Inglaterra ya no es la meca de los sanitarios españoles: «Me vuelvo a España. Ya no compensa»
Se iban con un contrato y hasta piso y vuelo pagados, pero el Brexit y unas condiciones a la baja los traen de vuelta
En solo 7 años, las enfermeras de España que trabajaban en Reino Unido han disminuido a menos de la mitad
Sanidad abordará con las comunidades la falta de médicos el próximo 18 de diciembre
Ana Belén Beteta, que volvió de Reino Unido hace aproximadamente un año, posa frente al hospital de Algeciras, donde trabaja actualmente
La sanidad británica ha sido durante muchos años la 'joya de la corona' británica. Profesionales de todos los países llegaban cada año en masa para trabajar en un sistema que, además de tener unas condiciones económicas envidiables, ofrecía mucha flexibilidad a la hora de compaginar ... el empleo con la vida personal. Tanto es así que los sanitarios españoles, especialmente enfermeras, no dudaban en mudarse a Londres y alrededores, pues las recién graduadas se marchaban ya con un contrato que les aseguraba un empleo fijo; y las más experimentadas, con un buen puesto. Pero en pocos años, con un Brexit y una pandemia de por medio, además de varias huelgas por el empeoramiento de las condiciones, la situación ha cambiado y España va recuperando ese talento que se formó aquí y que, en un momento dado, dejó marchar.
«Yo empecé a rellenar los papeles en marzo y en junio ya estaba ahí», cuenta Diamar Martín-Rubio, enfermera de 31 años, para demostrar la facilidad que los españoles tenían para trabajar en la sanidad británica. Esta joven se fue en junio de 2015 y pasó más de 7 años trabajando en Reino Unido. En noviembre del año pasado, sin embargo, tomó la decisión de volver, aunque ya llevaba años dándole vueltas. Conocer a su ahora marido, Ricardo Simões, un portugués que había tomado el mismo camino que ella, le hizo quedarse más de lo previsto, pero la llegada de la pandemia de Covid-19 y del Brexit agotó la paciencia de ambos y les dio el empujón que necesitaban para coger un avión de vuelta. «A raíz del Brexit las ganas de volver se multiplicaron, y con el Covid…, lo del Covid fue devastador», explica.
Además de las dificultades del día a día por vivir en un país que ya no pertenece a la Unión Europea sin tener nacionalidad británica, a los profesionales de la sanidad el Brexit les arrebató también otro de los alicientes que les llevaba a querer trabajar ahí: la experiencia que acumulaban. Tras la salida de Reino Unido de la UE, por su labor en los hospitales y centros de salud los españoles ya no puntuaban lo mismo que antes para, en un futuro, tener una buena posición en las bolsas de empleo de España. Y a ello había que sumar otras pequeñas cosas que, aunque pudieran parecer menores, iban pesando. «Al final todo eran dificultades. Parece una tontería pero solo el hecho de poder llevarte comida de aquí para allá... ya era todo más complicado. Y con el Covid también fueron distintas las restricciones. En España había unas cosas y ahí iban por otro lado... Se hizo todo más difícil», lamenta.
Esta enfermera veía además cómo cada vez eran menos los españoles que se quedaban. Recuerda la época en la que ella llegó, cuando cada mes podía aterrizar un grupo de perfectamente 30 españoles y portugueses. «Desde 2015 a 2017 no paraban de llegar grupos de españoles y portugueses, pero después del Brexit cambiaron los requisitos y eso se frenó», afirma.
Diamar Martín-Rubio y Ricardo Simões, en la sanidad británica
Y los datos confirman esta fuga española. A finales de 2016, había 7.130 españoles trabajando en el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés); en junio de este año, último mes del que se tienen datos, quedaban 5.114. Son datos que recoge periódicamente el Parlamento británico a través de informes, que confirman que la mayoría de los españoles que emigraron eran profesionales de la Enfermería, cuyo descenso ha sido muy acusado: de los 4.675 que había a finales de 2016 los últimos datos arrojan que permanecen solo 1.467. Este dato, sin embargo, no agrupa a los auxiliares, que representan también una cantidad importante de los trabajadores de la sanidad británica.
Un factor clave
«Las enfermeras y enfermeros que migraban al Reino Unido han disminuido de forma considerable en los últimos años debido fundamentalmente a la salida de Reino Unido de la UE», confirma Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería, que incide en que los tiempos trabajados en la sanidad británica ya no generan la misma ponderación que si se trabaja en los sistemas de salud del resto de los países de la UE. «Cara a las bolsas de empleo y el baremo de méritos es de gran importancia para las enfermeras y es un factor clave para que sea menos atractivo que ir a trabajar a Noruega, Suecia, Francia o Italia, países donde siguen migrando las enfermeras españolas», apunta.
Menos puntos tras el Brexit
Antes del Brexit, los españoles que emigraban a Reino Unido para trabajar en la sanidad puntuaban para obtener mejores puestos en las bolsas de empleo de España; ahora ya no.
5.114
Desde finales de 2016, Reino Unido ha perdido a más de 2.000 sanitarios de nacionalidad española. En ese momento había 7.130 profesionales. En junio de este año ya solo quedaban 5.114.
Hay trabajo en España
A muchos les cuesta tomar la decisión de volver por el miedo a la inestabilidad laboral, pero lo cierto es que la mayoría encuentra un empleo rápido en sanidad cuando regresa.
3.208
En solo 7 años, la sanidad británica ha perdido a 3.208 enfermeras españolas. A finales de 2016, cuando llegaban en masa, había trabajando 4.675. Ahora, solo quedan 1.467.
Las condiciones laborales en España, prosigue Ayuso, son «precarias a pesar del enorme déficit de enfermeras que tenemos», por lo que los españoles siguen migrando, pero a otros países. A Diamar y Ricardo, sin embargo, conseguir trabajo les costó muy poco: el mismo día que se dieron de alta en la bolsa de empleo les llamaron de dos hospitales de Madrid, donde trabajan actualmente. Algo más le costó a Ana Belén Beteta Crespo, enfermera de 32 años, que regresó hace casi un año después de haber estado trabajando en Inglaterra 8. Ahora, tras aceptar primero un contrato de 6 meses y haber estado otros 3 en paro, trabaja en el Hospital de Algeciras, aunque en peores condiciones que cuando estaba en Reino Unido. «Está a hora y media de donde vivo, cobro el sueldo mínimo y tengo que añadir los gastos de gasolina... pero hay que puntuar porque si no nunca tendré algo mejor», lamenta.
Su vuelta a España, dice, fue por motivos puramente emocionales: quería estar cerca de su familia y amigos. Añora las condiciones con las que la sanidad británica la recibió en 2015: «Te ibas con contrato, normalmente te dejaban una vivienda durante los 2 ó 3 primeros meses hasta que encontraras algo mejor y te pagaban el vuelo de ida. Una vez allí tenías 6 meses de prueba y luego te hacían fijo, las condiciones económicas eran muy buenas, tenías 7 semanas de vacaciones al año y 8 festivos, te facilitaban turnos muy buenos...». Un sueño que para muchos ha dejado de serlo.
La pandemia de Covid-19
Pero la llegada del Covid-19 le hizo también barajar qué era más importante: estar cerca de los suyos o tener un buen empleo. Y aunque optó por lo primero pese a tener peores condiciones laborales, no se arrepiente: «Lo que tengo aquí me compensa a nivel personal y de calidad de vida, aquí se vive bien y estamos cerca de la familia, que eso también es calidad de vida. Pero a nivel profesional y económico, en absoluto».
Tampoco se arrepiente de haber abandonado Inglaterra Marcos Bouza, enfermero de 30 años, aunque a veces lo eche de menos. Cuando terminó la carrera no intentó buscar trabajo en España, pues sabía por conocidos que las opciones para los enfermeros no eran las mejores. Su Erasmus en Finlandia durante su etapa universitaria se le hizo corto, así que hizo las maletas y voló hasta Southampton, al sur de Inglaterra. «En España solo te contrataban para cubrir vacaciones y huecos que nadie quería y me fui para mejorar el inglés y porque sabía que ahí había buenas condiciones de trabajo», expone. No se equivocó, pues trabajó primero en observación de urgencias y más tarde en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pudiendo trabajar desde el principio en lo que más le gustaba.
Marcos Bouza durante su etapa como enfermero en Reino Unido
En su caso también fue la pandemia la que le hizo replantearse su estancia ahí, así que finalmente volvió. Y aunque a su regreso tuvo una mala experiencia laboral, mejoró cuando le llamaron de un hospital de Barcelona. «Me cogieron para la UCI y fue bastante bien. Era el horario que yo quería y las condiciones económicas casi mejor en Barcelona que en Inglaterra. Muy contento, la verdad». Tiempo después, sin embargo, lo dejó para irse a coordinar un proyecto de cooperación a Guinea Ecuatorial.
«Solo quedamos los que estamos perdidos»
«Ya solo quedamos los que estamos perdidos o los que tienen novia o novio aquí», bromea por su parte Miguel Jorquera, que ya lleva 6 años y medio como auxiliar de enfermería en el país. De momento no tiene intención de volver, es la otra cara de la moneda. Es más, está estudiando Enfermería para poder ejercerla ahí. Entiende sin embargo que la mayoría esté regresando: «La inestabilidad laboral se compensa con la calidad de vida que hay en España. Aunque los sueldos siguen siendo mayores en Inglaterra, ya no les sale a cuenta. En España un enfermero gana quizá un poco menos, pero la vida allí es mucho mejor y más barata».
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Tampoco tiene intención de volver Marina Pastor, que ya ha cumplido los 8 años en Reino Unido, pese a que la mayoría de los que llegaron con ella ya han regresado. Aunque a veces le pique «el gusanillo», cree que las condiciones económicas le siguen compensando. «Si te vuelves es con una mano delante y otra detrás, aunque es verdad que la mayoría de los que yo conozco tienen trabajo... pero a mí me echa para atrás la inestabilidad», dice.