Sea como sea, si por algo sigue brillando el videojuego, si hay una razón de peso para comprarlo, esta sigue siendo su historia principal, que es uno de los mayores picos de siempre dentro de esta forma de entretenimiento.

'The Last of Us 2' es un juego que se debe jugar. Al menos, siempre y cuando el jugador tenga una PlayStation conectada al televisor del salón. La primera edición, en la que el usuario conoce al contrabandista Joel y a la joven Ellie, y los controla por un Estados Unidos distópico y roto, plagado de muertos vivientes causados por los efectos de una pandemia, es un sobresaliente. Lo era en su lanzamiento, en 2013, y lo sigue siendo ahora, diez años después. Pero la continuación es, posiblemente, incluso mejor. Y lo es, en gran medida, por lo que te genera a nivel emocional. Porque no hay muchos videojuegos capaces de impactarte y absorber tanto.

La obra arranca mostrando la realidad de los dos protagonistas del primer videojuego unos años después de la conclusión de su periplo inicial. Sin entrar en más detalles, la relación entre ambos, casi de padre e hija, se ha enfriando algo a causa de la edad y, sobre todo, del gran acto final de la anterior entrega. Y si has visto aunque sea la serie de televisión de HBO del año pasado, en la que se adapta el título original, ya sabes más o menos por dónde van los tiros.

A pesar de esto, la cosa les va razonablemente bien. Tanto a Joel como a Ellie. Los dos están más o menos a salvo -todo lo a salvo que se puede estar en un mundo postapocalíptico- y forman parte de una comunidad prospera en la que habitan personas civilizadas; todo un lujo en una realidad como la de The Lasto of Us, en la que los vivos pueden llegar a ser tan peligrosos o más que los muertos.

Lo bueno, evidentemente, dura lo que dura; y aquí eso es casi nada. Apenas han transcurrido las primeras dos horas de acción, llega el punto clave narrativo del título, que ya es historia del videojuego. Y cuando llega, lo hace para romper el alma a quien sostiene el mando y lanzarlo al interior de un pozo muy negro. Le obliga a apretar los dientes y hace que la rabia casi le rebose. Y lo que viene después, y lo que sigue al menos durante tres cuartos de la obra, son ganas de venganza. Puras.

El usuario abandona su hogar y pone rumbo a la ciudad de Seattle, que es casi más un esqueleto que una urbe. Ya han pasado cerca de dos décadas desde el inicio de la pandemia, y la localidad ha sido absorbida casi por completo por la vegetación. La mayoría de grandes edificios se han venido abajo y no hay ni rastro de una autoridad real o gobierno, solo grupos de supervivientes que se disputan el territorio y están dispuestos a todo por sobrevivir e imponerse. Y ninguno es del todo bueno o del todo malo. O quizá todos sean malos. O, simplemente, supervivientes que tragan y hacen lo que les toca para seguir respirando. La moralidad en The Last of Us es, cuanto menos, difusa.

Como en la edición de 2020, el videojuego es de un solo jugador, aunque durante el desarrollo de la aventura se controlan a distintos personajes. Esto es clave, porque te permite observar la misma realidad desde prismas bien distintos. Es posible que acabes amando a quien al principio odiabas, y viceversa. Si le dedicas el tiempo necesario a la obra, unas 25 horas de duración total aproximada, seguramente te pasará.

Más allá de eso, como en cualquier videojuego de supervivencia que se precie, los recursos con los que cuentas y el armamento y munición disponible es limitado. Por lo tanto, si puedes salir de una situación empleando el sigilo, sin gastar balas, mejor. Y si en alguna ocasión la situación te supera, corre e intenta huir. Si puedes, claro. Aunque 'The Last of Us' no es un juego de mundo abierto, sí que ofrece mucha libertad al usuario a la hora de escoger cómo supera los obstáculos que se encuentra por el camino.

Los repetimos: 'The Last of Us 2' es un juego al que hay que jugar si se tiene una PlayStation. Aunque, probablemente, esta no es la mejor versión para adentrarse. La de PS4 tiene casi los mismos gráficos y se puede jugar gratis si eres suscriptor del servicio online de PS Plus. Y sino, se puede encontrar bastante barato. Además, PS5 es retrocompatible con PS4, por lo que puede leer sus videojuegos sin problema.

Ahora, si quieres la mejor edición, sin duda, esa es la nueva pensada en concreto para PlayStation 5. Si te enganchas, además, contarás con el modo de juego 'Sin Retorno', que aunque no suma nada a nivel narrativo te permite seguir disfrutando de la jugabilidad.