Fitbit Surge: a caballo entre monitor y reloj inteligente

Este aparato incluye un sensor de pulsaciones, que permite al usuario conocer en tiempo real su ritmo cardiaco, una función que se está convirtiendo en un estándar en este tipo de dispositivo de muñeca. Con él se puede revisar los pasos andados, monitorizar fracciones de ejercicio, analizar la calidad del sueño (ahora la tarea de registrar cuando vas a dormir es automática) y monitorización de una carrera mediante GPS.

Hay dos aspectos que llaman la atención y que resultan intersantes. Por un lado, la pantalla táctil. Su manejo es sencillo. Con movimientos laterales se acceden a los registros. Por otro, es su construcción apta para salpicaduras de agua pero no sumergible. Es muy engorroso el hecho de tener que quitártelo cada día porque lo puedes extraviar o estropear. Pero en conjunto el diseño rectangular en concreto puede no atraer a más de uno (está fabricado en goma y es algo aparatoso una vez puesto). Ni por asomo es un dispositivo elegante.

Cuenta con tres botones físicos para realizar diversas tareas como activar el cronómetro o activar el modo carrera. Aquí se aprecia que el dispositivo está diseñado para deportistas que suelen salir a correr por ejemplo. Mediante la aplicación de Fitbit se puede revisar toda la información almacenada, ya sea los kilómetros andados, las calorías quemadas, los minutos activos. Se pueden crear retos como las calorías restantes o el peso deseado.

Es la primera incursión del fabricante de aparatos de actividad. Este reloj, a diferencia de otros más avanzados que ruedan con Android Wear , no permite la instalación de nuevas aplicaciones, con lo cual el ecosistema de servicios es limitado, con lo cual el concepto de «smart» queda diluido en un segundo plano. En consecuencia, Surge ejerce de herramienta para presionar al usuario a llevar una vida algo más saludable. Y poco más, salvo que permite recibir notificaciones de llamadas entrantes que, en realidad, acaba por ser poco práctico ya que el usuario no puede colgar ni nada de eso. También recibe diversas notificaciones del móvil matriz al que se sincroniza, pero no permite utilizarlas de ninguna manera.

A caballo entre reloj inteligente y monitor, está pensado para personas casi pasivas y que de vez en cuando realicen alguna tarea física, puesto que tampoco es un dispositivo pensado para el deportista exigente que requiere (o busca) un panel de servicios más completo. La sincronización de los datos es rápida y uno de los mejores aspectos a poner en valor. La batería, eso sí, es otro de sus virtudes, ya que dura perfectamente cinco días a pleno rendimiento. Su precio: 249 euros.