Reino Unido afronta su verano más letal con decenas de muertes atribuidas al calor y récords de temperatura
Entre el 17 y el 22 de junio se produjo un exceso de mortalidad cifrado en 570 fallecimientos en Inglaterra y Gales, de las cuales al menos 129 fueron en Londres
Alcaraz supera un estreno asfixiante por el calor, la presión y un incombustible Fognini en Wimbledon
El sur de Europa arde: olas de calor sin precedentes superan los 43 ºC y amenazan con incendios
Corresponsal en Londres
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónDurante la tercera semana de junio, el Reino Unido vivió una ola de calor que tuvo consecuencias sanitarias de una magnitud pocas veces registrada en el país. Un análisis conjunto de la London School of Hygiene and Tropical Medicine y el Imperial College de ... Londres estimó que entre el 17 y el 22 de junio se produjeron unas 570 muertes en exceso en Inglaterra y Gales, de las cuales al menos 129 correspondieron a Londres. Estas cifras, aunque preliminares y derivadas de modelos estadísticos, permiten trazar una primera imagen del coste humano de un fenómeno que, lejos de ser puntual, parece inscribirse en una tendencia cada vez más recurrente.
El estudio se basa en un modelo predictivo que cruza datos históricos de temperatura y mortalidad diaria desde 2010 para calcular el número de muertes que cabría esperar bajo condiciones meteorológicas normales, y compararlo con la mortalidad estimada durante episodios extremos de calor. Según este modelo, el día más crítico fue el sábado 21 de junio, cuando se habrían registrado 266 muertes adicionales, en su mayoría entre personas mayores de 65 años, y particularmente en el grupo de edad superior a los 85. «Nuestro análisis revela que las poblaciones mayores son desproporcionadamente afectadas, con una estimación de 314 muertes en exceso (entre 233 y 384) entre personas mayores de 85 años», señala el informe. Aunque estos datos deben tomarse con la cautela propia de toda estimación, ofrecen una herramienta de referencia clave para la planificación sanitaria en tiempo real. Según los investigadores, «está bien documentado que el calor extremo aumenta el riesgo de mortalidad. Durante el verano excepcionalmente cálido de 2022, se estimaron 61.672 muertes relacionadas con el calor en 35 países europeos, incluyendo aproximadamente 3.000 muertes en exceso debido a olas de calor sólo en Inglaterra».
Temperaturas que vuelven a superar los 34 grados
Sin tiempo para la recuperación, una segunda ola de calor comenzó a instalarse sobre el país apenas unos días más tarde. Desde el pasado viernes, las temperaturas han vuelto a superar los 34 grados en varias zonas del sureste de Inglaterra, mientras que las mínimas nocturnas no bajan de los 20 grados. El Met Office, el servicio meteorológico británico, ha advertido de que este segundo episodio podría prolongarse hasta al menos el miércoles, en lo que constituye una secuencia inusual de fenómenos térmicos extremos.
Así, el UK Health Security Agency, en coordinación con el Met Office, han emitido una alerta sanitaria de nivel ámbar para gran parte del país. Esta categoría de alerta indica un nivel de riesgo significativo para la salud pública, y activa mecanismos de prevención y preparación en los servicios de emergencia, hospitales, centros comunitarios y redes de asistencia social. Las autoridades han reiterado recomendaciones como mantenerse hidratado, evitar la exposición directa al sol durante las horas centrales del día y vigilar especialmente a las personas mayores o con enfermedades crónicas.
Menos del 5% de las viviendas están equipadas con aire acondicionado
La gravedad de la situación no puede entenderse únicamente por las temperaturas alcanzadas, sino por la limitada capacidad del país para adaptarse a este tipo de eventos meteorológicos. En el Reino Unido, donde las prioridades históricas han sido combatir el frío y la humedad, menos del 5% de las viviendas están equipadas con aire acondicionado. Muchas de ellas, además, han sido específicamente construidas para retener el calor durante el invierno, lo que las convierte en estructuras especialmente asfixiantes durante episodios de altas temperaturas.
Las condiciones de las residencias de mayores, hospitales, colegios y viviendas sociales, en muchos casos carentes de ventilación adecuada o sistemas de refrigeración, agravan el riesgo para quienes ya se encuentran en situaciones de fragilidad sanitaria o aislamiento social. A ello se suma el estado de algunas infraestructuras de transporte, como el metro de Londres, cuyas líneas más antiguas carecen de sistemas de climatización y pueden alcanzar temperaturas sofocantes en horas punta, exponiendo así a miles de pasajeros diarios a condiciones térmicas extremas en vagones atestados.
Los efectos del calor también se han dejado sentir en otros ámbitos de la vida cotidiana. La edición 2025 del torneo de Wimbledon ha comenzado con el día inaugural más caluroso jamás registrado en la historia del campeonato. Con una temperatura cercana a los 30 grados ya en las primeras horas de este lunes, se ha superado el récord anterior establecido en 2001, lo que ha obligado a activar protocolos específicos para altas temperaturas, incluyendo el incremento de puntos de hidratación y asistencia médica reforzada tanto para jugadores como para espectadores.
Las infraestructuras del país también están bajo presión. En varias líneas ferroviarias del sur, como la Brighton Main Line, se han impuesto restricciones de velocidad ante el riesgo de que los raíles se deformen debido al calor, y la Brigada de Bomberos de Londres ha emitido una alerta por riesgo elevado de incendios en parques urbanos, zonas de matorral y espacios naturales, e insta a la población a extremar la precaución con respecto a barbacoas, fuegos abiertos o colillas de cigarros.
Más allá del impacto inmediato, lo que inquieta a los expertos es la creciente frecuencia y severidad de estos episodios. Según proyecciones del Met Office, eventos de calor extremo como los registrados este mes son entre 30 y 100 veces más probables hoy que en la era preindustrial, y existe al menos un 50% de probabilidad de que el Reino Unido registre temperaturas de más de 40 grados centígrados durante la próxima década, un escenario que hasta hace poco se consideraba improbable en latitudes británicas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete