Cómo vestir como un CEO de éxito
Se acabó aquello de relacionarlos exclusivamente con el traje y la corbata. Así son las nuevas reglas del estilo ejecutivo

Nos gueste o no, la realidad es que la apariencia sigue siendo un factor fundamental en las relaciones sociales. El auge de la moda urbana y casual, donde la comodidad y la practicidad se han aupado al mismo nivel que la formalidad, ha provocado una serie de cambios sociales notables. El más importante, seguramente, es la democratización y flexibilización de un sector que no hace tanto era mucho más rígido en su relación con los estamentos sociales. Donde mejor se aprecia este punto de partida del texto es en cómo viste un empresario de éxito. Se acabó aquello de relacionarlos exclusivamente con el traje y la corbata . En 2019, el joven treintañero que está comiendo a tu lado en un restaurante de comida rápida puede ser perfectamente el CEO de alguna startup de éxito.
El hecho de no poder etiquetar a las personas únicamente por su imagen exterior, es una de las conclusiones más positivas que se puede obtener de este proceso que estamos viviendo de difuminación de los límites que el protocolo tenía marcados con líneas rojas. Además, la libertad para expresar el estilo personal de cada uno es mucho mayor; ya no se trata de ir disfrazado según el contexto para el que nos vistamos. No significa esto que no importe dicho contexto, pero sí el hecho de que ya no esté por delante de lo que un hombre quiere expresar con su ropa. Es, en definitiva, un equilibrio realmente saludable para el mundo de la moda.
No es solo la moda la que camina en esta dirección que, en realidad, tiende a bifurcarse constantemente en vez de limitar las opciones. Dentro del universo de la empresa, hasta la propia distribución de las oficinas modernas lo hace. Ya no se llevan esos despachos que parecían bunkers; es más, en muchos casos han desaparecido directamente o, como poco, son acristalados y totalmente diáfanos. Es en este proceso de acercamiento entre los roles donde se la moda también ha puesto su granito de arena, de ahí que, a grandes rasgamos, hayamos pasado de no poder contemplar en nuestro cerebro a un modelo concreto de CEO , a imaginarnos al menos cuatro posibilidades distintas.
Por un lado, el rol del dirigente clásico continúa . Hay dos motivos para su supervivencia: una cuestión de gusto personal, ya que un traje con corbata sigue siendo una de las opciones más elegantes del armario masculino -sirva esto como reivindicación de un binomio que ha sido repudiado por buena parte de la sociedad al asociar al mismo connotaciones negativas de carácter social-; o una exigencia empresarial, en cuyo caso queda muy limitada la personalidad del individuo a la hora de elegir sus estilismos profesionales. Es importante en este caso, sea cual sea tu caso de los dos propuestos, escoger trajes de calidad y de cortes modernos y favorecedores para tu silueta.
Los nuevos roles existentes de CEO tienen mucho que ver con la naturaleza de la compañía que dirijan . En este sentido, suelen ser las empresas más grandes y de sectores tradicionales las que mantienen unos códigos de vestimenta más rígidos, algo que tampoco es criticable porque, como hemos dicho al comienzo del texto, la apariencia sigue siendo fundamental en cualquier ámbito de las relaciones sociales, dentro de las cuales los negocios son una muy importante.
En cualquier caso, más allá de esto CEO de corte clásico, ya sea por decisión personal o necesidades del guion, hay al menos otras tres formas de vestir que cuadran con la de un CEO contemporáneo. Por acotarlas de forma que sea más sencillo imaginarlas, estamos hablando de aquellos que apuestan por un estilo moderno pero desempeñan sus funciones en una empresa de corte formal, y aquellos que dirigen el rumbo de empresas grandes pero de sectores menos tradicionales. La última sería la que está asociada sobre todo a las empresas tecnológicas de nuevo cuño, las startups , donde normalmente el nivel medio de edad es muy joven e innovador, por lo que se alejan de la formalidad hasta en la manera de vestir.

Dentro del primer grupo de los CEO contemporáneos-insistimos en que se trata de una agrupación general, que da por hecho que existen excepciones o casos que podrían ser híbridos de dos de los grupos en cuestión-, el uniforme más habitual es el traje sin corbata o, cuanto menos, el chino con americana. La blazer es la prenda estrella indiscutible para este tipo de CEO que ha decidido dejar la corbata para situaciones muy concretas, como si fuera un arma sorpresiva para las ocasiones especiales. Por supuesto, la camisa y los zapatos completan el outfit, sin dejar lugar todavía en este nivel para prendas y complementos informales.
Estas sí tienen cabida en el segundo escalón, el de esas grandes compañías que no están atadas a la tradición de un sector con solera. Suelen ser empresas de nuevo cuño que han crecido gracias a la explosión tecnológica. En este caso, las deportivas y los básicos son el uniforme por excelencia, desde el becario hasta el CEO. Steve Jobs es, probablemente, el gran referente dentro de este grupo, ya que fue un auténtico innovador no solo en su actividad empresarial, sino también en cuanto a estilo con su inseparable suéter de cuello vuelto negro. Mark Zuckerberg, Elon Musk o Sundar Puchai son tres de los jóvenes que han recogido el testigo de Jobs -cada uno con los matices personales, obviamente-. Ninguno renuncia definitivamente a la corbata, pero se encuentra mucho más cómodos con jeans, camisas sencillas, zapatillas de firmas de lujo o zapatos informales, y prendas básicas de origen deportivo muy pulidas.
Por último, poco a poco ha ido creciendo el grupo de los jóvenes emprendedores que apuestan por crear pequeñas compañías -que aspiran a escalar al nivel de los Zuckerberg y compañía- muy vanguardistas, donde la libertad a la hora de vestir es total. Como en la mayoría de casos están formadas por un capital humano muy joven, incluido el CEO, el estilo urbano , el rey entre las generaciones más jóvenes, se impone con rotundidad. Podríamos llamar a este grupo el ‘universo startup’, ese en el que se ven muchas más camisetas estampadas que camisas, por no hablar de prendas más formales como las blazers, que como mucho se combinan en días especiales sin renunciar a las camisetas informales debajo ni al otro combo protagonista de este tipo de CEO: los jeans y las deportivas de moda.
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