Los expertos alertan sobre Worldcoin: «Tus ojos valen mucho más que 70 euros. Hay riesgos por todos los lados»

Para Sergio Carrasco-Mayans, jurista especializado en protección de datos, el proceso de recopilación de este dato por parte de Worldcoin representa «una violación flagrante» de la normativa de protección de datos europea. Y no solo porque, como ha podido comprobar este diario, no se informe correctamente al usuario sobre el uso que se le da a la información en el momento en el que se realiza el escaneo; que también. Es que, en realidad, no hay necesidad alguna de entregar un dato biométrico para realizar un procedimiento de este tipo. «Al ser un dato biométrico ellos tienen que justificar por qué lo utilizan. Pero no hace falta ningún dato biométrico para justificar tu identidad en este caso. Podrían hacer lo mismo simplemente pidiéndote el número de DNI», señala el experto.

La entrega del iris a Worldcoin, firma que, como OpenAI, está capitaneada por Sam Altman, también oculta riesgos de seguridad para el usuario, según explica Hervé Lambert, jefe de operaciones de la empresa de ciberseguridad Panda Security. Y no son pocos. «Aquí hay riesgos por todos los lados. Cuanto entregas tus datos biométricos a un tercero estás corriendo el peligro de que accedan a más información y puedan hacerse pasar por ti. Además, la empresa no explica bien cómo se almacena y dónde. No parece una práctica recomendable», apunta el ejecutivo.

Lambert remarca que siempre existe la posibilidad de que esa información caiga en malas manos si la compañía sufre un ciberataque o una filtración. Aunque el usuario seleccione la opción de que la empresa no guarde su iris en sus bases de datos, algo que puede hacerse desde la 'app', esta siempre se guarda una suerte de código del ojo para garantizar que el usuario no se beneficie dos veces del 'regalo' inicial en criptomonedas que ofrece a las personas que se acercan a sus cajeros. Pero el ejecutivo de Panda no se fía: «Los cibercriminales seguirán pudiendo utilizarlos para el robo de identidad, e, insisto, la empresa no es clara sobre cómo se guardan esos datos. ¿Y para qué los utilizan? No dejan nada en claro».

«La gente esto lo hace porque hay un retorno de pasta. Tus ojos valen mucho más de 70 euros. Se están aprovechando de jóvenes y de gente necesitada. El movimiento de la empresa me parece, legal y éticamente, muy cuestionable», zanja el experto. Y esos 70 euros, igual mañana son mucho menos, porque las criptomoneda puede bajar. Es posible que, cuando vaya a retirar el dinero, el usuario caiga en la cuenta de que vendió sus ojos a cambio, prácticamente, de nada.