No solo Pedro Sánchez: Xi Jinping, Netanyahu, Putin.... Los otros líderes que no asistirán al funeral y sus razones

Sin embargo, esta vez no habrá ocasión para que el presidente de Irán salude por accidente al de Israel, como hizo Mohammad Jatamí en 2005, pues el sábado no acude ninguno de los dos. Tampoco estará el presidente de Taiwán, cuya asistencia al funeral de Juan Pablo II hace veinte años provocó una protesta de China, ni el ruso Vladimir Putin. En este último caso las razones son evidentes, pero lo cierto es que el presidente ruso ya faltó a las exequias del papa polaco -entonces, por la rivalidad con la Iglesia ortodoxa- y a las de Benedicto XVI.

«El presidente no lo tiene planteado». Esa fue la respuesta del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a la pregunta de si el mandatario ruso iba a asistir a Roma para el funeral de Francisco. Una contestación inane para una pregunta que se respondía sola, pues en 2023 la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Putin por crímenes de guerra; concretamente, por la deportación de niños ucranianos a Rusia. Esto obligaría a las autoridades italianas a detenerlo en cuanto pusiera un pie en la Ciudad Eterna, aunque lo cierto es que es difícil imaginar que sucedería en caso de que se vieran obligadas a hacerlo. Precisamente, el jueves algunos medios locales romanos publicaron que el Ministerio de Justicia había iniciado los trámites para congelar esa orden, extremo que el ministro Carlo Nordio desmintió a las pocas horas.

La delegación israelí en el funeral del Papa estará encabezada por el embajador en el Vaticano, Yaron Sideman, lo que evidencia el mal estado de las relaciones entre ambos países. Para más inri, pocas horas después de que saltara la noticia del fallecimiento de Francisco, el Ministerio de Exteriores israelí publicó un mensaje de condolencia -«Descanse en paz. Papa Francisco. Que su memoria sea una bendición»- que luego sería inmediatamente y misteriosamente eliminado. Las relaciones diplomáticas entre Israel y el Vaticano vivieron un buen momento durante los primeros años del pontificado de Francisco -incluyendo una visita a Tierra Santa en 2014-, pero empeoraron drásticamente tras al atentado del 7 de octubre de 2023 y la posterior guerra en Gaza. El Papa calificó la reacción israelí de «inmoral» y en un libro de 2024 -'La esperanza nunca defrauda'- llamó a investigarla para dilucidar si se trata de un genocidio.

La no-asistencia de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, es una sorpresa por muchos motivos. No solo porque lidera el segundo país del mundo con más católicos; también, porque se trata del funeral del primer papa latinoamericano, uno que precisamente tuvo una sensibilidad distinta sobre la conquista y evangelización de América. Las críticas obligaron a la mandataria a defenderse, y lo hizo en estos términos: «No voy a ir a las ceremonias del papa Francisco y viene toda una crítica de por qué no voy. ¿Qué hubiera pasado si dijera que voy? Pues lo mismo, hubiera habido una crítica tremenda: ¿Dónde está la separación Iglesia-Estado? ¿Por qué está yendo a los funerales del papa Francisco?».

El caso de Taiwán ha sido el más dramático de todos, pues el presidente Lai Ching Te no acudirá a pesar de que hasta última hora su gobierno hizo esfuerzos diplomáticos para que este pudiera asistir a Roma, circunstancia que el Ministerio de Exteriores aseguró que era su «objetivo principal». Finalmente, no ha podido ser, y la razón, según reconoció el propio viceministro de Exteriores, radica en la «cierta consideración» que podría tener el Vaticano para con los efectos diplomáticos de su asistencia. De telón de fondo está China, que ha invertido mucho en tratar de aislar diplomáticamente a un territorio que considera suyo. Hay que recordar que la Santa Sede es el único Gobierno europeo que reconoce su independencia, extremo que permitió que los presidentes taiwaneses estuvieran en los funerales de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Sin embargo, parece que ahora el Vaticano es más prudente en el trato con Pekín.

Xi Jinping no estará en Roma, y esto no es ninguna novedad porque Pekín no mantiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede desde 1951. «China expresa sus condolencias por el fallecimiento del papa Francisco», en esa escueta nota quedaron las condolencias del gobierno pekinés. Sin embargo, hay que matizar que las relaciones entre los dos estados experimentaron una ligera mejoría durante el pontificado de Francisco, sobretodo después de que en 2018 llegaran a un acuerdo sobre la designación de obispos que relajó el control que el partido comunista viene llevando a cabo sobre los nombramientos episcopales desde hace décadas. Aun así, esto no quita que el Gigante Asiático sigue manteniendo un férreo control sobre los mitrados fieles a Roma, circunstancia que sin duda marcará las relaciones del próximo sucesor de Pedro con ese país.

De entre todos los líderes de importancia que faltarán al funeral, la ausencia más difícil de explicar es la del presidente Pedro Sánchez, y de hecho, el Gobierno ha tenido problemas para hacerlo. Hasta ahora, el argumento ha sido que la presencia de los Reyes, junto a las vicepresidentas primera y segunda, María Jesús Montero y Yolanda Díaz, y el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, constituyen ya una delegación lo suficientemente granada. Sin embargo, esto no ha salvado a Sánchez de las críticas, y valga como comparación el hecho de que el presidente Zapatero sí asistió al funeral de san Juan Pablo II, un Papa que en teoría no gozó de tantas simpatías entre la izquierda.