El Papa pide a los líderes religiosos que se posicionen contra la guerra
«Dios es paz y conduce siempre a la paz, nunca a la guerra», dijo ante representantes del patriarcado de Moscú
Francisco, asistido por representantes oficiales y el presidente de Kazajistán, en un encuentro en Nursultán
Kazajistán ha sentado en la misma mesa a unos 80 representantes de religiones del mundo. A un lado del Papa Francisco estaban el rabino jefe sefardí de Israel, y el metropolita ortodoxo Antonij, representante del Patriarca ruso Kirill. Al otro, Ahmed el-Tayeb, ... principal referente de los musulmanes sunitas y el patriarca Teófilo III de Jerusalén. En esa misma mesa, monjes budistas e hindúes, una obispa anglicana, y representantes de organismos internacionales.
El Papa se dirigió a ellos como «hermanos y hermanas» y les pidió que no busquen «falsos sincretismos conciliadores, que no sirven, sino conservemos nuestras identidades abiertas a la valentía de la alteridad y del encuentro fraterno».
El Papa no tuvo un discurso teológico, sino una contundente reflexión sobre el papel de los líderes religiosos ante las guerras, que llevó a muchos a pensar que se dirigía al (ausente) patriarca de Moscú. «Si el Creador, a quien dedicamos la existencia, ha dado origen a la vida humana, ¿cómo podemos nosotros, que nos profesamos creyentes, consentir que ésta sea destruida?», se ha preguntado. «Se necesita un sacudón y se necesita, hermanos y hermanas, que venga de nosotros», ha asegurado.
MÁS INFORMACIÓN
Mientras que en el pasado el tema central de estos encuentros era invitar a los líderes musulmanes a tomar distancia de los fundamentalistas que instrumentalizan la religión para justificar la violencia, la guerra en Ucrania ha redirigido estos esfuerzos a que los líderes religiosos no apoyen la intervención armada y trabajen para sanar esas heridas. Por este motivo, prefirió no asistir el líder de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kirill, quien justifica la invasión de Ucrania con razones religiosas.
«Dios es paz y conduce siempre a la paz, nunca a la guerra», ha insistido el Papa este miércoles en Kazajistán. «Os pido que nos comprometamos aún más a promover y reforzar la necesidad de que los conflictos se resuelvan no con las ineficaces razones de la fuerza, con las armas y las amenazas, sino con los únicos medios bendecidos por el cielo y dignos del hombre: el encuentro, el diálogo, las negociaciones pacientes, que se llevan adelante pensando especialmente en los niños y en las jóvenes generaciones», ha pedido.
El Papa ha abordado otras desviaciones de la religiosidad, como el fundamentalismo «que contamina y corroe todo credo»; o la falta de libertad religiosa cuando hay una religión mayoritaria en un país. «Somos criaturas libres, ¿cómo podemos entonces obligar a algunos hermanos (en nombre de Dios)?», ha argumentado el Papa.
«Pero también es la hora de dejar sólo a los libros de historia los discursos que, por demasiado tiempo, aquí y en otros sitios, han inculcado sospechas y desprecio respecto a la religión, como si fuera un factor de desestabilización de la sociedad moderna», ha reclamado.
«En realidad, las religiones no son un problema, sino parte de la solución para una convivencia más armoniosa. La búsqueda de la trascendencia y el valor sagrado de la fraternidad pueden inspirar e iluminar decisiones en las crisis geopolíticas, sociales, económicas y ecológicas, que en raíz son crisis espirituales, que en la actualidad atraviesan muchas instituciones, también las democracias, poniendo en peligro la seguridad y la concordia entre los pueblos», ha añadido.
El Papa ha concluido recordando otra «tarea de las religiones». «Hoy es grande la dificultad de aceptar al ser humano. Cada día bebés por nacer y niños, migrantes y ancianos son descartados. Numerosos hermanos y hermanas mueren sacrificados en el altar del lucro, envueltos en el incienso sacrílego de la indiferencia. Y, sin embargo, todo ser humano es sagrado. Es sobre todo tarea nuestra, de las religiones, recordarlo al mundo», ha concluido.
Mensaje del Patriarca Kirill
Entre las delegaciones que escuchaban al Papa estaba la del Patriarcado de Moscú, encabezada por su 'ministro de Exteriores', el metropolita Antonij de Volokolamsk, que ha leído un saludo del patriarca de Moscú. Ahí Kirill ha alertado del peligro de la «falsificación de hechos históricos, por lo que cada vez hay menos amor y compasión en la sociedad» y de que se dirijan «palabras llenas de odio contra enteros pueblos, señalándolo y designándolo como enemigo». «El diálogo de paz de los líderes ayudará a superar los desafíos de nuestro tiempo», ha concluido.
«El diálogo de paz de los líderes ayudará a superar los desafíos de nuestro tiempo»
Papa Francisco
El metropolita ha mantenido un encuentro de quince minutos a puerta cerrada con el Francisco. El tono de los saludos ha sido muy cordial, y el Pontífice le ha preguntado cómo está Kirill. A la salida del encuentro, el representante de la Iglesia ortodoxa rusa ha asegurado que «el Papa ha confirmado que es necesario hacer un nuevo encuentro con el patriarca, pero no hemos afrontado los términos concretos» para realizarlo.
El Papa y Kirill habían previsto reunirse en Jerusalén en primavera, pero el Vaticano canceló la reunión pues le que preocupaba que fuera manipulada. No mejoró la situación el hecho de que Francisco se refiriera al patriarca como «monaguillo de Putin». «Fue inesperado, y está claro que una expresión como esta no fue útil para la unidad de los cristianos», aseguró Antonij.
Entre los participantes en el congreso también estaba el español Miguel Ángel Moratinos. Como representante del secretario general de la ONU para la alianza de civilizaciones, también se reunió, aunque más brevemente, con el Papa Francisco.
Ver comentarios