«No me agobia no tener una carrera: estaría igualmente sin trabajo»

Matriculado en un buen colegio de Madrid y formado en una familia estructurada, a Lucas -«me gusta que me llamen por mi apellido», replica- nunca le ha faltado nada: sus padres han luchado para ofrecerle todas las comodidades. «He dado disgustos a mi madre desde que entré en la ESO, pero jamás podría culpar a mis padres de que yo sea un bala perdida. Yo soy el único responsable, ellos siempre han luchado para darme todo tipo de privilegios».

Sin trabajo y sin el título de graduado en ESO, Lucas ve un futuro muy negro «sobre todo con la crisis que hay ahora». Internet es el prisma a través del cual percibe una realidad social de la que no se siente partícipe. «¿Si navego? Por supuesto, no podría vivir sin internet». Cuando hace balance de sus primeros años de juventud, sólo ve una explicación: «La calle era más divertida. Llegué a tener el récord de faltas y creo que aún nadie me ha alcanzado en mi cole».

Admite que su madre jamás ha tirado la toalla y confiesa que en su casa echaban la culpa a las compañías. «Es mi gente, mi grupo... yo me he criado en la calle», narra este joven que reside en un barrio acomodado de la capital.

Sin embargo, aunque todavía no ha cruzado el umbral de la madurez, Lucas expresa un regusto agridulce al repasar su trayectoria. «Ahora -confiesa- me estoy dando cuenta de que he desperdiciado muchos años y de que podría estar acabando una carrera, aunque eso no me agobia: con un título estaría igualmente sin trabajo».