¿Es normal que se acorte el pene al intentar corregir su curvatura? Urólogos responden tras la polémica en Murcia

Es el caso de los pacientes que tienen una curvatura inferior a los 15 o 20 grados. «Habitualmente no se hace nada porque no le causa dolor al paciente ni le impide mantener relaciones sexuales», explica Mario Álvarez-Maestro, el Vocal de Actividades Científicas de la Asociación Española de Urología (AEU).

Esto cambia cuando la curvatura es entre 30 y 60 grados. Tal como indican las guías europeas y americanas de urología y confirma el experto, en estos caso lo más común es utilizar la técnica de plicatura con puntos.

El facultativo pide que imaginemos la torre de Pisa, que está inclinada hacia un lado. Esto es lo que ocurre en un punto del órgano sexual. Para corregirlo, «se dan unos puntos al lado contrario en el que está desviación para corregirla».

En estos casos sí que se puede producir cierto acortamiento del pene, pero Álvarez-Maestro puntualiza que «no es una reducción real puesto que la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta». Es decir, en la mayoría de los casos, el pene al estar doblado medía lo mismo de inicio a fin que en el resultado final.

El tercer escenario posible se da cuando el paciente sufre una curvatura mayor del 60%. De hecho, según el doctor, hay casos de órganos sexuales con forma de 'S' o de reloj de arena. Ante este cuadro clínico la intervención sí que puede tener un acortamiento mayor del pene.

«En estos casos se extrae la zona de la curvatura y se coloca en su lugar un injerto», explica el vocal de la AEU. La placa que provoca esa incurvación puede tener varios centímetros, lo que explicaría este acortamiento.

Todo apunta a que esta última es la intervención realizada en el caso que se ha hecho viral esta semana después de que un paciente demandara al Sistema Murciano de Salud por sufrir una reducción de 6 centímetros en su miembro.

«Evidentemente este es un caso excepcional y habría que estudiar cómo ha sido el proceso, qué ha ocurrido en quirófano y qué expectativas tenía el paciente porque esto también es muy importante», indica Álvarez-Maestro.

En este sentido, el vocal de la AEU señala que en este tipo de enfermedades es necesario «informar muy bien a los pacientes. Lo más importante en el tratamiento es saber qué paciente tienes delante, el grado de curvatura y sus expectativas».

Otro de los puntos importantes en la demanda murciana es que el paciente asegura no haber sido informado de las consecuencias de la operación. No obstante, el facultativo asegura que en el consentimiento informado viene claramente que el pene se puede acortar habitualmente entre un centímetro y un centímetro y medio y que el paciente puede perder sensibilidad en la zona operada.

Caso aparte es si la intervención no está realizada de forma correcta. «Si es así claro que se puede haber acortado 6 centímetros. Por ejemplo, si hay que poner un injerto y se le practica otra técnica distinta como la plicatura con puntos, evidentemente este paciente no está bien operado, pero los detalles específicos los desconozco», admite.

Además, Álvarez-Maestro advierte de que la enfermedad de Peyronie «nunca se puede operar en la fase aguda, es decir, cuando le duele al paciente». Esto suele ocurrir a los seis meses o el año después de que debute. «Si al paciente le duele al tener el pene erecto cuando empieza a tener esa curvatura, no está indicada la operación», zanja.

El doctor aconseja para este tipo de tratamiento poner a los pacientes antes de operarles extensores del pene durante varias horas al día porque así la placa que provoca la incurvación del pene se va debilitando y es más fácil de corregir en la intervención.