Cronotipo y curva del olvido: los dos conceptos que debes manejar para estudiar mejor y más rápido la Selectividad
La neurociencia tiene la clave para optimizar las horas de estudio y aprovechar al máximo los días previos a la EBAU
Cuándo se celebra la Selectividad 2024 en España: fechas de los exámenes por comunidad autónoma
Estas son las carreras universitarias más demandadas por las empresas
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSin lugar a dudas, para todo estudiante un momento clave y decisivo en su etapa educativa es enfrentarse a la Selectividad. Hay quienes llegan mejor preparados que otros, pero todos coinciden en preguntarse cómo se tiene que organizar uno el estudio para ser ... lo más eficiente posible, aprovechar al máximo los días de antes y poder, a su vez, poder disfrutar de algo de tiempo libre.
No hay una ciencia exacta para ello, pero sí que existen una serie de consejos y técnicas que, avaladas por la ciencia, ayudan a que los conocimientos se asienten mejor. Júlia Ballester, profesora de Neuropsicología de la Universitat Abat Oliba CEU, explica a ABC que la neurociencia puede ayudar a poner el foco sobre algunos aspectos que conviene incorporar para maximizar el rendimiento del estudio:
Conocer nuestro cronotipo: cuándo debemos estudiar
No todo el mundo es igual, como tampoco lo es cada estudiante. «Levantarse pronto para estudiar y aprovechar el día es un mito. No a todos le funciona», sostiene Ballester. La profesora explica que debemos atender a nuestro cronotipo, un concepto que atiende a las diferencias individuales de cada uno, aquellas relacionadas con los momentos del día en los que tenemos mayor energía.
En otras palabras, el cronotipo determina si una persona es más activa y productiva en la mañana, en la noche, o en algún punto intermedio. El cronotipo está relacionado con los ritmos circadianos, que son ciclos biológicos de aproximadamente 24 horas que regulan diversos procesos fisiológicos, incluyendo el sueño.
Los 3 tipos de cronotipo
-
1
Matutino (o madrugador): Personas que tienden a despertarse temprano y son más productivas en las primeras horas del día. Estas personas suelen sentirse más enérgicas y alertas por la mañana y prefieren acostarse temprano por la noche.
-
2
Vespertino (o nocturno): Personas que prefieren acostarse tarde y levantarse tarde. Suelen sentirse más despiertas y productivas en la tarde o noche y tienen dificultades para levantarse temprano por la mañana.
-
3
Intermedio (o tipo colibrí): Personas que no tienen una fuerte preferencia por la mañana o la noche y pueden adaptarse a diferentes horarios con relativa facilidad.
El cronotipo de una persona puede estar influenciado por factores genéticos, edad y el entorno. Por ejemplo, los adolescentes y adultos jóvenes tienden a tener un cronotipo más vespertino, mientras que las personas mayores tienden a tener un cronotipo más matutino. «Lo ideal es que, en aquellas horas donde tenemos picos altos de energía, estudiar los conceptos más difíciles o los que son nuevos, porque se retendrán mejor», explica Ballester. Se debe dejar lo que ya controla el alumno para aquellos momentos donde la mente está más cansada.
Repasar los contenidos: mucho ojo a la curva del olvido
Es más que sabido que con una vuelta a todo el temario es imposible que un alumno memorice todos los datos, cifras y conceptos. Por eso, es tan importante coger el hábito de repasar los contenidos, en varias ocasiones y con diferentes métodos. Al poco de estudiar lo que memorizado se va a olvidar, y son solo aquellos aspectos que nos motivan muchísimo o que nos impacten emocionalmente los que se van a retener, pero como explica Ballester, esto no suele ser «la tónica general» en algunas asignaturas. «Nos podemos quedar aproximadamente con el 25% de los datos, pero siempre depende de la persona».
Esto se debe a la curva del olvido, un concepto que explica que la mente abandona los contenidos muy rápido al principio, pero que, según pasa el tiempo y los interioriza, se ralentiza y gana en la balanza el aprendizaje.
Diferentes formas para repasar el temario
-
Mediante esquemas
-
Leer en voz alta y/o explicárselo a alguien
-
Ver vídeos relacionados con el contenido
-
Pegar notas con cifras, fechas o palabras clave en la mesa de estudio
-
Escuchar una grabación de una clase o lección mientras se hace otra actividad
-
Formar un grupo de estudio para resolver dudas
Por suerte, como indica Ballester, los alumnos de Bachillerato «llevan dos años preparando esos contenidos, donde el repaso está bastante presente, sobre todo en los últimos meses, por lo que debería ser una técnica ya interiorizada para ellos».
Mediante el repaso se evita caer en una sobrecarga cognitiva y los «atracones finales», por intentar memorizar todo en el último momento: «Esto provocaría ansiedad, porque al querer repasar los contenidos 'aprendidos' a última hora el alumno se daría cuenta que no se acuerda de prácticamente nada, lo que le pondría muy nervioso».
¿Cuántos repasos debo hacer?
Lo ideal, según la ciencia y lo que practican estudiantes de Medicina de Harvard, es hacer un mínimo de cuatro repasos por cada tema. «Primero al cabo de una hora, después tras 24 horas, luego a la semana y finalmente al mes, Esto sería lo ideal. Tampoco es necesario estrictamente, pero es aconsejable tener en mente un mínimo de tres o cuatro repasos, hasta que veas que lo dominas y puedas poner la energía en otra».
¿Cuántas horas se deben dedicar al estudio?
Volviendo a los estudiantes de Harvard, lo importante es que el tiempo dedicado a estudiar sea «tiempo de calidad». Esto significa que, en el menor tiempo posible, se aproveche cada minuto al máximo y se esté concentrado en la memorización y la comprensión. «Por ejemplo, los alumnos de Medicina tienen rutinas de estudio de cuatro horas diarias. Para ellos es más que suficiente, pero porque aprovechan hasta el último segundo de esas horas», sostiene Ballester.
Tiempo libre y establecer recompensas
Ante todo, lo más importante es buscar un equilibrio entre estudiar y también disfrutar de un poco de ocio y tiempo libre. «Con una buena rutina, se puede memorizar mucho contenido y a su vez descansar el cerebro para que oxigene y pueda estar a pleno funcionamiento», comenta Ballester. La profesora recomienda organizarse el estudio intercalando ocio con amigos y familia, para que la preparación previa a la Selectividad no se vea como una «condena».
Por otro lado, también recomienda establecer «recompensas» durante el estudio, como tomarse cinco minutos de descanso por cada media hora de trabajo duro para escuchar una canción, ver un vídeo corto, salir de la habitación de estudio... sirve como pequeñas motivaciones para hacer más ameno el proceso de aprendizaje.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete