España se queda sin sacerdotes
La lectura positiva es la valentía y fidelidad de los jóvenes que han dado el paso de dejarlo todo
Los seminarios españoles se vacían: por primera vez el número de candidatos al sacerdocio baja de los mil
Como es habitual, en las vísperas de San José se han hecho públicos los datos de los seminaristas y de los sacerdotes ordenados en el curso pasado. También el de los nuevos ingresos. Es éste uno de los indicadores más relevantes por lo que tiene ... de síntesis de un proceso de acompañamiento vocacional, que afecta a las familias, las parroquias, la capacidad de liderazgo, el tono vital de las diócesis, etc., referido al inmediato pasado, y de previsión de los recursos humanos en un futuro inmediato. En este sentido sorprende que, en un momento en el que la Iglesia está haciendo un esfuerzo en todos los órdenes, de transparencia, de comunicación, desde el curso 2018-2019 no tengamos los números de seminaristas desglosados por diócesis, con lo que no se pueden hacer estudios comparativos segmentados.
Siento tener que escribir que las cifras no son nada halagüeñas. En el curso 2022-2023, en España hay 974 seminaristas en el total de las 69 diócesis, más la Castrense. Las ordenaciones sacerdotales fueron 97 y el número de nuevos ingresos 172. Por primera vez el número total de seminaristas baja de los mil. Para hacernos una idea, hace diez años, en el curso 2012-2013, había un total de 1.307 seminaristas, se ordenaron el año anterior 133, y el número de ingresos fue de 295. Prefiero no seguir haciendo comparaciones añadiendo otras variables.
No niego que los datos puedan tener una voluntarista lectura positiva, la valentía y fidelidad de los jóvenes que han dado el paso de dejarlo todo y entrar en un proceso, no corto y cada vez más complejo.
Pero también que, a este paso, la Iglesia en España, es decir, todos los católicos, para poder acceder a los sacramentos, para poder atender a las hoy 22.988 parroquias, tendrá que importar sacerdotes del extranjero. Práctica común ya en algunas diócesis. Eso sin añadir la edad media del clero, que no es precisamente baja. También cabe una restructuración de la Iglesia a pie de calle, que hará de España un territorio de misión. Lo que exige una conciencia misionera y no un cristianismo sociológico de mantenimiento.