El Papa, sobre el celibato opcional: «Que lo decida mi sucesor si lo cree conveniente»

A lo largo del pontificado, Francisco ha dado la misma respuesta cada vez que se le ha planteado esta cuestión. «(Personalmente), respeto la tradición de la Iglesia de occidente» del celibato obligatorio, y «en todo caso, que (un eventual cambio) lo disponga, si lo cree conveniente, el Papa que me suceda», dijo hace dos semanas, en otro diálogo con sus biógrafos Sergio Rubín y Francesca Anbrogetti publicado en el libro «El Pastor».

En ambas conversaciones, el Papa descarta que el celibato optativo sea la solución a la crisis de vocaciones. «No comparto esos razonamientos. Los sacerdotes luteranos pueden estar casados, pero aún así no consiguen aumentar el número de ministros», responde en el libro. «El problema es cultural. No debemos ser ingenuos y pensar que los cambios programáticos traerán la solución», subraya.

«Ahora bien, es cierto que si uno vive mal el celibato, es una tortura, es algo imposible. Pero si uno lo vive con la fecundidad del ministerio por el cual se optó, no solo es llevadero, sino precioso», añadió este viernes. «Claro que para eso hay que tener vocación», adelantó.

En ambas conversaciones el Papa recordó que ya hay sacerdotes católicos casados en las Iglesias católicas orientales, como por ejemplo la Greco católica de Ucrania, la Maronita en Líbano o la Caldea en Irak. «Acá en la Curia tenemos uno —hoy mismo me lo crucé— que tiene su señora, su hijo», aseguró a Daniel Hadad, fundador de Infobae.

Explicó que en estas Iglesias orientales hay tanto sacerdotes casados como no casados. «Deciden entre una de esas opciones. Antes de la ordenación, optan o por casarse o por ser célibes», explicó.

En ese sentido, «no hay ninguna contradicción para que un sacerdote se pueda casar. El celibato en la Iglesia occidental (latina) es una prescripción temporal, no sé si se resuelve de un modo o de otro, pero es provisoria en este sentido; no es eterna como la ordenación sacerdotal, que es para siempre, te guste o no te guste. Que lo dejes o no lo dejes es otro tema, pero el sacerdocio es para siempre. En cambio, el celibato es una disciplina», continuó.

Por otro lado, el Papa destacó que los sacerdotes casados deben afrontar los mismos problemas que los demás matrimonios. «A pesar de que son más religiosos, también tienen problemas de divorcio», recordó. Una situación muy dolorosa para sus esposas, sus hijos, y para las comunidades de las que se ocupan estos pastores.